Diego Cagliero fue asesinado por la Policía Bonaerense hace tres meses en el partido de Tres de Febrero. Su madre, Adriana García, este lunes participó de una conferencia de presa, previa a la para convocar la quinta marcha nacional en contra del gatillo fácil que se realiza este martes. Además, en el diálogo que mantuvo con Tiempo Argentino, contó los avances que hubo en la causa por el crimen de su hijo.

“Fue asesinado por un comando avalado por la política del Estado. La gobernadora –María Eugenia Vidal-, el intendente del partido Tres de Febrero –Diego Valenzuela- y el ministro de seguridad –Cristian Ritondo- son los que deciden sobre quién tiene que vivir y quiénes deben morir en nuestro país, así lo hicieron con mi hijo. Desde que esto sucedió venimos atravesando un camino muy difícil, en el que nos vamos enterando muchas cosas sobre el accionar de los miembros del sistema de seguridad que matan a nuestros jóvenes”, explicó a Tiempo, García.

“Fue comprobado que los chicos venían cantando en la camioneta y que nunca se dieron cuenta de que varios patrulleros y más de diez efectivos los rodeaban. Desaparecieron cámaras que podían revelar la escena con claridad, pero solo están las que le sirven a los policía”, denuncia la mujer.

Y continúa: “Mi hijo estuvo tres horas tirado en el interior del vehículo y su cuerpo atravesó tres días de autopsia. Nosotros tuvimos sólo tres horas para despedirnos de él. Este lunes después de algunas pericias y la investigación realizada, está preso bajo prisión preventiva el ex policía, Rodrigo César Ezequiel Castán. Es el autor material del crimen. Los otros policías y el comando interviniente también dispararon al vehículo sabiendo que había personas en su interior. Nunca intentaron parar la camioneta para preguntar qué había pasado y quiénes iban a bordo”.

“A raíz de todo esto nos enteramos que Castán se recibió de policía tras realizar un curso de 6 meses, le dieron un arma, salió a la calle y mató a mi hijo. Ahora pide que le practiquen un tratamiento psiquiátrico porque dice que está deprimido. Solicita que le den un arresto domiciliario hasta que llegue el día del juicio. Estamos haciendo lo posible para que eso no pase. Está comprobado que la pistola que mató a mi hijo fue la de Castán, de la comisaría Eufrasio Álvarez. Tiene que estar preso hasta que llegue el día del juicio. Para nosotros es un momento muy difícil”, detalla García.

Cabe destacar que antes de pertenecer a Eufrasio Álvarez, Castán, prestaba servicio en una comisaría de Remedios de Escalada y participó de un operativo en el que pierde la vida Sergio Jasi. Un joven con problemas de adicción que estaba sufriendo un cuadro psicótico, y como la policía no está preparada para tratar esos estados de crisis, lo golpearon hasta matarlo, un mes después asesinó a Diego.

“Seguiremos en la calle reclamando justicia por mi hijo, en su honor. Lo vamos hacer porque Camilo -hijo de Diego al que no conoció- sepa que la familia de su padre estuvo presente mostrando a toda la sociedad quien fue su padre. Lo que hacía, como pensaba, que era un artista, músico, compositor y lideraba una banda. Se preocupaba por la gente, sobre todo por los niños de su barrio, a quienes dedicaba un momento de alegría a través de la murga. Una persona que creía en los hechos artísticos, un militante que llevaba como bandera la justicia social. Sus canciones hablan de la impunidad de la policía bajo la cual pierde la vida”, así lo recuerda su madre, con su dolor a cuestas.

“Este lunes participamos de la conferencia de prensa, en la cual publicitamos la quinta marcha nacional en contra del gatillo fácil. Es algo que no tiene una connotación política partidaria. Es un momento en el cual todas las familias que hemos sufrido la desaparición, el crimen, represión y malos tratos de parte de las fuerzas de seguridad nos reunimos porque nos hace bien. El joven que piensa es un peligro para quienes nos quieren dominar. Vamos a levantar la bandera por todos aquellos que han sufrido la impunidad policial. Cuidaremos a los niños, porque ellos son el futuro. Ni un pibe, ni una piba menos, ni una bala más”, finaliza la docente García.

El caso

Diego Cagliero fue asesinado por la Policía Bonaerense el domingo 19 de mayo del año en curso, alrededor de las tres de la tarde. El joven músico –de 30años- y sus amigos venían del cementerio. Ese día sepultaron a uno de sus compañeros. Los muchachos se movilizaban en una camioneta Fiat Ducato blanca, con las iniciales de la empresa AySA. Cuando volvían pararon en el supermercado Día que está ubicado al 7.600 de la calle Juan Domingo Perón, compraron comida y se retiraron del lugar. Iban rumbo al barrio a buscar unos bombos murgueros, para hacerlos sonar y de ese modo homenajear al que se fue.

Cuando pasaban por la comisaría Eufrasio Álvarez fueron interceptados por varios móviles oficiales. Los muchachos se mostraron sumisos y bajaron del rodado con las manos en alto. Pero los policías –sin mediar palabras- dispararon al menos 15 tiros. El único que no pudo bajar fue Cagliero, porque una bala de la pistola reglamentaria del ex uniformado Castán, le perforó el pecho y quedó tendido en el piso de la camioneta.

La versión policial sostiene que el grupo -conformado por ocho jóvenes- había robado una importante suma de dinero en el comercio de la zona y que se movilizaban en una Ducato, plateada, con la sigla de AySA. Pero que en realidad no pertenecía a esa empresa, era una trucha.

Cuando se produjo este caso de gatillo fácil el grupo de uniformados dijo que los jóvenes comenzaron a disparar y que en la camioneta encontraron armas y una suma importante de dinero, que habían robado del supermercado. Sin embargo, esta versión fue desmentida por la propia investigación. La escena del crimen no fue preservada, estuvo manipulada durante horas por la misma fuerza que cometió el crimen.

Sus familiares y allegados recuerdan a Diego como una persona divina. Que vivió la experiencia de terminar el secundario junto a su papá que fue bombero voluntario. Hincha de River hasta la medula. El barrio lamenta la pérdida de un luchador social.