Rusia expulsó a unos sesenta diplomáticos de 23 países el viernes en una réplica a las medidas adoptadas por esas naciones tras el envenenamiento de un ex espía ruso en Reino Unido.

Los embajadores de 23 países entre ellos el de Francia, de Gran Bretaña, Alemania, Italia, Canadá o Polonia, fueron convocados el viernes por el ministerio de Relaciones Exteriores ruso para notificarles las medidas de expulsión.

«Se les remitió una nota que dice que en protesta a las acusaciones insensatas y a las expulsiones de diplomáticos rusos (…), Rusia declara ‘persona non grata’ a la cantidad correspondiente de empleados diplomáticos», anunció el ministerio en un comunicado.

Concretamente Moscú responde de manera idéntica, expulsando a la misma cantidad de diplomáticos que los efectivos rusos expulsados por cada país. Cuatro diplomáticos de Alemania, Francia y Polonia deberán por ejemplo partir de Rusia.

Trece diplomáticos ucranianos deberán asimismo abandonar el territorio ruso, la idéntica cantidad de rusos que fueron obligados a dejar Kiev esta semana. Tienen tiempo hasta el 5 de abril. 

Sólo cuatro países que anunciaron medidas contra Rusia no son objeto de momento de represalias. «Dado que Bélgica, Hungría, Georgia y Montenegro decidieron a último momento sumarse al movimiento, Rusia se reserva el derecho a tomar medidas» más adelante, declaró no obstante el ministerio en un comunicado.

Moscú decidió también nuevas medidas contra Gran Bretaña, dándole un mes a Londres para reducir su personal diplomático en Rusia y dejarlo en el mismo nivel que el de las misiones diplomáticas rusas en Gran Bretaña.

El 17 de marzo Moscú había anunciado la expulsión de 23 diplomáticos británicos y ordenado el cierre del British Council y del consulado británico en San Petersburgo, represalia a la expulsión de diplomáticos rusos decidida por Londres.

Este viernes, Rusia había asegurado no ser responsable de esta «guerra diplomática» de cada vez mayor magnitud.

«No es Rusia quien inició una guerra diplomática (…), no es Rusia quien inició las sanciones o la expulsión de diplomáticos», declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

No hay justificación

Rusia ya había anunciado el jueves la expulsión de 60 diplomáticos estadounidenses en reacción a la misma medida adoptada por Washington a causa del caso del ex espía ruso Serguei Skripal, envenenado el 4 de marzo en Reino Unido, junto a su hija Yulia. Londres acusa del envenenamiento a Rusia, que ha reiterado su inocencia en el caso.

El hospital en el que está ingresada Yulia indicó que su estado mejoraba rápidamente, mientras que su padre sigue en estado crítico, pero estable.

Los 60 diplomáticos estadounidenses expulsados (58 empleados de la embajada y dos del consulado general de Estados Unidos en Ekaterinburgo) «fueron declarados ‘persona non grata’ por actividades incompatibles con su estatuto diplomático» y tienen una semana para abandonar Rusia, según el ministerio ruso de Exteriores, que también ordenó el cierre antes del sábado del consulado general estadounidense en San Petersburgo.

«No hay ninguna justificación a la reacción rusa», lamentó la portavoz del departamento de Estado estadounidense, Heather Nauert, asegurando que Estados Unidos se reserva el «derecho de responder».

«El presidente (ruso Vladimir) Putin es partidario de desarrollar buenas relaciones con todos los países, incluso Estados Unidos», agregó el portavoz del Kremlin.

En total, cerca de 300 diplomáticos deberán abandonar sus puestos en Rusia y en los países que decidieron secundar la iniciativa de Gran Bretaña y Estados Unidos a causa de esta crisis.

Investigación objetiva e imparcial

En total, las medidas coordinadas contra Moscú por los países occidentales supondrán la expulsión de más de 140 diplomáticos rusos en Europa, América del Norte u Oceanía.

«Para restablecer la verdad» Rusia pidió la convocatoria de una «sesión extraordinaria» del consejo ejecutivo de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), según el ministro ruso de Exteriores Serguei Lavrov, que había exhortado a los occidentales a tener «una conversación honesta» con los rusos sobre el caso Skripal.