A Hassan Adnan Hamze –25 años, argentino de sangre libanesa, ducho para la edición de video y el diseño gráfico– todavía le cuesta dormir por las noches, culpa de un sueño interrumpido por una tropa de policías que tiró abajo la puerta de su casa, esposó a toda la familia –incluida una abuela de 86 años– y le informó que estaba sospechado de ser un integrante de Hezbollah.

«Hay un dicho que se lo transmito a toda mi gente –cuenta Adnan, el padre de Hassan, en un español todavía entreverado– que dice que sólo conoces a una persona cuando convives con ella. El gobierno y la Justicia tienen todo el derecho de tomar precauciones, de hacer lo que consideren lo mejor para la seguridad, pero por qué antes no se tomaron el trabajo de averiguar en el barrio quiénes somos, de preguntarles a mis vecinos de toda la vida cómo trabajamos. La única explicación que le encuentro a lo que nos están haciendo es que somos débiles o, como dicen acá, unos perejiles. ¿Quién va a levantar la voz por nosotros? ¿Quién nos va a defender? Nunca nadie de mi familia ha peleado, insultado o discriminado a alguien por su credo. Los únicos perseguidos somos nosotros».

Adnan tiene 55 años; 32 los pasó en la Argentina. Su familia es del norte de Líbano, muy cerca de Trípoli; allí se casó y tuvo a sus dos hijos mayores. La guerra y el divorcio lo convencieron de emigrar y recaló en Floresta, donde luego se asentaría gran parte de la colectividad. En el barrio conoció a Yamila, una criolla con ascendencia libanesa con quien echarían raíces definitivas en el país: primero abriendo un restaurante de comida árabe y luego, como los papás de Hassan.

En el departamento de siempre, de Emilio Lamarca esquina Avellaneda, tuvo lugar hace unos días el allanamiento ordenado por el juez federal de Lomas de Zamora, Alberto Santa Marina, luego de que Hassan quedara involucrado en una causa por terrorismo. La sospecha la originó una escucha telefónica en la casa de Chivilcoy 467, la misma donde por orden del juez federal Sebastián Ramos los hermanos Axel Salomón, de 25 años, y Gamal, de 23, fueron detenidos (todavía duermen en una celda del penal de Ezeiza) acusados de tenencia de armas de guerra y acopio de municiones, luego de que fueran secuestradas armas antiguas, que los imputados, explicaron, habían heredado de un bisabuelo. En la escucha que compromete a Hassan, eso hay que reconocerlo, se lo oye muy claro pedir un kilo de helado.

«Los Salomón son de la familia. Axel es primo de Hassan, fueron juntos a la primaria y al secundario. Cuando lo detuvieron a él y al hermano fue una conmoción. Mi hijo hizo lo más común del mundo: fue a ver si la familia necesitaba algo, preguntar qué había pasado, en qué podía ayudar. El helado que pidió era para Laia, la hija de dos años de Axel. Sólo por eso dañaron a toda la familia para siempre», se queja Adnan.

Dos días después de aquel llamado, la policía irrumpió a las 6 de la mañana en la casa de Adnan, sacó a todos de la cama, los hizo arrodillarse en el piso frío y los esposó durante un buen rato. Luego reconocieron que el resultado había sido «negativo» y se despidieron llevándose computadoras, celulares y los documentos de todos.

«Hassan es un chico sensible –dice el padre–, y las noches de lluvia o de viento se duerme con la abuela porque quedó con miedo. Vinimos a la Argentina para darles una mejor vida a nuestros hijos y nos encontramos con esta persecución. Si nos pasa algo, ¿a quién vamos a recurrir?, ¿a esta justicia tan injusta que nos humilla, nos insulta y nos discrimina?». «

Córdoba: policías balearon a un militante social

El Encuentro de Organizaciones denunció que en la mañana de ayer la Policía de Córdoba mató de un balazo por la espalda a Marcos Jesús Soria, de 32 años, en barrio Villa Angelelli.

Según la denuncia, la muerte se produjo cuando el joven -integrante de la organización- intentaba escapar de una golpiza a la que estaba sido sometido por el personal policial.

La policía reportó el asesinato de Soria como el resultado de una persecución luego de un intento de robo a la empresa de colectivos Ersa.

El hecho ocurrió al día siguiente de la Marcha de la Gorra, donde se denunciaron casos de gatillo fácil y de maltrato sufridos por los jóvenes de los sectores populares por parte de las fuerzas policiales.

Por su parte, la Correpi informó que junto con Soria se encontraba Oscar Campos, quien estaría detenido por la fuerza de seguridad y tampoco nos brindan información al respecto.

«Hacemos responsables también a la policía si a lxs testigxs les llega a pasar algo», apuntó la Correpi a través de un comunicado.