«Hola Fulana, ¿cómo estás? Queremos organizar una reunión en tu barrio para conversar y escuchar tus ideas sobre Escuela Secundaria del Futuro, el proyecto que va a transformar la educación en la Ciudad. Es un tema del que se ha hablado mucho en estos días, y nos encantaría charlarlo personalmente con vos para informarte en detalle. Estamos convencidos de que este cambio lo llevamos adelante entre todos: padres, alumnos, docentes, personal no docente, gremios y Estado. Por eso, nos gustaría contar con vos. Anotate acá». Para quien no pueda «acercarse», la invitación abre una opción de comentarios y sugerencias. El mail, personalizado y enviado desde la casilla de [email protected], les llegó a miles de porteños, con el asunto «Descubrí la Escuela Secundaria del Futuro». Como respuesta ante la toma de más de una veintena de colegios secundarios, el gobierno de la Ciudad eligió salir a «timbrear» el polémico proyecto de reforma de la escuela secundaria, que ni siquiera tiene una formulación explícita y sí muchos cabos sueltos, y que es rechazado por buena parte de la comunidad educativa por el mecanismo de pasantías en empresas privadas, en organizaciones no gubernamentales y en el Estado que instaura para el último año del ciclo. De ese modo, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, que se negó a recibir a los delegados de las escuelas tomadas, vuelve a «puentear» a estudiantes y docentes trasladando la «evangelización» del proyecto directamente a la ciudadanía. 

La otra respuesta del gobierno porteño, la represiva, sumó un nuevo capítulo este viernes, cuando Acuña aseguró ante la jueza porteña Elena Liberatori que el envío del instructivo para que los directores de los establecimientos secundarios denunciaran penalmente las tomas en comisarías no fue una instrucción de la cartera que comanda, aunque reconoció que fue enviado desde la casilla [email protected], perteneciente al ministrio, y con la firma del coordinador de Supervisores, Gabriel Cruz. La ministra fue más allá y se victimizó: planteó que la circular se envió sin su autorización y no descartó un boicot interno. 

La jueza le dio 48 horas para informar oficialmente a los directores que no pueden aplicar ningún protocolo, que abra un sumario interno para investigar cómo se concretó esa comunicación y que estipula una fecha para recibir, por fin, a los estudiantes que están tomando colegios. 

Las tomas continúan en los colegios Manuel Belgrano, Normal 1, Normal 6, Normal 8, Rogelio Yrurtia, Técnica Nº 33, Comercial 7, Carlos Pellegrini, Mariano Acosta, Nacional de Buenos Aires, Julio Cortázar, Osvaldo Pugliese, Lenguas Vivas, Juan Pedro Esnaola, Fernando Fader, Fernando Arranz, Federico Garcia Lorca, Rodolfo Walsh, Nicolás Avellaneda, Danzas N° 1, Juan B. Justo, Sofía Spangenberg, María Claudia Falcone, Niní Marshall, Juan Martin de Pueyrredon, Nacional 17 y Che Guevara. «