Este domingo, desde las 9 a las 18, se desarrollarán en la Bombonera las últimas elecciones del año en la Argentina, en Boca, un reducto que tiene más movimiento que algunas de las provincias del país. De hecho, allí nació el macrismo en 1995, cuando Mauricio Macri ganó la presidencia del club. Ahora, 24 años después, como nunca antes, ese poder puede terminarse en Boca. La participación superará a los casi 26 mil socios que votaron en 2015, cuando fue reelecto Daniel Angelici, en una participación récord. 

Los candidatos serán Christian Gribaudo, José Beraldi y Jorge Amor Ameal. Al oficialista de Gribaudo, delfín de Angelici, lo acompañará Juan Carlos Crespi. A Beraldi, Royco Ferrari. Y a Ameal, Mario Pergolini. Pero el opositor Ameal cuenta con el máximo ídolo en la historia de Boca: Juan Román Riquelme, quien podría definir la elección. El oficialismo desea que vaya poca gente a votar. Ameal y Riquelme, que la participación orille los 40 mil electores. «Vayan temprano a votar», pidió Riquelme, que le teme a las irregularidades.

Hay casi 87 mil socios habilitados para votar (Boca tiene, según el club, 207 mil socios entre todas las categorías) y 148 mesas. El lugar elegido para instalar la carpa fue la Playa I del estacionamiento ubicada en las vías del ferrocarril, entre Brandsen y Aristóbulo del Valle. La campaña estuvo atravesada por acusaciones de las partes. Angelici insinuó que Riquelme se candidatea a vice de Boca por dinero. Riquelme expuso su estrategia política y contó que hasta el presidente de la Nación, en plena crisis, lo llamó para tantearlo en relación a la política de Boca. 

El espacio de Ameal, también, señaló que el padrón que entregó el oficialismo estaba inflado e hizo una denuncia ante la Inspección General de Justicia (IGJ), a cargo de Sergio Brodsky, de estrecho lazo con Angelici, con vínculos en la Justicia. En las sombras, intervino la clase política. Todo eso y más flotará en un día que puede ser histórico en Boca. Pero también más allá: es el club más popular de la Argentina.