Como el sordo que no quiere oír, el presidente español en funciones, Mariano Rajoy, está convencido de que puede volver a intentar ser investido por el Congreso, tras volver a fracasar en la votación del viernes, derrota que pareció fracturar su acuerdo con Ciudadanos y ha empezado a dibujar una rajadura dentro de su propio Partido Popular, a la vez que presenta una nueva oportunidad para el progresismo. 

En un hecho inédito en el país, por segunda vez consecutiva Rajoy enfrentó a un parlamento adverso que le dijo no a la posibilidad de constituirse en gobierno, a pesar de haber sacado mayoría de votos, por cierto insuficiente, en sendos comicios de diciembre y junio. Aun así, el conservador anunció que volverá a intentarlo, lo que puede significar su inmolación. Pero además, un nuevo fracaso pondrá a España al borde de una tercera elección en un año, lo que impactará severamente en la crisis de representatividad que ya tienen los partidos tradicionales y no contribuirá al escenario económico español, con una Unión Europea pisándole los talones en materia de políticas de ajuste y multas por incumplimientos varios.

En la fallida elección del viernes, el centro de las disputas volvió a ser el Partido Socialista Obrero Español, que reúne la segunda minoría de diputados. Rajoy perdió la investidura por 180 votos contra 170. Exactamente el mismo resultado que había obtenido en la primera votación del miércoles, donde requería de la mayoría absoluta de 176 votos. En cambio, en la segunda cuenta la mayoría simple, aunque en ese caso era necesaria la abstención de al menos seis socialistas. Hasta último momento se especuló con esa posibilidad, aunque le atribuyen a Pedro Sánchez, líder del PSOE, haber convencido a miembros de su partido para que votaran contra Rajoy, impidiéndole ganar aún con su alianza con Ciudadanos, de Albert Rivera.


Ahora le toca al jefe del Estado, es decir el Rey Felipe VII, asumir la responsabilidad de proponer al Congreso un nuevo candidato. La presidenta de la Cámara, Ana Pastor, se reunirá mañana con el monarca para comunicarle formalmente el resultado de la sesión y evaluar los pasos a seguir. El plazo para elegir candidato finaliza el próximo 31 de octubre, y ocurrirá antes de las elecciones regionales del 25 de septiembre. Si bien, Rajoy podría volver a presentarse, la alianza con el joven partido conservador Ciudadanos que le permitió arañar la investidura en la semana que pasó, podría no seguir vigente. El propio Rivera dijo en la sesión que votaba «por España”, y no por tener plena confianza en el hombre del PP. Pero tras la derrota, Rivera anunció que daba por terminada su alianza y condicionó su reapertura a que el PP elija otro candidato que pueda ganar mayores consensos con las fuerzas que hasta ahora le dieron la espalda. Esta tensión se habría calmado en las últimas horas, luego de una cumbre secreta entre Rajoy y Rivera. Pero sectores dentro del PP verían con buenos ojos promover a otro candidato, según trascendió en los medios españoles. Oficialmente, la secretaria del partido, María Dolores de Cospedal, sostuvo a Rajoy aún en el caso extremo de que se repitan las elecciones.


Antes que eso, vendrá un nuevo intento parlamentario, donde nuevamente aparece la posibilidad de que las fuerzas progresistas emergentes, como Podemos, logren aliarse con el PSOE y formar una coalición de gobierno de corte popular. Así se lo señaló Pablo Iglesias, líder de Podemos, en la sesión de investidura. «Aprovechen la oportunidad, porque a lo mejor es la última que tienen de liderar un gobierno», dijo en su discurso dirigido a los socialistas. Iglesias reconoció a Sánchez haber derrotado a los sectores de su partido que defendían «sin pudor» que debían abstenerse, pero al mismo tiempo le reclamó enérgicamente que si no quiere un acuerdo con Podemos «entonces explique a los ciudadanos que quiere que se repitan las elecciones».


Podemos, tercera fuerza parlamentaria, se muestra dispuesto a este acuerdo, aunque en ese punto, Sánchez no se termina de definir, a pesar de haber convocado a «las fuerzas del cambio», en modo general y sin proponerse como candidato. Seguramente se debe a la necesidad de ganar tiempo y terreno que asegure un liderazgo total en esa eventual coalición, por las concesiones que habría de hacer en una eventual alianza con un partido que en sus bases programáticas propone romper con las corporaciones y las políticas de ajuste. O tal vez, como le reclaman las otras fuerzas, incluida el PP, se deba a su especulación de que unas nuevas elecciones permitan volcar finalmente un resultado a su favor en las urnas. «

Nueva caída en el nivel de ocupación

Durante el mes de agosto 14.435 personas perdieron el trabajo en España, una nueva trepada en el desempleo luego de cinco meses de descenso, lo que pone la cota de desocupados en un total de 3.697.496 ciudadanos, según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social de ese país. El paro se hizo sentir en la Industria, con 5884 personas desocupados más; la Construcción, con 3548 más, y Servicios, donde el desempleo aumentó en 18.431 individuos. Contrariamente, el desempleo bajó en Agricultura, con 6018 parados menos: y en el grupo de los que no tenían empleo anterior, donde se registró que 7410 personas encontraron trabajo. La desocupación entre los menores de 25 años se redujo en agosto en 2500 personas (0,87 %) en relación al mes anterior, mientras que por sexo, el desempleo masculino se ubicó en 1.624.313 al subir en 7592 y el femenino en 2.073.183, al incrementarse en 6843. La Seguridad Social, en tanto, perdió en agosto una media de 144.997 afiliados, lo que situó el número de ocupados en 17.699.995 cotizantes o personas en actividad laboral.