A un año del anuncio del Presidente Alberto Fernández del inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio en el país, el secretario de Salud del Municipio de Quilmes, Jonatan Konfino, repasó los ejes de gestión de la pandemia en uno de los municipios que, con el correr de los meses, resultó un caso testigo a tener en cuenta para los otros distritos del Conurbano bonaerense.

“En Quilmes ya veníamos planificando las opciones que íbamos a llevar a cabo, muchas de las cuales las fuimos aprendiendo con el correr de la pandemia. Recuerdo que las primeras acciones en pos de identificar tempranamente casos de Covid tenían que ver con los llamados a todas las personas de Quilmes que regresaban al exterior, particularmente de los países que inicialmente tenían circulación. Además, organizamos un dispositivo de visitas domiciliarias para chequear que efectivamente cumplan el periodo de aislamiento obligatorio”, recordó.

“Parte de lo que se fue haciendo en el Municipio, en consonancia con lo que se hizo a nivel provincial y nacional, fue tener que fortalecer un sistema de salud frágil, que se había desmantelado en gran parte durante el gobierno de Macro y Vidal, y reconstruirlo en tiempo record, en pos de poder dar respuesta a una demanda extraordinaria de camas, de atención médica y medicamentos que generaba la pandemia. A modo de ejemplo, de un año a esta parte en Quilmes logramos duplicar la cantidad de camas de internación que teníamos, se construyó un hospital modular, se refuncionalizaron pabellones en desuso del Hospital Municipal de Solano…  y eso permitió que a ninguna persona del Distrito le falte un respirador, una cama, u oxígeno”, remarcó.

“Más allá de la fuerte inversión para fortalecer la infraestructura hospitalaria y los recursos materiales para la atención, también fortalecimos la organización de los equipos de salud, para que puedan hacer una detección temprana de los casos, con una búsqueda activa de ellos. Entonces, comenzamos a implementar un programa de abordaje comunitario que se llamaba Cuidarnos, que luego fue lo que permitió pensar en el programa Detectar, e incorporar esa búsqueda activa barrio por barrio. Porque lo que veíamos en el principio de la pandemia, era que se culpabilizaba a las personas por tener Covid, con algunas situaciones de discriminación en los barrios. Entonces, empezamos a problematizar que el virus no es culpa de nadie, y cuidarnos es responsabilidad de todos. Así, organizamos dispositivos territoriales para que llegue la información, y nadie actué de manera desinformada. Empezamos a hacer búsqueda activa de casos, y a acercar el hisopado a los barrios… me parece interesante que se involucró a la comunidad, a las organizaciones sociales. Eso después dio forma a los COE, Comités Operativos de Emergencia, como fueron los casos de Itatí, Azul, Ezpeleta”, enfatizó.

“A modo de conclusión, una cara de la moneda fue el fortalecimiento de la infraestructura hospitalaria. Pero eso tuvo que complementarse con la organización territorial de los equipos de salud y de la comunidad en su conjunto para prevenir, informar, para detectar casos rápidamente, e hisoparlos rápidamente también”, concluyó.