Los cambios en el convenio laboral para los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta serán firmados hoy. De esta manera el Gobierno, con el aval del los gremios, sellará su primer reforma en búsqueda de la reducción de lo que denominan “costo laboral”.

Hace poco más de 15 dias el presidente Mauricio Macri hizo el anuncio formal de que las las petroleras se comprometían a invertir 5.000 millones de dólares en un año en el yacimiento Vaca Muerta, siempre y cuando se acordara con los gremios y las empresas del sector la flexibilización. Si bien todas la partes estaban de acuerdo, la firma del convenio se demoró debido al conflicto que sucitó el despido de 1700 operarios de YPF con la posterior intervención del ministerio de Trabajo.

En ese marco, las cámaras y sindicatos se reunieron con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y su par de Energía, Juan José Aranguren; y, con el fin de avanzar en lo anunciado por el Presidente, pautaron dejar sin efecto 900 despidos y poner en marcha programas de retiros voluntarios con cobros del 100% de las indemnizaciones de entre $13.000 y $20.000 por seis meses. Así, las partes pudieron alcanzar un entendimiento que redundará en 1255 “retiros voluntarios” y la puesta en práctica de la flexibilización del trabajo en el sector.

El acuerdo contempla la eliminación de las horas taxi por las cuales la jornada laboral se consideraba iniciada cuando el trabajador salía de su domicilio. Según las compañías, esta medida permitirá el “equilibrio” de los salarios en el sector petrolero.

Por otra parte, se reduce la cantidad de operarios por pozo a pedido de las petroleras Además, se deja al trabajador sin posibilidad de hacer horas extras o trabajar los fines de semana para incrementar su salario y se establece una jornada laboral de 8 horas, de lunes a viernes, para operación y mantenimiento de pozos.

Se incorporan tareas nocturnas como montaje, desmontaje y acondicionamiento utilizando luz artificial con lo que se pretende evitar tiempos muertos. Además hay una fuerte reducción de las llamadas horas viento, incluyéndose que la operación a nivel de superficie continuará normalmente, sea cual fuere la velocidad del viento, y en altura se suspenderá al superarse una velocidad de 60 kilómetros por hora.