“Lo que llama la atención acá es el ensañamiento porque no es como los casos frecuentes que solemos tener debido a la cantidad de lesiones que tenía el cuerpo. Creo que no había ningún lugar de la superficie del cuerpo que no tuviera lesiones”. Pascual Pimpinella no es un hombre que se espante fácil. Con más de 20 años de experiencia, es jefe del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de Santa Fe que analizó el cadáver de Diego Román, el chico de 12 años que, además de una vida corta, tuvo una muerte atroz.

“Había pérdidas de tejido ocasionadas por algún objeto con filo –detalló en una entrevista con el programa Al derecho y al revés de LT10 Radio Universidad Nacional del Litoral–. La amputación de pene tiene la característica de haber sido en vida, aunque esto tendrá que ser ratificado por el laboratorio. Por las características de la sangre parecen indicar que las heridas fueron en vida».

Diego fue torturado. Según la conclusión de los forenses, “hubo castigo físico violento”, además de marcas y heridas compatibles con el intento de descuartizamiento.

“¿Cómo le puedo hacer eso a mi hijo?”, se defendió Julio Román, quien había quedado envuelto en sospechas luego de las acusaciones de su ex pareja y madre de Diego. “La Policía duda de nosotros. Nos tienen en vista porque la gente habla y dice cosas, como que vieron a mi mujer a la salida del colegio peleándose con él, pero ella estaba conmigo en Santa Fe”, se quejó el hombre.

La localidad de Recreo, a unos 17 kilómetros de Santa Fe, está conmocionada. Desde el caso de “Chajá” Ferreyra –asesinó a una mujer embarazada y a cuatro de sus hijos y violó a una quinta– hace ya 23 años, que los vecinos no recuerdan tanta saña y terror. “La ciudad está golpeada” admitió el intendente Omar Colombo, pero eso no impidió que reclamara el inmediato “esclarecimiento” del hecho.

Hasta ahora los investigadores se mostraron incapaces: no hay detenidos ni sospechosos. El lunes, hubo un total de 13 allanamientos ordenados por el fiscal de la Unidad Especial de Homicidios Andrés Marchi que derivaron en el secuestro de varias armas blancas y ropa. Todo será sometido a pericias en busca de rastros de sangre.

Lo que se sabe. El mal tratado cuerpo de Diego fue encontrado en la noche del jueves, en un pastizal de difícil acceso del barrio Mocoví. Lo vio Jorge Vicente, presidente del club Social Central Oeste, donde el chico jugaba al fútbol. “Fue macabro”, describió, como pudo, después. Diego era buscado desde el miércoles, cuando no volvió a su casa, luego de ir a la escuela.

Según los primeros peritajes realizados por la Policía de Investigaciones (PDI), el menor estaba desnudo y presentaba al menos 15 puntazos en distintas partes del cuerpo, además de tener sus genitales cercenados.

Para el fiscal Marchi, el crimen fue cometido en otro lugar y, de acuerdo con los estudios preliminares, entre 12 y 24 horas antes del hallazgo.

También se sabe que Diego iba a la escuela Primaria N°1338 Com Caia, que sufría malos tratos y que eso, según sus maestras y compañeros, lejos de estropearle el carácter, lo había vuelto “un chico muy respetuoso que no se metía con nadie”.