La automotriz Renault cerrará la tradicional Metalúrgica Tandil, establecida en esa ciudad bonaerense, y dejará a 200 familias en la calle, al cabo de un duro proceso de vaciamiento, similar al que atraviesan numerosas empresas del sector autopartista local, severamente afectadas por la crisis de la industria automotriz.

La empresa de origen francés justificó el cierre por razones de “competitividad” e informó que la decisión se tomó tras finalizar la relación con el último cliente, la fábrica de camiones Scania.  

Los trabajadores de la firma que operaba desde 1948 como una de las más importantes empleadoras de esa localidad marcharán el próximo martes 16 de octubre al municipio de Tandil para pedir la mediación de las autoridades en reclamo de los puestos de trabajo.

El secretario General de la UOM Tandil, Carlos Romano, señaló a Tiempo que en la actualidad la autopartista empleaba a 140 pero extendió la cifra de afectados a 220 al incluir a los empleados indirectos y a los proveedores locales de la empresa.

Romano contó que la empresa “venía desarrollando un proceso de vaciamiento durante el cual fue desvinculándose de sus clientes”.

En el último año el 95% de la producción se destinó a la construcción de partes para Scania “pero la situación se agravó con la política de este gobierno (en relación a Cambiemos), que se abrió a las importaciones y ordenó el tarifazo de los servicios, dos temas por los que la empresa dice que no puede continuar con la producción”, señaló el referente gremial.

Entre noviembre y diciembre del año pasado la firma avanzó con un plan de retiros voluntarios al que accedieron 80 trabajadores. La empresa pagó indemnizaciones por encima de los topes legales y ofreció descuentos del 25% en vehículos 0km de la marca. Además, acordó pagos de 50 mil pesos adicionales por cada 9 años de antigüedad.

Tras los retiros en Metalúrgica Tandil quedaron 140 trabajadores, 110 afiliados a la UOM y otros 30 fuera de convenio, sin contar a los proveedores y otras actividades relacionadas.

Pero la sangría no alcanzó para enderezar el rumbo por lo que este año Renault decidió suspender a todo el personal entre el 1 de octubre y el 31 de octubre. Esta segunda determinación tampoco cambió las cosas por lo que la empresa informó el cierre definitivo.

En shock por la novedad, los trabajadores insisten con el pedido de que se respeten los puestos de trabajo. “El 16 de octubre a las 18 vamos a realizar una marcha con los gremios y las organizaciones sociales. Habrá una primera parada en la sede de Renault local y el acto final se hará en la puerta del municipio”, dicen.

“Estamos preocupados por la fuente de trabajo, por lo que vamos a pedir que se comprometa el Consejo Deliberante para que se dejen de cerrar empresas. En Tandil ya se cerró la minería y el ferrocarril así que no hay oferta laboral”, agregó.

Por su parte, Renault argumentó que la planta “venía presentando resultados negativos desde hacía varios años por problemas de competitividad de la fundición, rubro específico de Metalúrgica Tandil.

Según las fuentes consultadas, la firma “estuvo tratando de revertir la situación de la rentabilidad con inversiones pero el objetivo no se logró» y agregaron: «Los retiros voluntarios y las suspensiones fueron medidas que se tomaron mientras la empresa evaluaba sobre la marcha pero al final ya no había más producción ni clientes salvo Scania. Cuando ellos dejaron de ser clientes no se justificaba la continuidad”.

A diferencia del gremio la compañía reconoce hoy a 99 empleados “y algunos contratados” y aseguró que con los despedidos “se prevé cumplir las condiciones previstas por la ley”.