El vicepresidente de Uruguay, Raúl Sendic, presentó ayer su renuncia ante el Plenario del gobernante Frente Amplio (FA), que se había reunido para juzgar su conducta en el uso de tarjetas corporativas cuando estuvo al frente de la empresa petrolera Ancap. La dimisión fue aceptada horas después por el presidente Tabaré Vázquez y ahora debería asumir la vicepresidencia la senadora Lucía Topolansky, por ser la segunda más votada de la lista más votada del FA después de su esposo, el expresidente José Mujica (2010-2015), quien está impedido de ejercer ese cargo por haber gobernado en el período anterior. «A mí no me sorprendió para nada», manifestó el expresidente en declaraciones a la prensa. «Si había un error había que tomar medidas, pero no podían llegar a la ofensa, al aplastamiento», agregó el exmandatario, quien lamentó la forma en la que se dio la discusión. Días antes había ensayado una defensa de Sendic al decir: «En el Senado o en el Parlamento hay gente que ha recibido a lo largo de su vida 100 mil, 150 mil o 200 mil dólares sucesivos de viáticos, y se los gastó todo, nunca le sobró ni un dólar para devolver. Porque no hay tradición de devolver. Tampoco hay obligaciones aparentemente».

Raúl Fernando Sendic Rodríguez, de 55 años e hijo del fallecido líder histórico de  Tupamaros, Raúl Sendic Antonaccio, es el primer vicepresidente que renuncia a su cargo en la historia de Uruguay. Esta crisis política se suma a la de varios países de la región, de los que el último ejemplo es la renuncia del también vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, por un supuesto caso de corrupción.

«Presenté ante el Plenario del FA mi renuncia indeclinable a la Vicepresidencia. Se lo comuniqué también al presidente Tabaré Vázquez», escribió Sendic en su cuenta de Twitter.

El Plenario del FA se había reunido en la mañana de ayer para analizar posibles sanciones a Sendic, luego de que el Tribunal de Conducta Política de esa fuerza juzgara que el vicepresidente mostró «un proceder inaceptable en el uso de dineros públicos» mientras estuvo al frente de la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (Ancap).

Sendic se presentó ante el Plenario, en medio de una enorme tensión política en el partido de Gobierno, habló durante diez minutos, entregó documentos con su estado patrimonial, sostuvo que ponía su renuncia a consideración del FA y pidió que el dictamen del Tribunal de Conducta fuera elevado a la Justicia. Enseguida, el vicepresidente salió de la sede del FA por una puerta lateral, sin encontrarse con una veintena de seguidores que se habían reunido para manifestarle su apoyo, según consignó la agencia de noticias Sputnik.

El Plenario entró luego en un cuarto intermedio y reanudó su sesión media hora más tarde para adoptar una decisión. Pero mientras el Plenario discutía, Sendic divulgó su tuit, oficializando su salida de forma indeclinable.

El Tribunal de Conducta Política del FA analizó entre el 14 de junio y el 24 de julio el uso que hizo el actual vicepresidente de las tarjetas corporativas de Ancap en el período 2005-2013, primero como vicepresidente y luego como presidente de esa compañía estatal de combustibles.

El Tribunal inició su actuación de oficio luego de que dos medios locales divulgaran este año que gastó 18.729 dólares y 38.325 dólares con esas tarjetas en gastos que, «por su naturaleza, generaron extrañeza o desaprobación», según el dictamen.

Pero el asunto más candente que pesa sobre el vicepresidente se refiere a su gestión general de Ancap, pues concluido su período al frente de la empresa estatal, el gobierno reveló unas pérdidas de 800 millones de dólares que, tras denuncias de la oposición, están a estudio de un tribunal especializado en crimen organizado que lo llamará a declarar como indagado en octubre. 

Una figura con historia

La infancia y adolescencia de Sendic transcurrieron en la pobreza y la clandestinidad que marcaron la vida de su padre Raúl (1925-1989). Fue el mayor de varios hijos del líder guerrillero, el hombre más buscado del país y preso político desde 1972, cuando los Tupamaros fueron derrotados y sus principales dirigentes encarcelados.

Sendic pasó a ser «rehén» de la dictadura militar que se instauró en Uruguay en 1973, cuando el régimen amenazó de muerte a los líderes tupamaros presos en caso de que la guerrilla intentara reagruparse y realizar alguna ofensiva.

Raúl hijo, su hermano Ramiro y su madre Nilda Rodríguez se mudaron a Cuba en 1980, donde descubrieron que su padre era visto casi como un héroe. Ingresó a la universidad en Cuba y cursó varios años la carrera de Medicina, aunque sin terminarla. En Cuba se vinculó al Movimiento 26 de Marzo, un grupo que había funcionado como el ala política de los Tupamaros en los años ’70, pero que más tarde, en la prisión y en el exilio, endureció su posición.

El renunciante vicepresidente volvió a Uruguay en 1985, una vez concluida la dictadura, y se reencontró con su padre recién liberado y en muy mal estado de salud. El reencuentro fue breve, porque enseguida se manifestaron diferencias políticas irreconciliables y los dos no volvieron a verse más, pues el exlíder guerrillero falleció en 1989 en París, mientras se sometía a tratamiento médico.

El Movimiento 26 de Marzo ingresó al FA en 1989, luego de diez años de intentos rechazados. Sendic compitió y obtuvo una banca de diputado en 1999, dirigió durante varios años el semanario La Juventud del Movimiento 26 de Marzo, y se fue haciendo un lugar dentro del FA como una voz de izquierda. Fueron notorias sus críticas al líder histórico y presidente del FA, Líber Seregni, y sus objeciones a que el economista Danilo Astori se convirtiera en ministro de Economía en 2005, cuando el FA asumió la presidencia del país por primera vez.

En esa ocasión, Sendic no logró ser reelecto legislador y el 26 de Marzo tuvo una muy baja votación; distanciado de las posiciones mayoritarias del FA, el grupo fue expulsado de la coalición de izquierda en 2008.

Pero Sendic se mantuvo dentro del FA y, a pesar de su derrota en las urnas, logró ingresar en 2005 al directorio de la estatal Ancap, por el apoyo que le prestó José Mujica, quien en las elecciones siguientes sería presidente.

Fue durante el gobierno de Mujica que Sendic pasó a ser presidente de Ancap. Hace apenas cuatro años, Sendic parecía una estrella ascendente en el FA, relativamente joven y luciendo una gestión de alto perfil en Ancap. Así se lanzó a la campaña en unas elecciones internas en las que su lista fue la más votada y, con ese triunfo en la mano, integró la fórmula presidencial junto a Tabaré Vázquez para los comicios generales de 2014. 

Pero apenas asumido el nuevo gobierno, se reveló que Ancap tenía una pérdida de 800 millones de dólares, que exigía una urgente capitalización.