El juez federal Alejo Ramos Padilla procesó sin prisión preventiva pero con un embargo de cinco millones de pesos al despachante de Aduana Carlos Alberto Liñani por una serie de hechos en el marco de la denominada “Causa D’Alessio”, entre ellos el supuesto apriete a un ex secretario de Cristina Fernández de Kirchner para que la involucrara a la ex presidenta en hechos de corrupción en la causa de las fotocopias de los cuadernos.

El magistrado de Dolores procesó a Liñani, quien en los hechos fungía como un colaborador del falso abogado Marcelo D’alessio, por los delitos de “asociación ilícita dedicada al espionaje ilegal y contraria a las previsiones de la Ley Nacional de Inteligencia, extorsión en grado de tentativa y tráfico de influencias” contra Pablo Erasmo Barreiro –el ex secretario de la actual senadora bonaerense CFK- y los empresarios Víctor Palomino Zitta, Saturnino Costas y Diego Aníbal Vestillero.

Pablo Barreiro es hijo de Ricardo Fabián Barreiro, identificado en los medios como “el jardinero K”, quien fue procesado por el juez Claudio Bonadio y estuvo detenido en el marco de la “Causa Cuadernos”. En diciembre pasado, la Cámara Federal dispuso su “falta de mérito” y ordenó su libertad.

Según describió Ramos Padilla, Liñani y D’Alessio le indicaron a Barreiro hijo que iba a ser detenido al igual que su padre y le exigieron una suma de dinero para evitar tal situación, a raíz de los supuestos vínculos de influencia que tenían con el juez Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli.  Además del dinero, le exigían que declarar ante Stornelli como arrepentido y acusara a funcionarios del anterior gobierno.

Barreiro no aceptó y comunicó la situación a otros abogados, del estudio de Fernando Archimbald. Ello ocurrió el 5 de octubre de 2018. Ese día recibió un mensaje que le advertía que había cometido un error y le insistía con que podría ser detenido.

“Más tarde, tipo las 20, comenzamos a ver en la tele, en el programa de (el periodista Eduardo) Feinmann que pasa por el canal América 24, noticias y publicaciones que decían ‘inminente detención del ex secretario de CFK’ y cosas así, también estaba Eduardo Feinmann en ese programa hablando sobre estas cosas y decía cosas como ‘Pablito Barreiro será detenido en las próximas horas’, ‘el secretario preferido de Cristina’ y cosas por el estilo. Todo esto me sorprendió, porque además de todo lo que acabo de relatar, mi papá lo veía por la tele en prisión y a nosotros nos preocupó muchísimo. (…) Nos   llamó   la   atención   que   esa publicación   de   Feinmann   sobre   mi   ‘inminente’   detención  -más   allá   que   lo reprodujeron   otros   medios-  sólo   salió   ese   día,   pues   los   días   venideros   no publicaron más la noticia, y creo que en verdad la organizaron Charly (Liñani) y D’Alessio para asustarme y que los fuese a ver”, declaró Barreiro en la causa.

El periodista Feinmann declaró como testigo en la causa y no pesa sobre él ninguna imputación.

Al lunes siguiente, Pablo Barreiro declaró efectivamente ante Stornelli. “Señaló que sintió que le reclamaban más información que él desconocía” y le atribuyó a Stornelli una frase: “mirá, todo eso ya lo sabemos, nosotros necesitamos algo más (…) mirá, si vos me traés una agenda yo te invito a mi cumpleaños”. Barreiro añadió que le había detallado a Stornelli toda la situación con Liñani y D’alessio. “Me dijo que no iban a tomar en cuenta mi declaración porque esa información que yo les decía no les servía, que era información que ya tenían y ahí me dijo que iban a borrarla. La audiencia se armó para que yo   nombrase   a   determinados   ex   funcionarios   o   empresarios   que estaban   vinculados   a   la   obra   pública   de   la   gestión   anterior. Además   tuve   la   sensación   que   ellos   pretendían   que   mi   papá   se arrepintiera”.

Los casos de Palomino Zitta, Costas y Vestillero tienen características similares aunque sin aparentes vinculaciones políticas directas con el gobierno de CFK.

Ramos Padilla consideró que Liñani era un engranaje en el mecanismo cuya cabeza atribuye a D’Alessio. Su rol “no resultaba de la misma preponderancia que el resto de los miembros. Su actividad se hallaba subordinada –en gran parte- al dominio de otros miembros. Es decir, su rol y participación resulta de menor entidad si se las compara con las que se atribuyeron, por ejemplo, a D´Alessio”.