Lxs tres primerxs arquitectxs del Instituto de Arquitectura y Urbanismo (IA) de la UNSAM comparten título, pero tienen vidas que superan el estereotipo clásico del/la estudiante universitarix. Cada unx tiene una historia diferente y, también, interesante.

María Jéssica Silvero Ruiz tiene 25 años y fue de una de las primeras estudiantes de Arquitectura. “De chiquita veía trabajar a mi papá, que traía madera a casa y tomaba medidas. Yo ya jugaba a la casita y me gustaba construir. Esa es una de las razones por las que elegí esta carrera”, dice feliz.

“Por otro lado, siempre tuve una relación poco amigable con la casa en la que vivíamos, sobre todo por su precariedad. Los edificios siempre me llamaron la atención. Para mí, no era muy normal tener un baño con inodoro y mochila, por ejemplo”, cuenta.

Hoy, la flamante arquitecta piensa en su futura vivienda, pero también en el bienestar de sus vecinxs. Su trabajo final “Perforaciones verdes. Nuevos límites y perspectivas urbanas en Villa Lynch” apunta a que todxs puedan tener acceso a una vivienda hecha con materiales poco convencionales, eficientes y a bajo costo. (Conocé su proyecto aquí

...

Leonardo Corzo también ingresó a la carrera en 2014. Pudo estudiar con dedicación exclusiva gracias al apoyo de su familia. Un apoyo que significó un gran esfuerzo, el cual Leonardo agradece. “Aprendí muchísimo. Es una carrera exigente y, a veces, me costó entender algunas cosas, pero siempre me sentí muy acompañado. El vínculo con lxs docentes es cálido, quieren lo mejor para lxs estudiantes”, cuenta. Para Leo, una de las experiencias más significativas durante la cursada fue el Taller de Experimentación Proyectual en la Biblioteca Popular La Cárcova, que funciona en José León Suárez. Su proyecto final se tituló “Articulación – operación sobre galpón ferroviario y el tramway urbano”.

A Carlos Pacheco la arquitectura lo flechó cuando tenía 18 años. En ese momento trabajaba y estudiaba en La Plata, pero las dificultades económicas y la dictadura cambiaron sus planes. “Me casé y me fui a trabajar a Ushuaia. Cuando me jubilé en 2016, decidí volver a Buenos Aires. Acá me reencontré con la idea de retomar Arquitectura”, cuenta. Hoy, Carlos tiene 64 y su título en la mano. “Cuando volví, investigué en la web y descubrí la UNSAM, que me abrió las puertas de una manera extraordinaria”, dice emocionado. “Me preocupaba no poder responder cognitivamente ni vincularme con lxs compañerxs, mucho más jóvenes que yo. Me felicito por la decisión que tomé, fue una de las más acertadas de mi vida”, celebra. Su proyecto final se titula “Sede Escuela Arquitectura, Urbanismo y Transporte. La arquitectura expande los límites del Campus de la UNSAM”.

Para Claudio Ferrari, decano del IA, el martes 19 de agosto de 2020 fue un día histórico. “Tenemos los primeros arquitectos UNSAM. Los primeros arquitectos que, además, se reciben en una universidad pública del conurbano. Esto se logró después de seis años de trabajo y gracias a la contención de la Universidad”, dijo apenas terminada la instancia virtual de evaluación en la que lxs estudiantes defendieron sus proyectos. El jurado estuvo integrado por lxs docentes Roberto Busnelli, Agustín Miranda y Adrián Russo.

“La mirada crítica e integral de temas complejos y la capacidad de sintetizarlos en un proyecto arquitectónico viable son factores centrales”, señaló Russo. “En los tres proyectos que vimos hoy, esas dos condiciones se dieron de la mejor manera, lo que denotó un perfil de egresados con una mirada ampliada de la profesión. Esta integración y reinterpretación de los temas sociales, territoriales, de espacio público, tecnología y programas son los que generan proyectos mas complejos y con una visión humanista de la arquitectura”.

Por su parte, Fabián de la Fuente, director de la unidad académica hasta 2016 y actual director del Laboratorio de Urbanismo y Arquitectura, dijo: “La UNSAM fue el primer espacio después de la Universidad de Buenos Aires en ofrecer la carrera de Arquitectura, algo que en su momento nos llenó de orgullo. Ahora también tenemos el orgullo de entregar el título a nuestros primeros egresados, que dan cuenta de nuestro compromiso con el saber, el territorio y el oficio “.