Es oficial: el cuerpo de Santiago Maldonado apareció sin vida, flotando en las aguas del Río Chubut, a unos 150 metros de dónde lo vieron por última vez asediado por una patrulla de gendarmes. El hallazgo potencia incógnitas vigentes desde el primer día, crea nuevos interrogantes y entrega algunas certezas. La principal: ya no hay dudas de que esa mañana fatídica del 1 de agosto Santiago estuvo en la Pu Lof en Resistencia de Cushamen, y que formó parte del grupo de manifestantes perseguidos durante la cacería emprendida por miembros de los tres escuadrones de Gendarmería que reprimieron a discreción dentro del territorio adjudicado a Benetton.

Aunque imposte lo contrario, la confirmación es un revés para el Gobierno de Mauricio Macri, y en especial para su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Si bien el dato sobre la presencia de Santiago fue aportado desde el vamos por la comunidad mapuche que denunció su desaparición, el oficialismo, con la ministra a la cabeza, desplegó en estos dos meses un operativo que ubicó al joven en distintos puntos del país y del exterior. Esta semana, por caso, la diputada y candidata Elisa Carrió insistió con que podía encontrarse en Chile, al servicio del “Ram”, un supuesto colectivo mapuche al cual el gobierno le adjudica presuntas acciones violentas en la región.

La aparición del cuerpo dejó fuera de juego esa teoría, aunque el gobierno insiste ahora en imputarle la desaparición de Santiago al “Ram”. Por ahora ningún funcionario hizo la acusación en público, pero la sugerencia oficial se transmitió en privado a periodistas afines, que lo difundieron en medios y redes sociales.

El operativo mediático inició apenas se supo de la aparición del cuerpo. El martes por la noche, cuando aún se desconocía la identidad del fallecido, desde los ministerios de Seguridad y Justicia transmitieron la hipótesis oficial: que el cuerpo fue “plantado por el Ram”.

La operación del Gobierno hace pie en una sospecha en la que coinciden casi todos los que participaron y asistieron al rastrillaje: si bien todavía no hay precisiones forenses, es improbable que el cuerpo haya estado 78 días en el lugar en el cuál apareció.

Es de esperar que voceros oficiales u oficiosos digan en las próximas horas que la identificación disuelve las sospechas de “desaparición forzada” que describe la carátula del caso. Error: por el momento, sólo se sabe que el martes al mediodía el Santiago estaba a 150 metros del lugar en el que desapareció. Resta saber dónde estuvo los 77 días anteriores. La autopsia, quizá, ofrezca algunas precisiones sobre eso.

El cuerpo de Santiago comenzó a hablar. Ojalá la justicia, esta vez, esté dispuesta a escuchar.