Es una de las plumas más directas, informadas y curiosas del mundo de la crítica de cine actual. Jonathan Rosenbaum, quien oficia como jurado en la Competencia oficial del 31° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, participó el lunes de un encuentro con el público en el marco de la sección “Charlas con maestros” donde dejó importantes reflexiones sobre el presente de la crítica, el canon que rige a la industria e internet como fuente de información y desconcierto, entre otras cuestiones.

Rosenbaum comenzó su carrera estudiando literatura pero cuando tuvo que editar un libro sobre crítica de cine despertó su pasión por la materia. Vivió en París, en Londres y volvió a los Estados Unidos donde nació. Colaboró, y aun lo hace, con varias publicaciones como Cinema Scope y escribe habitualmente en su página web https://www.jonathanrosenbaum.net/. Tal es la relevancia de su mirada que hace unos años fue consultor de la reedición de la película Sed de mal (Touch of evil) de Orson Welles.

Sin miramientos, el crítico aceptó que se le pregunten cuestiones de toda índole propiciando un rico intercambio con el público sobre los cambios en cómo se escribe y se lee la crítica en la actualidad. Compartió que cuando publicaba su columna semanal en el diario Chicago Readers lo leían más de 150 mil personas a la semana y hoy lo hacen alrededor de 800 por día en su página pero, según dijo,de esta manera se siente miembro de una comunidad de gente que habla el mismo lenguaje. “Siempre fui un escritor de cine de culto”, sentenció sobre el cine que le interesa y que, por lo general, está alejado de los grandes estudios.

Consultado sobre la posibilidad que brinda internet para acceder a gran parte de la cinematografía mundial, Rosenbaum consideró: “Hay una ambivalencia con internet ya que si una persona no sabe qué buscar ni dónde se va a quedar con las cinco películas que ofrecen las grandes compañías” y remarcó que gracias a la “memoria” de los motores de búsqueda no hay espacio para la privacidad en la red que constantemente bombardea con la publicidad rentada.

También se refirió a la actualidad política de su país y consideró que “la elección de Donald Trump prueba que el sistema educativo está en problemas, sea cual sea la mirada política que uno tenga”.

No eludió dar su parecer sobre las series de televisión que muchas veces seducen más al cinéfilo que el propio cine y argumentó que hoy “los grandes estudios hacen cine como entretenimiento para nenes de 10 años y el resto queda para las series que tratan temas contemporáneos algo no muy común en Hollywood donde no hay temas de adultos tratados de manera adulta”.

Por supuesto fue consultado sobre la labor del crítico y manifestó que “una de las cosas más importantes de la crítica de hoy es tener información. La información tiene mucho valor y hoy está subvalorada. Considero que es más importante aún que la opinión”. Rosenbaum remarcó la diferencia entre crítica y promoción y señaló: “Los críticos tienen que saber que son subjetivos y que están mostrando sus ideas. Y esto los diferencia de quienes se dicen objetivos, cuando se sabe que no lo son, y son los ideólogos de lo que sale en las revistas. La objetividad tiene que servir para entender la subjetividad de quien escribe”.