De acuerdo a los datos preliminares que arrojó el análisis al cuerpo de Sheila, se dedujo que la niña fue estrangulada hasta morir.

Según el primer informe, Sheila tenía un surco alrededor del cuello del que se deducía podría haber sido asesinada con un lazo. También se conoció que no había indicios de que la nena haya sido violada.

Hasta ahora los detenidos por el asesinato son Leonela Ayala y Fabián González, tíos de la nena quienes confesaron el crimen ante la policía.

Ayala quien estaba embarazada, dio a luz a su cuarto hijo mientras estaba detenida. Fue trasladada al Hospital Eva Perón de Malvinas Argentinas, que está a cuadras de la fiscalía.

Desde el colectivo Ni una menos repudiaron el crimen y convocaron a una marcha en San Miguel. “Mientras se escucha que los hijos son de los padres (bajo el slogan #ConMisHijosNoTeMetas para repudiar la educación sexual), el cuerpo muerto de Sheila aparece en una casa de su familia.
Cuando todavía sentimos las balas de goma que se dispararon contra nosotras en el cierre del Encuentro en Trelew, una niña es arrojada como basura dentro de una bolsa”, expresa el comunicado. “Cuando aún siguen las escuelas vacías porque no hay condiciones mínimas de seguridad para niñes, Sheila, que tendría que estar en 5to grado, no estaba escolarizada. Está muerta. Sheila duele, desgarra, porque un femicidio de una niña desconoce además su condición infantil”, continúa.

El comunicado hace alusión a la postura del municipio con respecto a los derechos de las mujeres. “En el mismo Municipio que se declaró Pro-Vida, donde trabajadoras de la salud fueron despedidas por tener un cartel que decía Ni Una Menos o por practicar abortos amparados por la ley, donde a través de Consejerías vinculadas a la Iglesia Católica que funcionan dentro de Hospital Público San Miguel se obstaculiza el acceso a los derechos sexuales, una nena desaparecida fue encontrada por la presión del barrio para que se la busque; pero Sheila ya estaba muerta. Eso no es barbarie. Es la producción sistemática de vidas devaluadas, que son explotadas por economías ilegales, las cuales ofrecen en los territorios devastados desde una salida laboral a una infraestructura de recursos básicos. Nos dicen que no valemos nada, salvo para ser mano de obra barata, o votos que contabilizan, o cupos de consumo.”
El viernes por la tarde los vecinos de San Miguel se convocaban para marchar pidiendo justicia.

Sheila había desaparecido el domingo mientras estaba jugando en la vereda de su casa. 
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Comunicado completo del colectivo Ni Una Menos