Lo que tanto se temía finalmente sucedió. Más de 35 cuadras de manifestación pacífica que ponían fin al 31º Encuentro Nacional de Mujeres en la ciudad de Rosario, terminó con heridos y represión policial.

Las organizadoras habían advertido durante el día el temor a que hubiera incidentes. Por eso se extremaron las medidas de seguridad. Cuando la multitudinaria columna conformada por más de 70 mil mujeres estaba a dos cuadras de llegar al Monumento a la Bandera, sitio establecido para el final de la marcha, un grupo minoritario se separó de la columna principal e intentó realizar pintadas en la fachada de la Catedral y de la Municipalidad, los dos edificios más custodiados por la policía rosarina.

Ese grupo, según consignaron los testigos, estaba vestido de negro y con capuchas. La represión no se hizo esperar. Balazos de goma primero, gases lacrimógenos y camiones hidrantes después generaron un final caótico, que dejó dos periodistas heridos: José Granata, corresponsal en Rosario de la agencia Télam, y Alberto Furfaro, periodista del canal 5 local.

En diálogo con Tiempo Argentino, Granata expresó: “La policía empezó a tirar balas de goma a mansalva, para todos lados. Yo tengo tres impactos: una en la cara, otro en la cabeza y otro en el brazo. Hace muchos años que vivo en Rosario y nunca vi algo igual”. El otro periodista tiene una herida en la oreja, en principio producida por un piedrazo.

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