Docentes e integrantes de organizaciones sociales y gremiales se convocaron este viernes frente al colegio privado St. Margaret, en Belgrano, para exigir la reincorporación de Matías Halpin, despedido el 29 de noviembre último, después de que les presentara a sus alumnos de quinto año un fragmento de la Carta Abierta a la Junta Militar, que Rodolfo Walsh publicó -desde la clandestinidad- el 24 de marzo de 1977, un día antes de ser asesinado.

La comunidad educativa advirtió que si el Estado no «ejerce su responsabilidad» los docentes pueden ser despedidos «cuando apliquen la ley de Educación Sexual Integral o cualquier otro contenido que no guste».

Aunque las autoridades del colegio alegaron que el despido se debió a una «reestructuracón», el docente sostuvo que las razones fueron «ideológicas», ya que el conflicto surgió luego de que él usara la Carta abierta a la Junta Militar como un contenido de la materia Sociedad y Estado, que daba además de Antropología.

«Nos preocupa que el Estado de la Ciudad (de Buenos Aires) permita que las escuelas despidan a docentes cuando hacen lo que manda la currícula escolar», dijo Fidel Aguilar, secretario gremial del Sindicato Argentino de Docentes privados (Sadop), sección Capital.

Aguilar remarcó, ante las puertas del colegio, que la Carta abierta es un material «recomendado» por los ministerios de Educación de la ciudad de Buenos Aires y de la Nación. «Que sea un colegio de gestión privada no quita que la educación sea pública», agregó.

El 8 de noviembre pasado, mientras Halpin daba una clase de Sociedad y Estado a estudiantes de quinto año, la rectora pasó por el aula y se detuvo para ver qué sucedía adentro.

En ese momento, el docente proyectaba un video en el que el escritor argentino Hernán Casciari leía un cuento de su autoría llamado «Mi hija quiere entender el sistema financiero».

«Ese mismo día, en el recreo (la rectora) me preguntó qué miraban los chicos con tanta atención», contó el docente, y continuó: «Pero cuando nombré a Rodolfo Walsh se le transformó la cara y dijo que ‘eso no le interesa a los chicos'».

Halpin usó esos dos materiales para «conectar» lo que ocurría en los ámbitos político y económico durante la década de 1970 en el país.

«A la semana siguiente recibí un mail de la rectora de nivel medio en el que me pedía que explicitara las fuentes que usaba para la materia. Y lo hice, porque no tengo nada que ocultar», dijo.

Una semana después, Halpin fue citado a una reunión con la rectora y la dueña del colegio, ocasión en la que se habló del nazismo.

«Dijo que Hitler había hecho las cosas bien al principio porque había levantado la economía alemana. Pero que después, enceguecido por tantos años en el poder, había cometido errores», relató el docente.

El 29 de noviembre, Halpin recibió el aviso del telegrama de despido, que alegaba razones de «reestructuración» y le informaba que estaba desvinculado de la institución a partir del 31 de diciembre.

Además de su reincorporación, el docente exige a las autoridades del St. Margaret que «reconozcan que actuaron mal y que hicieron comentarios infundados y nocivos».

«El negacionismo es un problema que me excede, es responsabilidad del Estado», dijo.