Los principales protagonistas de esta saga son cinco, además de Vizcarra:

El cantante

En mayo, medios peruanos descubrieron que en plena pandemia el Ministerio de Cultura había contratado como conferencista y animador al cantante Richard Cisneros para dictar charlas motivacionales virtuales.

Se trata de un artista poco conocido en el medio local, que alardeaba de haber sido asesor del gobierno y de nombre artístico Richard Swing.

La Fiscalía y el Parlamento abrieron sendas investigaciones sobre los presuntos contratos irregulares por los que Cisneros cobró unos 50.000 dólares entre 2018-2020.

El cantante, que dice tener 25 años de carrera artística, viste cotidianamente ropa colorida y luce cadenas doradas al cuello. No ha perdido ocasión para hablar con la prensa en la última semana, al saltar al primer plano.

Los medios especulan que los contratos fueron una retribución por haber apoyado la campaña electoral de 2016, ganada por Pedro Pablo Kuczynski, con Vizcarra como compañero de fórmula.

El mandatario admitió que conocía a Cisneros «como a muchas personas que participaron en la campaña electoral», pero negó haber ordenado al Ministerio de Cultura que lo contratara.

La casa del cantante fue allanada por la Fiscalía y la policía el sábado en busca de documentación.

El acusador

El legislador Edgar Alarcón, encargado de investigar los contratos del cantante en el Parlamento, difundió hace una semana unos audios grabados subrepticiamente en el palacio presidencial en junio, lo que echó a rodar el proceso de destitución de Vizcarra.

En los audios se escucha al presidente instigar a dos colaboradoras a mentir ante los investigadores.

Alarcón, de 59 años, pertenece al partido Unión Por el Perú, un grupo populista radical del fragmentado Parlamento peruano.

Contador de profesión, había sido contralor general de la República entre 2016 y 2017, pero fue cesado por la anterior legislatura por supuestas irregularidades.

La Fiscalía había solicitado 12 años de prisión para Alarcón, pero su elección al Congreso en enero le dio inmunidad y paralizó la causa en su contra.

La mano derecha

Miriam Morales era la mano derecha de Vizcarra como secretaria general de la Presidencia desde que éste asumió las riendas del país, en marzo de 2018. 

Morales es una de las que habla en los audios divulgados por Alarcón, en los que Vizcarra las insta a ella y a otra asesora a mentir ante los investigadores sobre el número de veces que el cantante Richard Cisneros visitó el Palacio de Gobierno. 

«Hay que decir que entró dos veces» en lugar de cinco, les pide Vizcarra. 

Miriam Morales presentó su renuncia el sábado, el mismo día en que su casa fue allanada por la Fiscalía.

La que grabó

Karem Roca, asistente del despacho presidencial, fue quien grabó la conversación con Vizcarra en el despacho presidencial, el 25 de junio, según ella misma ha admitido.

Fue despedida el sábado y su vivienda también fue registrada. 

Los medios locales han publicado en los últimos días otros audios de Roca en que hace declaraciones comprometedoras, incluida una en que habla sobre numerosas reuniones entre Vizcarra, el cantante Cisneros y Miriam Morales, o de supuestos contactos entre el gobierno y fiscales.

«Aquí hay la traición de alguien de mi entorno cercano y pido disculpas», dijo Vizcarra el lunes.

Roca conoce a Vizcarra desde sus tiempos de gobernador de la región sureña de Moquegua (2011-2014), de donde es su círculo cercano de asesores, salvo Morales. 

El beneficiado

Apenas se difundieron los audios, el jefe del Congreso, el opositor Manuel Merino, lanzó el proceso de destitución de Vizcarra.

Merino es primero en la línea sucesoria presidencial y, por tanto, el principal beneficiado si es aprobada la destitución. Le tocaría gobernar hasta el 21 de julio de 2021.

Ingeniero agrónomo y ganadero de 59 años, era un político de segunda línea hasta que en marzo fue elegido presidente del Congreso.

Milita desde hace 41 años en Acción Popular, un antiguo partido de centroderecha que detenta la primera minoría del Congreso y que está dividido sobre la destitución.

Había sido parlamentario en 2001-2006 y 2011-2016 por la región norteña de Tumbes, fronteriza con Ecuador. En los comicios extraordinarios de enero ganó su escaño con solo 5.271 votos.