Después de ganarle la final de la Copa Libertadores a Boca en Madrid, River cayó 5-4 por penales ante Al Ain de Emiratos Árabes Unidos en el partido que le posibilitaba jugar la final del Mundial de Clubes en Abu Dhabi. El equipo de Marcelo Gallardo empezó rápidamente abajo: a los dos minutos, Javier Pinola en contra adelantó al local. Pero el colombiano Rafal Santos Borré logró darlo vuelta. Un gran gol del brasileño Caio llevó el partido al tiempo suplementario y, finalmente, a los tiros desde los doce pasos. River jugará ahora el sábado el tercer puesto ante el perdedor de Real Madrid-Kashima Antlers, que jugarán este miércoles la otra semi del Mundial.

Enzo Pérez, que entró en el segundo tiempo, fue el que falló el último penal, atajado por Khalid Eisa, una de las figuras de Al Ain, que había remontado en los cuartos de final un 1-3 ante Team Wellington de Nueva Zelanda y también ganado por penales. River cometió errores en la última línea, no hizo pie en la zona media y apareció desenfocado en ataque. A eso se sumó que Franco Armani no estuvo fino en los penales: el arquero acertó los lugares de las ejecuciones pero no pudo desactivarlas. Cuando el partido estaba 2-2, River tampoco aprovechó un penal: Gonzalo Martínez estrelló la pelota contra el travesaño. Y en el 2-1, vía VAR, le habían anulado un gol legítimo a Al Ain.

River, primer equipo argentino que no se clasifica a la final, es además el cuarto campeón de la Copa Libertadores que no llega a la definición del Mundial de Clubes, después de Inter de Porto Alegre (2010), Atlético Mineiro (2013) y Atlético Nacional (2016). Los equipos argentinos que perdieron la final del Mundial de Clubes, un título esquivo, fueron Boca (2007), Estudiantes de La Plata (2009), San Lorenzo (2014) y River (2015). La sorpresa ante Al Ain se explica por una cuestión futbolística y, sobre todo, otro mental: River pareció jugar con la cabeza y el cuerpo en otro lado, en la final ante Boca que duró más de un mes.

«Futbolísticamente fuimos superiores en varios minutos del partido pero en otros momentos nos agarraron mal parados y nos convirtieron. Ellos nos alargaron porque se replegaban y dejaban un jugador colgado en ataque. Sabíamos que podía pasar», asumió Leonardo Ponzio, el capitán de River, y agregó: «Ya está, no hay que reprocharse nada, es lo que nos toca, nos queda un partido más».