El último fin de semana de febrero, Necochea fue la sede del 4to. Encuentro Nacional de Agrupaciones Cannábicas. El evento convocó a 21 organizaciones de distintos puntos del país que promueven el autocultivo de marihuana. La cita fue declarada de interés público por el Concejo Deliberante de Necochea.

Tiempo Argentino entrevistó a Rossana Zappia, de Jardín del Unicornio Asociación Cultural; Facundo Rivadeneira, de Cogollos del Oeste; y Nicolás Milione, de Acción Cannábica; referentes del área metropolitana para conocer los alcances del Frente Nacional de Agrupaciones Cannábicas, hito histórico en el reconocimiento de los derechos de los canabicultores.

¿Cuál fue el eje central del encuentro?

Nicolás: No hubo uno. Confirmamos públicamente nuestro compromiso con el autocultivo. Y pensamos estrategias para financiar las agrupaciones y el Frente. En ese sentido, nos comprometimos a sustentarnos sin cambiar marihuana por dinero. Otro punto fue la Violencia Institucional que sufrimos los cultivadores y cómo vamos a prevenir los atropellos policiales.

Facundo: El Plan de Lucha de 2017 sugiere que nos organicemos frente al contexto político actual. Estuvimos presentes desde Salta hasta Neuquén. El debate enriqueció la información a nivel país y favorece la conformación de nuevas asociaciones.

¿Hay más allanamientos a cultivadores?

Rossana: Creemos que se radicalizó la persecución a los canabicultores. En el último año hubo más allanamientos. La bala pega cada vez más cerca para los que estamos visibilizados. Es el caso de Adriana Furnaro. Debatimos sobre cómo se padece la prohibición en cada provincia. Además acordamos no utilizar la palabra medicinal. Es consumo terapéutico. El solo hecho de cultivar es terapéutico.

¿Cómo se preparan para persistir en este contexto de persecución estatal?

Rossana: Con más información. Estamos organizando una jornada en la Universidad de La Plata; desde el año pasado algunas agrupaciones participamos en la Facultad de Ciencias Exactas en análisis de genéticas y tuvimos resultados positivos en el uso terapéutico. Nosotros no somos narcos. De nuestros cultivos personales, devolvemos a la sociedad una parte. Estamos tan estigmatizados que tenemos que demostrar que el canabis hace bien mientras que eso no pasa con el que fuma tabaco o consume alcohol.

Facundo: Los que trabajamos en cannabis terapéutico sabemos que es el Estado el que debe regular. El autocultivo es nuestra principal herramienta.

Rossana: Nosotros damos una mano y se genera un vínculo con los usuarios. Eso es un alivio para las personas que nos contactan.

Nicolás: El reconocimiento principal sería el derecho a nuestra libertad, a no ir más presos por cultivar. Hoy somos todos Adriana Furnaro. Si nos tocan a uno, nos tocan a todos. Cada vez estamos más organizados.

¿Qué sensación les dejó la media sanción de la ley de canabis medicinal?

Rossana: Vacío y desprotección. Dentro de las agrupaciones respetamos las diferencias. Para algunos fue un avance pero otras asociaciones se sintieron desamparadas porque no incluye al cultivador. En este proyecto queda afuera el cultivo colectivo.

Facundo: Comparto. Nosotros trabajamos en consumos problemáticos. Y apostamos a la reducción de daños. Nos contactamos con gente de Chile, Uruguay. 

Nicolás: Nadie habla de la reducción de daños. Y que una persona se vaya de su país a cultivar a otro, es un exilio silencioso.

Rossana: Se tiene que regular el cultivo personal. Hay fuentes de trabajo detrás del canabis. Quiero ser una cultivadora registrada y trabajar ocho horas. Y que no me lleven presa. Hay gente que se fue a Estados Unidos a trabajar y aprender sobre la temática. No es un invento, es una realidad que hay que atender.

Nicolás: Los cultivadores estamos acorralados. Ponemos la cara, no somos narcos. Es un riesgo la interpretación del juez; podés ser competencia de los narcos. Ahora es tiempo de cogolleros. Si tenes hijos, corres el riesgo que si estás separado, te manden un allanamiento y que te saquen los hijos.