En una charla virtual que mantuvo con el Espacio Memoria, el juez federal Daniel Rafecas, propuesto por el gobierno nacional para ser Procurador General, contó detalles sobre la reciente identificación del ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio de la calle Bacacay 3570, vinculado al Olimpo, y el rol que cumple la documentación desclasificada para llegar a la verdad sobre el terrorismo de Estado.

Rafecas, a cargo del juzgado federal 3 de Comodoro Py, recordó que siempre estaba presente la búsqueda de ese edificio al que se referían varios de sobrevivientes y que los represores denominaban “El Jardín” o “La Cueva”.

“Cuando la SIDE firma el contrato de locación de Orletti pone como domicilio la calle Bacacay pero al 4200, y el ex centro clandestino era al 3500. Exploramos mucho tiempo trazando un radio de dos cuadras alrededor de Orletti pero nunca pensamos en no salirnos de la misma manzana. Lo que termina destrabando este rompecabezas al que le faltaban tantas piezas -junto con el EAAF exploramos por todos lados, viviendas, terrenos, planos-, fue que en agosto de 2019 el programa Verdad y Justicia nos presenta las primeras informaciones de archivos desclasificados del Departamento de Estado de EE.UU que traían información sobre la actuación OT 18 de Córdoba. Esa documentación llega al juzgado en marzo de este año y trae asombrosamente la dirección exacta en donde funcionaba ese centro clandestino de detención, tortura y exterminio”, relató.

El documento, elevado a las autoridades norteamericanas en 1977, guardaba la dirección exacta del centro clandestino “El Jardín”. “A partir de que vimos esa dirección, Bacacay 3570, pusimos todos los cañones, fuimos con el EAAF  al domicilio y nos encontramos con una señora que era la propietaria, junto con su marido, quienes habían adquirido el inmueble un año después del cierre del centro clandestino.  Tanto El Jardín como Orletti se cierran en agosto y septiembre del 76”, agregó.

La propietaria contó que cuenta legaron al edificio les llamó la atención que los cuartos estaba compartimentados. “Hoy sabemos que son celdas, porque es lo mismo que vimos en Orletti, en Vesubio, en Olimpo, las famosas cuchas”, señaló. Sobre el sótano, la mujer lo descubrió recientemente al realizar refacciones. “Estaba totalmente cerrado, desmantelado, Ingresaron, estaba lleno de escombros completamente tapado, y cuando terminan de limpiar todo se encuentran con algo ciertamente que no esperaban encontrar que eran unos zapatos de mujer color rosa y unos zapatos de hombre”, detalló.

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Rafecas destacó la importancia de la desclasificación de los archivos de inteligencia de esa época para buscar datos e información como la que llevó al hallazgo de este edificio. “Recuerdo que desde 2004 hasta fines de 2015 hubo un progreso muy fuerte y un esfuerzo muy fuerte del Poder Ejecutivo de organizar y establecer grupos de trabajo dedicados casi exclusivamente a la localización, clasificación y procesamiento de datos y de información, por ejemplo en el ámbito de las Fuerzas de Seguridad o del Ejército y los servicios de inteligencia. En los cuatro años posteriores, esto se ralentizó, no fue tan consistente, tan eficiente, y en algunos casos se desmantelaron estas oficinas otras continuaron con menos personal, con menos ímpetu y ahora tenemos la expectativa de que se recuperen los niveles de eficiencia”, manifestó y agregó: “Esperemos que ahora con la gestión Cristina Caamaño al frente de la AFI, quizás se pueda redoblar el esfuerzo, de hecho estamos en conversaciones para dar con más información de inteligencia que haya quedado escondida, resguardada, en algún resquicio de la ex SIDE”.

El juez se refirió además a la influencia que el proceso de Memoria, verdad y Justicia tiene en la sociedad argentina y cómo impacta en casos como el de Santiago Maldonado y Facundo Astudillo Casto.

“Me parece que la respuesta social y en general de ámbitos del activismo de derechos humanos y la respuesta general de los estamentos políticos está bastante clara. Me parece que las investigaciones por desapariciones forzadas por delitos de lesa humanidad en el Terrorismo de Estado dejan una vara muy alta en términos de demandas a los poderes públicos por el esclarecimiento de sucesos que resultan ser similares en términos de bienes jurídicos afectados, modus operandi. Lo vimos muy claramente en el caso Maldonado, más allá de las resultas posteriores, que incluso llegó a niveles internacionales. Fue muy fuerte la  movilización popular y lo estamos viendo actualmente con el caso Astudillo Castro, con un reclamo permanente y no solamente de los sectores donde previsiblemente se generan los reclamos, sino que hay un abanico más amplio de concientización y sensibilización con este tipo de casos”, analizó.

“Culturalmente en la República Argentina está muy claro que sucesos o casos de desaparición forzada de personas no pueden quedar impunes, y esto es muy positivo y tiene una vinculación directa con los procesos de memoria verdad y justicia que con tanto empeño y esfuerzo mucha gente, todos los días, construimos ladrillo por ladrillo durante tantos años”, agregó.

El Atlético

En otro fragmento de la entrevista, Rafecas destacó la posibilidad de poder acceder a los restos del centro clandestino de detención El Atlético, actualmente ubicado debajo de la autopista 25 de mayo.

“Estamos intermediando entre el gobierno de la Ciudad y los grupos de familiares y sobrevivientes del Club Atlético a partir de que todavía está pendiente la remoción del talud”, indicó.

Por ese centro clandestino, que integró el circuito ABO (Atlético–Banco -Olimpo), pasaron unas 1500 personas como detenidas desaparecidas. “La empresa AUSA se comprometió a remover el talud. No vamos a descansar hasta que se remueva y podamos acceder a lo que era Club Atlético porque tenemos la sospecha de que está intacto, más allá de que está rellenado. Una vez que los arqueólogos y antropólogos hagan su trabajo vamos a poder acceder a la contemplación de las instalaciones. Y si la casa de calle de Bacacay tuvo la repercusión que tuvo imagínense la situación que se va a generar cuando podamos recuperar Club Atlético. Nos detuvo la pandemia pero estábamos a seis meses de empezar los trabajos de excavación”, concluyó.