Las tres presidencias de Raúl Gámez en Vélez están atravesadas por un lugar coincidente. Un factor común fuera de las adyacencias del estadio Amalfitani. Siempre se ubicó en el espacio opositor en el tablero de la AFA: peleó contra Julio Grondona durante sus mandatos en los años ’90 y los 2000, cuestionó el Fútbol para Todos (FpT) y ahora resiste el obstinado avance del gobierno, corporizado en el Comité de Regularización, su brazo interventor en Viamonte 1366.

-¿Qué mirada tiene sobre el FpT?

-Fui bastante crítico desde que se implementó. El Estado no tiene por qué subvencionar o poner plata en el fútbol, que era gratis sólo en algunos lados. Durante su campaña, el gobierno actual dijo que iba a continuar la gratuidad hasta el 2019. En ese sentido, me da bronca lo que dijo el presidente en esa conferencia tan perversa para los clubes. Podemos rescindir el contrato, pero nos tenemos que poner de acuerdo y fijar un plazo de rescisión de seis meses o de un año. Es mentira que sabemos hace seis meses que no va a haber plata. Siempre estuvieron con mentiras: venía Daniel Angelici a decir que daban 2200 millones de pesos por el producto, después decía otra cosa y finamente se arregló en 1800 millones. Venían con promesas mientras la AFA estaba intervenida no por la FIFA, sino con gente que sin ninguna duda es de Mauricio Macri. Javier Medín tal vez es una persona de bien y un gran abogado, pero no tiene nada que ver con el fútbol y lo pusieron ellos para manejar las cosas. Nos fueron acorralando hasta llegar hasta este momento donde la cosa está imposible. En la última reunión, había algunos que decían: «Raúl, prefiero irme al descenso y no quebrar el club.» Es un panorama muy malo. ¿Tenemos la culpa los dirigentes? Sí, desde siempre. Desde Grondona hasta acá.

-¿Cuál es el objetivo del Comité de Regularización?

-Demostraron una sola cosa: vinieron a achicar deudas, como las que había hacia la AFA, con la plata de los clubes. Sacaron la plata de la televisión para cancelar algunos pagos viejos y crearon una situación tan difícil que por necesidad hay que aceptar lo que digan. ¡Cómo el gobierno no va a poner los 140 millones de posos aportados por Canal 13 y Telefe si no es plata del gobierno! Fue muy mala la actitud de Macri. Trata de poner de rodillas a los clubes porque el tema son los clubes. Yo ya me voy, pero el club sigue. Y la AFA es de los clubes.

-¿Qué fue lo que le despertó el enojo de todo lo que dijo Macri?

-Todo lo que dijo me molestó. Dijo que teníamos que pagar impuestos como Milagro Sala, Cristóbal Lopéz y OCA. Los clubes no somos empresas, sino instituciones sin fines de lucro. Caminás por Vélez y encontrás más de 50 actividades deportivas, federadas y otros espacios culturales. Nos vienen empujando para que la gente se convenza de que los dirigentes son malos. Seremos malos pero nos eligen los socios. Antes de criticar hay que mirarse uno mismo. Fernando De Andreis criticaba a los dirigentes con total soberbia, como Fernando Marín que estuvo en Racing, no lo pudo llevar adelante y ahora quiere manejar todo. Dice que le extraña mi actitud. Él porque es un alcahuete de Macri. El insulto no fue al presidente, sino a la persona porque la conozco: nos veíamos en la mesa del Comité Ejecutivo de la AFA. Me sentí mal por haber dicho esas palabras. Esa noche, junté a mi familia y le pedí disculpas: me había excedido. Mi señora me dio un abrazo, sabe que soy temperamental y que no lo hice con la intención de lo que significa la palabra. De todas maneras, el que tiene que pedir perdón es él por todas las mentiras que dijo en esa conferencia.

-Dice que no insultó a la investidura, a la figura…

-Claro. Lo dije porque nos conocemos de antes. Acá en Vélez contra Talleres, empezaron a cantar «Andate Gámez, la puta que te parió». El tema no era el insulto. Era una consecuencia del resultado, de un gol que nos hicieron sobre la hora. No cuestionaban la figura del presidente de Vélez. A mí me conocen y yo conozco a Macri, discutimos mucho, sé cómo piensa y pienso lo contrario. Debe tener un complejo con el fútbol y con la imposibilidad de haber llevado adelante las sociedades anónimas. Provoca debilidad en los clubes para que después entren los amigos de él a generar negocios.

-¿Su obsesión es el ingreso de las sociedades anónimas?

-Sin ninguna duda. Yo lo voté, le deseo que le vaya muy bien pero pido por favor que no destruya el fútbol.

-¿Por qué lo votó, entonces?

-Lo voté en la segunda vuelta, en la primera no, por supuesto. Porque en mi manera de ver no había otra opción. También rechazaba lo otro, pero no quiero hablar de política porque no soy bueno en eso.

-¿Qué era lo importante? ¿El exabrupto o la idea?

-Lo que estaba diciendo. La puteada generó que todo el mundo le preste atención. Hasta ellos creo que reaccionaron para no verse involucrados. Pero lo que digo es una cosa cierta: lo piensan todos los dirigentes del fútbol argentino. Tal vez no lo pensará este muchacho Angelici porque es del riñón de él. Tiene mucho que ver en lo que estamos viviendo. Está muy interesado en obedecer la línea que viene desde Casa de Gobierno, aunque quiera demostrar lo contrario. Hay una pelea de intereses muy grande en AFA: quién tiene el poder, quién maneja. Se habla mucho de eso: del peso en la AFA.

-Cristian Alfano, periodista que lo entrevistó, denunció que lo sancionó la gerencia de Télam por la entrevista.

-Eso demuestra la perversión: tienen el poder y lo usan mal. Marca el tipo de democracia que tenemos. El poder no puede ser abusivo si sos democrático. Pero lo que hicieron con la AFA no fue democrático. Por eso no me extraña lo del periodista que no tiene nada que ver. Fui yo el que dije lo que quería. Si era por él me cortaba porque no venía hablando bien del presidente. Me preguntó sobre el Burrito Martínez y yo le hablé de lo sinvergüenza que es el gobierno con su actitud.

-¿Por dónde se empieza a ver un punto de salida?

-Cuando tengamos una asamblea y podamos elegir a los dirigentes pero no porque nos den algo a cambio. Los dirigentes que estamos decidiendo en AFA hace 20 años, como yo, no tenemos que estar más. Y menos aquellos que votaron por un campeonato de 30 equipos. ¿Por qué van a estar decidiendo los que estaban al lado de Grondona? ¿Por qué van a estar los que entregaron a la AFA a distintos sponsor e incluso cobraron plata adelantada? Hace años creo que la Superliga puede ser una solución. Cuando me tocó ir a Europa por alguna negociación, me reuní incluso con Javier Tebas, indagué sobre el tema. Permite la posibilidad de que haya controles, castigos para los que no cumplen con su presupuesto, y límites entre el que más y el que menos gana.

-¿Se perdió una chance de corregir el rumbo después del fallecimiento de Grondona?

-¿Qué fallecimiento? Si hoy viviera, estaría en cana. Se dejó pasar una oportunidad porque quedó el mismo sistema. Lo hablé con el gobierno anterior: si le hubiesen puesto los puntos, salvaban a todos los clubes. Por eso tiene que haber exigencias.

-¿Qué candidato le gustaría?

-A mí siempre me gustó Carlos Heller porque reúne las cosas que hacen falta: decencia, capacidad y conocimiento de los temas. Es un buen tipo y sacó a Boca de las cuestiones más complicadas. Políticamente no pienso lo mismo que él pero lo valoro. Conoce las necesidades del fútbol porque lo vivió de adentro. Macri también lo vivió de adentro pero lo usa para sacar una ventaja: busca la forma de dominar a todos. Además de querer convertir a los clubes en Sociedades Anónimas, quiere demostrar a la ciudadanía que él limpia el fútbol. Que nos saque a las barras, entonces.

-¿Y Tinelli?

-Tenía un proyecto interesante y en San Lorenzo le iba muy bien. Pero después hicieron esa payasesca elección de 38 a 38. Fue provocada.

-¿Por quién?

-Por Macri, que ya era el presidente electo. Quiero que le vaya bien como gobierno pero es muy perverso. La mirada es pesimista porque voy a reuniones y terminó desorientado. En algún momento me ilusiono, como me pasó con Tinelli. No quiero vivos que hagan trampas, quiero dirigentes capacitados porque el destino de la AFA depende de los clubes. La Superliga puede servir para terminar con el sistema perverso que dejó la AFA. Algunos dicen que Grondona era un fenómeno. El fenómeno Grondona se agotó con su fallecimiento, si no hoy estaría preso. La tarea de la Normalizadora era buscar la plata que quedó en el camino con la Conmebol, la FIFA y todas esas historias que están investigando en Estados Unidos.

-¿Qué le parece el borrador del Estatuto?

-Está bien que baje el peso del Ascenso y el Interior. Tienen que tener presencia, por supuesto, pero no supremacía. Igual el tema es a quién le das el manejo. No es fácil encontrar alguien que conduzca. Yo quiero la Superliga, pero si la agarra alguien que quiere hacer lo mismo que Grondona, ¿cómo lo parás? Además, me gustaría que el voto no fuera secreto sino cantado en una asamblea en el club. Es muy fácil que te convenzan a cambio de ir a un Mundial o a la FIFA, pero no es fácil convencer a 200 tipos en una asamblea. Por supuesto, no estoy a favor del ingreso de cualquier forma jurídica porque le da pie a las Sociedades Anónimas. Que hagan una ley para ver si los diputados y senadores tienen huevos para destruir a los clubes por los caprichos de Macri.

-¿Falta un sinceramiento con el verdadero objetivo que tiene el gobierno en el fútbol?

-No, todos sabemos lo que quiere. Necesitamos que nos deje hacer, con todos los errores que tenemos. Los clubes tienen más de 100 años. En un siglo pasaron muchas cosas y muchos dirigentes malos, pero ¿qué empresa en la Argentina dura tanto? Que le deje los clubes a los socios y la AFA a los dirigentes.

-¿Qué es un club?

-Si el gobierno logra el objetivo de meter a las Sociedades Anónimas, se destruyen los clubes. El que llegue va a venir a ganar dinero no a atender el patín carrera, el cestoball o lo que sea. Los avales económicos que pedía Macri eran para los delincuentes que blanquean los negocios que hacen por otro lado. Lo importante son los avales morales, como los de José Amalfitani. Quiero un club con las características de Vélez: acá hay 2000 pibes que estudian, una pileta y una villa olímpica, y todo eso lo banca el fútbol.