La amenaza de muerte anónima que sufrieron el martes el presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal en La Matanza se sumó a los episodios intimidatorios que viene denunciando el gobierno desde el año pasado. Todavía ni la intrusión de policías al despacho de la mandataria ni el ingreso a la residencia del jefe de Gabinete, Federico Salvai, ni el incendio de los autos frente al Ministerio de Seguridad fueron esclarecidos.

La seguidilla de hechos que pusieron en alerta al gobierno provincial arrancaron en junio del año pasado. El ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, denunció en ese momento que dos policías habían sido fueron encontrados revolviendo papeles en el despacho de la gobernadora y de su secretaria privada. El jefe de la custodia en ese momento fue desplazado. La fiscal platense Ana Medina tomó declaración a todo el personal y no logró encontrar un testimonio que probara que los efectivos estaban haciendo otra cosa que su trabajo: chequear que las puertas de acceso estaban cerradas.

Una semana después, desconocidos entraron a la residencia del jefe de Gabinete de Vidal, Federico Salvai, en pleno centro platense. Fue un simulacro de robo: revolvieron todo pero no se llevaron nada. La justicia obtuvo una filmación donde se ve a menores ingresando a la vivienda, pero nunca logró identificarlos.

El último episodio fue el incendio de dos autos con bidones de nafta en las puertas del Ministerio de Seguridad el 24 de agosto pasado. Ritondo lo calificó de «atentado». No hay detenidos por ahora.

En total se relevaron 90 cámaras de la zona -ya que el Ministerio no tiene una propia en el lugar donde ocurrieron los hechos- y se encontró una filmación que muestra a dos jóvenes con capucha que caminan con bolsas que podrían contener los bidones. La calidad de la imagen es baja y no permite identificarlos, explicaron fuentes judiciales a Tiempo. «