Entre el 1 y el 11 de febrero, llega a Timbre 4 la sexta edición del Festival Temporada Alta en Buenos Aires (TABA). En esta nueva edición, se presentarán espectáculos provenientes de España, México, Perú, Uruguay, Chile, Francia, Brasil y Argentina.

La programación incluye: la semana catalana, mesas de conversación, workshops, charlas y debates posfunción, actividades especiales, y el ya clásico y esperado Torneo de dramaturgia transatlántico, entre otras actividades. Por Temporada Alta (festival nacido en Girona, considerado como el festival más prestigioso de España), tiene gran aceptación en su versión local: ya han pasado más de 25 compañías (nacionales e internacionales) y más de 22.500 espectadores desde su primera edición en 2013.

Las diferentes formas escénicas que se distribuirán por las tres salas de Timbre4 (México 3554) incluirán propuestas para todos: performance, teatro físico, música, marionetas, danza, clown, circo en pequeño formato, con variedad de temáticas entre las que se destacan la discriminación, migración, dictadura, genocidio cultural, identidad, violencia y explotación.

“Que se tome como un clásico de verano en el panorama local, es un sueño cumplido. Por suerte pudimos mantenerlo y hacerlo crecer en estos años. Cada vez hay más países y más obras”, dice Maxime Seuge, productor de la sala y partícipe necesario de este encuentro.

“La idea nació para replicar los espacios que nos abrieron a nosotros cuando fuimos de gira. Poder recibir obras de todos lados es un honor y un aprendizaje. Obviamente hay una predominancia de cataluña pero todos vienen con el mismo afán de conocer la manera de hacer teatro de otros lados, conocer otro público y otras cabezas. Nos aporta un montón, cuando éramos invitados y ahora siendo anfitriones”, afirma Seuge quien considera el festival como un espacio de encuentro, un lugar de aprendizaje, de cruce, de mezcla.

La novedad de este año es que por primera vez habrá una obra de Francia: se titula Reparar a los vivos, una pieza que fue furor en tierra gala, primero como libro best seller (de la autora Maylis de Kerangal) luego en cine para pasar a teatro.

“Es un unipersonal sobre un adolescente que queda en estado vegetativo y surge el tema de la donación de órganos. Es fuerte. Lo bueno es que pudimos organizar una gira para que aprovechen el viaje y se presenten en Chile, en Uruguay y Perú. Algo que veníamos haciendo con las obras catalanas desde 2015”, dice el productor.

Otro debutante es Brasil: La Compañía Periplo presentará la obra Celebración de la realidad. Con dirección de John Mowat, trae a la escena cuentos de El Libro de los Abrazos de Eduardo Galeano. A través de un lenguaje sintético y bien humorado cada una de las escenas presenta el punto de vista de gente anónima y nos invita a reflexionar y cuestionar nuestra participación en la construcción de la Historia. Cabe destacar que Argentina estará representada por Teatro del Bardo y la obra El Cruce, adaptación del cuento homónimo de Sebastián Borkoski y relatos de Horacio Quiroga. Un cruce de universos donde conviven la literatura, la música y la danza.

“Todos los países tienen su estilo narrativo particular: sorprenden las de Perú, o las tres obras de México, que tienen búsqueda particular, en las puestas. Las catalanas tienen ese plus escénico que tanto gusta. Es como cuando vamos nosotros allá. El afán por el teatro argentino sigue existiendo. Lo que se hace tiene sello propio y eso es que tenemos es un común con los catalanes, es algo distinto, y los que nos gusta de poder acercárselo al público de acá. Ese puente con intereses encontrados por el teatro, es la clave”, cree Seuge, quien agrega: “Este festival es importante para nuestra historia, para quienes somos. Es un espacio que nació por gusto y que el público nos siguió. Fue suerte pero también buscamos una oferta interesante con este festival, el público sabe que arranca el año con obras llamativas distintas y cambia el panorama del año”.

En épocas difíciles para el teatro, Seuge reconoce que la variedad de obras incentiva para ser creativos y buscarle la vuelta. “Tratamos de ser fieles a nuestra manera de amar el teatro y encarar el día a día en tratar de encontrarle la vuelta. Queremos vivir del teatro. Lo que nos gusta es hacer teatro así que hay que investigar y hacer que esto se vea, se note. Cuanto más ideas, tratamos de llevar a delante, y cuanto más creativas, mejor. Un festival como este aporta una calidad y una variedad para el público que hace que esto hace que siga vivo”, afirma Seuge, uno de los seis que (auto)gestionan una de las salas independientes más prestigiosas del circuito porteño, que tiene como cara más visible a Claudio Tolcachir.

El proyecto surgió de la colaboración entre el festival y Timbre4, con la intención de acercar la producción catalana a los espectadores argentinos. Pero fue creciendo con un trabajo de curaduría en conjunto. “Esto es un equipo, el epicentro es de allá, pero la verdad es que todos aportamos para que siga creciendo”, afirma Seuge.