Las subas en el impuesto Inmobiliario que pretende aplicar el gobierno bonaerense en 2019 ya comenzaron a sumar rechazos del campo y la oposición. El proyecto de ley impositiva, que ingresó ayer a la Legislatura junto al Presupuesto, prevé una suba promedio del 38% en ese tributo, en lo que será el cuarto aumento consecutivo sobre las casas y los campos bonaerenses en lo que va de la gestión Cambiemos. El ministro de Economía, Hernán Lacunza, salió a defender la medida y dijo que «no es para tanto».

El incremento, que está en línea con las políticas nacionales, se aplicará a las partidas del Inmobiliario Urbano, Baldío y también el Rural y llega tras el revalúo del 50% aplicado este año. El Ejecutivo busca recaudar 8 mil millones de pesos extra con la medida y asegura que el promedio de suba es de 63 pesos y que “en tres de cuatro propiedades, el aumento por mes será de 99 pesos”.

Las entidades rurales cuestionaron la suba al tiempo que minimizaron la compensación que podría significar la baja en la alícuota de Ingresos Brutos, pero se mostraron confiados en negociar una baja en la ronda de negociaciones con legisladores y ministros que arrancará en los próximos días. El titular de Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), Matías De Velazco, sostuvo que el incremento «es alto» y que estimaban que estaría en el orden del 30%. «Es mejor que el 50% del 2018 pero es un poco alto igual», sostuvo.

El presidente de la Sociedad Rural, Daniel Pelegrina, sostuvo que «cualquier aumento nos pega» porque «la capacidad cotributiva está al límite», mientras que el director de Federación Agraria Argentina (FAA) en la Provincia, Jorge Solmi, sostuvo que la rentabilidad del sector «no creció un 38%».

Desde el Ejecutivo salieron a minimizar el impacto de la suba. «El aumento por el revalúo impositivo para el 75 por ciento de las viviendas significa en promedio 28 pesos más por mes y, como máximo, 99 pesos más por mes. No creo que le cause gracia a nadie pero no es un aumento que sea para tanto», dijo el ministro de Economía, Hernán Lacunza.

«Entiendo que el aumento del Inmobiliario en un 38% se lleve el título principal. La síntesis del título no le hace justicia al proyecto de ley, dado que no destaca otras cosas que son más relevantes. Por segundo año consecutivo y por primera vez en décadas, los impuestos en la Provincia bajan», indicó. «Cuando hacemos una compra en el supermercado de 1000 pesos, por lo menos 100 pesos son Ingresos Brutos. El año pasado con la baja que hicimos ya rebajamos 10 pesos, el año que viene vamos a bajar otros 5», señaló.

En tanto, su par de Agroindustria, Leonardo Sarquís, también defendió el proyecto y dijo que la suba del 38% «es menos de lo proyectado en materia de inflación». «El 38% tiene que ver con todo lo que se estudió para hacer las cosas muy bien. Estamos abajo de la inflación. Cuando uno mira el promedio de lo que va a ser la inflación, un 38% no es un incremento demasiado excesivo, es lógico y uno tiene que mirar el paquete completo», remarcó el funcionario.

Desde la oposición cruzaron a los ministros por minimizar la suba y el impacto que tendrá en los bolsillos de los bonaerenses. La presidenta del bloque de senadores de Unidad Ciudadana, Teresa García, sostuvo que la suba «impacta directamente en las familias, en las pymes y en los comercios, pero el ministro Lacunza, que ya me hace acordar a Alfonso Prat Gay con lo de las dos pizzas, dice que la suba representa 5 pesos en el supermercado. No tiene vergüenza”.