Uno de los nuevos rituales de la militancia peronista, al encontrarse frente al jefe del bloque del FpV-PJ en Diputados, el rosarino Agustín Rossi, es hacerle algún chiste o algún comentario sobre el bigote ausente. Porque Rossi se lo afeitó. Y compartió la escena por su cuenta de Instagram. Desde su reasunción como diputado, el “Chivo” -como lo llaman algunos, otros prefieren el “Agustín”- es nuevamente un actor clave del peronismo. Su labor en las negociaciones parlamentarias que precedieron al debate por la Reforma Previsional le aportó muchos elogios. Se lo menciona, incluso, en el lote de dirigentes con potencialidad de ser candidato presidencial. Cuando se le pregunta por el encuentro por la unidad del PJ y sus efectos en el corto plazo, Rossi elige el realismo. Evita el voluntarismo. Lo suyo –queda claro- no es la ingenuidad. “No hay que sobreestimar ni subestimar”, previene.

Para Rossi, la clave pasa por organizar una gran PASO que contenga a todos los sectores internos del peronismo. Que les permita participar y que proyecte al ganador de la primaria, que emergería de todo el proceso con “una legitimidad importante”.

-A mediados de los ’90, algunos dirigentes de la entonces oposición consideraban que la sociedad estaba reclamando una unidad contra el menemismo. Aquello se hizo visible en la confitería de El Molino: estaban Chacho Álvarez, Federico Storani, José Octavio Bordón…

-(interrumpe) Yo estuve.

-Bueno, desde ese lugar, se anunció lo que después fue la gestación de la Alianza. ¿El peronismo hoy está viviendo un proceso parecido? ¿Hay una demanda de una parte de la sociedad, que siente hartazgo, tristeza y una preocupación muy grande por el rumbo del país? Y, entonces, la dirigencia ahora se encuentra con que no está saltando en el vacío sino respondiendo a una demanda muy grande de que todos los sectores del peronismo se reunifiquen. ¿Es así?

-A mí me parece que hay un antes y un después del debate por la Reforma Previsional. Hasta antes de ese debate, en la Cámara de Diputados el horizonte que se veía era un horizonte negro para la oposición. Todo el mundo apostaba a que Cambiemos y Macri iban a obtener la reelección sin obstáculos. Lo que sucedió con el debate por la Reforma Previsional, lo que sucedió adentro del recinto y lo que sucedió afuera, con la movilización, generó otro escenario. Un escenario en el que se abre la posibilidad de que, si estamos juntos, si estamos unidos, podemos plantearle una alternativa que le pueda ganar a Cambiemos en el 2019. Claramente, lo que pasó fue eso. Abajo, en el conjunto de la sociedad, hay en la gente esa demanda. No en todos. Yo diría que de cada 10 personas que me saludan en la calle, 5 me dicen “tienen que unirse”.

-¿El peronismo unido podría estar nuevamente en el 50%?

-Yo creo que el peronismo unificado tiene opciones importantes. Tiene una potencialidad importante. Pero, bueno, lo que está pasando hoy es un puntapié inicial. No hay que sobredimensionarlo ni subestimarlo. Pone las cosas en un lugar. Esto tiene un atractivo que es democratizar el debate. Porque hasta ahora las cuestiones de la unidad eran discutidas en reuniones entre dos, tres o cuatro dirigentes, que se sacaban una foto. Ahora, nosotros pusimos esto en debate, e hicimos estas comisiones, en las que la gente puede participar y dar su opinión. Es un aporte. Esto es lo valioso. Haberse animado a hacerlo. Va en el buen sentido.

-Si no surge un liderazgo que sintetice a todos los sectores del peronismo, porque Cristina es la dirigente más importante de la oposición pero el massismo o el randazzismo no consideran que ella los represente, si no surge ese liderazgo, ¿la alternativa para el 2019 podría ser una gran PASO de todos los sectores del peronismo que defina una fórmula presidencial? ¿Y que la PASO también defina una fórmula para la provincia de Buenos Aires?

-Yo creo que sería lo mejor. Me parece que si Cristina es candidata, bueno, el volumen de ella, todo lo que ya sabemos, la pone en un lugar absolutamente distinto. Ahora, si Cristina no es la candidata, no hay dirigentes opositores que por sí mismos llenen ningún espacio. Le diría más: no hay dirigentes opositores que superen el 60% o 70% de conocimiento a nivel nacional. Entonces, me parece que las PASO puede significar una fuerte movilización a lo largo y ancho de todo el país, y que el dirigente que surja de esas PASO va a surgir con una legitimidad importante, en vista a las elecciones de 2019. Pocos se acuerdan que Cambiemos hizo PASO en 2015. Pero ese 4% que sacó Sanz, ese 2% que sacó Carrió, fueron 6% para que Cambiemos en las PASO, en las primarias, estuviera cerca o arriba del 30%. Y eso le dio mucha potencia para instalar que habría segunda vuelta, porque partían de ese piso de 30%. Me parece que nosotros tenemos que ver esa posibilidad y ver cómo hacemos para construirla.