Las cifras de mortalidad infantil de la provincia de Buenos Aires no aparecen, ya entrado agosto, cuando en años anteriores la presentación de este indicador vital se daba a conocer entre marzo y abril. Hasta 2015 la tasa había descendido de manera constante en la provincia, pero ya en 2016 no hay cifras oficiales. El único dato objetivo sobre la materia lo tiene la Ciudad de Buenos Aires, la más rica del país, en donde las muertes de bebés de entre cero y un año aumentaron, aunque se mantienen en niveles de un dígito.

Si bien las cifras de mortalidad materna y mortalidad infantil suelen presentarse juntas, a mediados de abril la gestión de María Eugenia Vidal dio a conocer el primer índice, pero no el segundo. Junto con la entonces ministra de Salud provincial, Zulma Ortiz dio la buena noticia de que «bajó la mortalidad materna en situación de embarazo o parto durante 2016 y de esta manera se logró revertir una curva que se encontraba en crecimiento desde los años 2014 y 2015». Tiempo Argentino se comunicó con la nueva gestión del ministerio provincial de salud a cargo de Andrés Scarsi, para conocer la tasa aún no revelada, pero no tuvo respuesta.

A mediados de mayo, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta informó la Tasa de Mortalidad Infantil (TMI) es en la Ciudad de Buenos Aires, pero no hubo nada que festejar. Allí la Dirección General de Estadísticas y Censos aseguró que durante 2016 fue del 7,2 por cada mil niños nacidos vivos, lo que muestra un aumento de 1,2 puntos en comparación con 2015.

Ante este panorama, la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, le envió una carta a Vidal para que provea la información correspondiente a 2016. «Estos índices son indispensables en la evaluación y el seguimiento de las políticas sanitarias en cuanto a su efectividad en la atención de la salud», requirió. «Ya está iniciándose el último cuatrimestre del año y aún no se dispone de la información requerida. Se debe tener en cuenta que se trata de un indicador sensible y fundamental para evaluar las políticas implementadas en nuestro distrito», reclamó la jefa comunal, quien todavía aguarda una respuesta.

El precandidato a diputado por 1País, y exministro de Desarrollo Social bonaerense, Daniel Arroyo, sostuvo que en la provincia «no hay mejor oferta, no hay mejor infraestructura, hay un empeoramiento de la situación social y hay un deterioro en la situación de los hospitales. Además, aumentó la mal nutrición, hay un retroceso grande en el sistema de salud, el contexto claramente es peor». Sin embargo, lamentó no contar con el índice «para evaluarlo».

Los ministerios de Salud provinciales son los encargados de calcular la tasa, a excepción de la CABA donde lo elabora su propia Dirección de Estadísticas. Una vez que se entrega la información, el Ministerio de Salud de la Nación consolida los resultados y los publica en el Anuario de Estadísticas Vitales. El sistema de información de Estadísticas de Salud se construye en función de tres variables: cobertura, calidad y oportunidad de la información. Hasta el momento, la provincia había entregado la tasa de mortalidad infantil en tiempo y forma, y no recibió objeción por parte de la autoridad sanitaria nacional. De 2007 a 2015 se logró una reducción sostenida de la mortalidad infantil. En 2007 la tasa fue de 13,5 por mil; se bajó a 12,3 por mil en 2008, y siguió su descenso ininterrumpido llegando por primera vez a un dígito en 2015: 9,9 por mil nacidos vivos.

A principios de año, la exministra Ortiz reconoció la baja de la tasa hasta 2015 pero criticó a la gestión anterior por no haber alcanzado los objetivos del milenio de la ONU que pretenden reducir un 75% esa tasa desde 1990. Así lo dejó asentado en la resolución que puso en marcha un programa de vigilancia de la mortalidad materna, neonatal e infantil dentro de la dirección Provincial de la Salud de la Mujer Infancia y Adolescencia. Por ahora, ni Ortiz ni Scarsi dieron a conocer los resultados de la gestión de 2016. «