El comité ejecutivo del gobernante Partido Popular (PP) votará las seis condiciones que los liberales pusieron para apoyar la reelección de Mariano Rajoy como jefe del Ejecutivo español y, en caso de que sean aprobadas, se convocará el debate parlamentario de investidura.

Rajoy se reunió con el líder del centrista Ciudadanos, Albert Rivera, quien le planteó que cualquier negociación para su reelección al frente del gobierno pasa por fijar la fecha de ese debate en el Congreso y por acordar las seis reformas que su partido exige en materia de regeneración democrática y contra la corrupción.

El joven dirigente liberal exige la separación inmediata de cualquier imputado por corrupción, la eliminación de aforamientos -que los cargos públicos no sean juzgados por tribunales superiores-, una nueva ley electoral, acabar con los indultos en casos de corrupción, la limitación de mandatos a ocho años, y la creación de una comisión parlamentaria para investigar el «caso Bárcenas», de financiación ilegal del PP.

Según explicó Rivera a la prensa la respuesta de Rajoy fue que someterá a votación del Comité Ejecutivo de su partido las condiciones para iniciar una negociación que pueda desembocar en el apoyo a la investidura, informó la agencia de noticias Efe. Así, Rajoy ganó tiempo y dijo a Rivera que el Comité de Dirección de su partido votará el 17 de agosto si admite esas propuestas, que chocan con algunos planteamientos defendidos hasta ahora por el PP, en el gobierno de España desde diciembre de 2011.

Rajoy dijo a los periodistas que las seis medidas han de ser estudiadas con detalle porque implican reformas constitucionales que tendrían que ser apoyadas por otros grupos, en especial el socialista, que reitera su rechazo a la reelección de Rajoy al frente del Ejecutivo. En el caso de la reforma de la Ley Electoral, Ciudadanos desea que sea más proporcional que la actual en la asignación de escaños, ya que ahora beneficia a los partidos nacionalistas de las regiones y perjudica a los de ámbito nacional menos votados, como es el caso de los liberales.

En cuanto a la limitación de mandatos, Rajoy ya ha tenido uno, por lo que aceptar la propuesta de Ciudadanos supondría previsiblemente poner fecha a su salida de la política. Una comisión parlamentaria de investigación podría ser una caja de resonancia contra el PP, que al carecer de mayoría en el Congreso no podría paralizar algunas iniciativas, en un momento en el que el nombre del partido se ve envuelto en varios casos judiciales por corrupción.

En los próximos meses habrá juicios importantes, como el que ve al PP imputado por haber hecho obras en su sede central con pagos en «negro», así como el proceso a su ex tesorero Luis Bárcenas, acusado de corrupción y quien en su momento dijo tener pruebas de pagos opacos a varios dirigentes de la formación de centroderecha. Rajoy dijo a la prensa que ve bien las propuestas de Ciudadanos, que intenta labrarse una imagen de partido que favorece la gobernabilidad del país. Rivera ya había adelantado sorpresivamente ayer que estaba abierto a negociar el voto afirmativo de su partido Ciudadanos a la reelección de Mariano Rajoy, a cambio del apoyo a esas seis condiciones, en su mayoría vinculadas con la lucha contra la corrupción.

«Los españoles no tienen más tiempo. Quieren cambios y gobierno. No entienden de crisis internas en el PSOE ni de corrupción en el PP. Por eso hoy he planteado posibles soluciones y desbloqueos a esta situación», dijo ayer Rivera al explicar su nueva posición. «Hemos llegado a la conclusión de que algo más sí podemos hacer. ¿Se puede poner en marcha este país? Sí, si hay una apuesta por la regeneración y contra la corrupción», subrayó. Hasta ese momento, Rivera consideraba que Ciudadanos ya había asumido la difícil decisión de abstenerse para no bloquear la elección de Rajoy y que el costo de pasar al voto afirmativo sería muy alto, ya que igualmente era necesario que el PSOE asuma una posición de abstención. En este contexto, la secretaria de Programas y Estudios del PSOE, Maritxell Batet, reiteró en declaraciones al canal Telecinco que su partido se mantiene firme en el «No» a Rajoy por «profundas convicciones». Sin embargo, admitió que la renuncia de Rajoy sería un «acto de generosidad» que respondería a un «momento excepcional», aunque, aclaró, no variaría la posición del PSOE.

El líder liberal mostró su confianza en que el PP pueda respaldar esas seis propuestas que, además, ya figuraban en el acuerdo que en febrero pasado firmó con el PSOE para apoyar la investidura como presidente del gobierno del socialista Pedro Sánchez. Sánchez, en marzo, no obtuvo el apoyo del Congreso, lo que abrió la puerta a las legislativas del 26 de junio que dieron la victoria al PP, con 137 escaños del Congreso, por 85 del PSOE (socialistas), 71 de Unidos Podemos (izquierda) y 32 de Ciudadanos.

De todos modos, en una Cámara en la que la mayoría absoluta está fijada en 176 diputados, un acuerdo PP-Ciudadanos no sería suficiente y requeriría en una primera votación el apoyo expreso de otros grupos o, en una segunda, la abstención de varios parlamentarios. Ante la negativa de los pequeños grupos a apoyar a Rajoy, la única opción para el líder del PP es ahora contar con la abstención de los socialistas, una hipótesis que el PSOE niega.

La falta de acuerdo podría conducir a la convocatoria de nuevas elecciones a finales de año, una opción que nadie desea, aunque para ello antes debe tener lugar un debate de investidura en el Congreso, lo que activa el mecanismo constitucional hacia otros comicios.