Fue el cineasta de la política argentina por antonomasia. Los únicos que podían disputarle ese trono, Raymundo Gleyzer y Jorge Cedrón, murieron demasiado jóvenes asesinados por la dictadura militar.  Quizás desazonados por las persecuciones y los obligados exilios sus compañeros intelectuales de Cine Liberación, Octavio Gettinoy Gerardo Vallejo, filmaron con menos asiduidad y el pionero Fernando Birri enfocó su producción cinematográfica en la realidad latinoamericana.

La larga y prolífica vida de Fernando“Pino” Solanas (1936-2020) posibilitó que un recorrido por sus películas -tanto las que definió documentales, cine político o ficciones- pueda ser a la vez recorrido por los avatares de la política argentina desde los años sesenta hasta la actualidad.

Nunca dejó de hacer ese Tercer Cine que propuso en el Manifiesto de 1968 con Octavio Gettino. No solo porque siempre renegó del cine “opio de los pueblos” de Hollywood y del llamado cine de autor elitista en pos de un cine nacional y popular sino porque narró la historia argentina -denunciando las injusticias sociales y soñando utopías esperanzadoras- con una estética siempre disruptiva, poética y emocional.


Desde que abandonó la comodidad de su hogar de clase media antiperonista jugándose el pellejo para enfrentar a la dictadura de Onganía con la Hora de los Hornos no paró de innovar y arriesgarse estética y políticamente. En La Hora…, junto a Gettino hicieron lo inconcebible: usaron los métodos de la publicidad -que Pino conocía porque era un ex profesional exitoso- para volverlos contra el propio capitalismo que los había engendrado para su conveniencia. También apelaron a la pancarta, los documentales, las entrevistas que oponían las tomas de las fábricas del Plan de Lucha de la CGT de 1967 con las frivolidades de las clases privilegiadas. Como ejemplo de lo último, entre otros personajes, aparecía el escritor Manuel Mújica Lainez testimoniando que Argentina era el “culo del mundo” y que si pudiera “viviría en Venecia”. Con esa yuxtaposición de recursos montó una película de cuatro horas multipremiada y exhibida internacionalmente que se erigió como cumbre del cine político y testigo de las denuncias de las violencias del neocolonialismo y las esperanzas de liberación del llamado Tercer Mundo en los años sesenta.


Posteriormente, Pino utilizó la metáfora del poema Martín Fierro para narrar la larga noche de la militancia peronista tras la proscripción, las desapariciones (incluido el cadáver de Evita), los fusilamientos y la represión post 1955. Recurría así a una de las obras fundacionales de la literatura argentina que remiten a cierta idea del ser nacional para extrapolarla a Perón y el peronismo como refundadores de la Patria. La narración terminaba en 1973 y las esperanzas estaban cifradas en la Juventud: así engendró la conmovedora y carnavalesca Los Hijos de Fierro. Sin embargo, supo ver con clarividencia que el horizonte era oscuro. Julio Troxler, sobreviviente de los fusilamientos de 1956 narrados en Operación Masacre, interpretaba al Hijo Mayor y moría en la ficción. Un año antes de concluida la película en 1975 Troxler se convertía en una de las víctimas de la Triple A.


Con El exilio de Gardel (Tangos) (1985)y Sur (1988) narró con singular belleza, musicalidad y otras metáforas los horrores del terrorismo de Estado y los exilios forzados. Ambas películas cargadas de emotividad y tristeza tienen igualmente un aire luminoso impregnado de las esperanzas de la democracia naciente. Se constituyeron en obras paradigmáticas de la transición. Por Sur, entre otros premios internacionales recibió el de mejor director en el Festival de Cannes.

En los años posteriores, en formato de ficción, El viaje (1992) y La nube (1998) y documental, Memorias del saqueo (2004), La dignidad de los nadies (2005),Argentina latente (2007) entre otros, se dedicó a relatar las infamias y perdurables consecuencias del neoliberalismo. Un viaje iniciático estilo roadmovie de un hijo que busca a su padre, las desventuras de un grupo de artistas independientes, inundaciones con excrementos, 1600 días de lluvia son tantos de los recursos argumentales y estilísticos de los que se vale para narrar con maestría y originalidad la tragedia argentina. Dejó como herencia creativa las más potentes imágenes y testimonios del banquete neoliberal de unos pocos.

Los últimos años lo hallaban comprometido con diversas causas de entre las que destacan los problemas ecológicos derivados de las minerías y otras empresas capitalistas,el saqueo eterno de los llamados países centrales y los efectos contaminantes que como todos los estragos recaen sobre trabajadores y sectores más humildes.

Sin dudas, con Pino se pierde al último y al mayor documentalista cinematográfico de la historia argentina en clave nacional y popular.


PROGRAMACIÓN ESPECIAL DE ENCUENTRO

Sábado 7 de noviembre

12:00 – Memoria del saqueo. Capítulo 2

14:00 – Memoria del saqueo. Capítulo 3

17:30 – Memoria del saqueo. Capítulo 4

20:00 – Memoria del saqueo. Capítulo 5

21:00 – Memoria del saqueo. Capítulo 6

22:00 – Los hijos de Fierro


Domingo 8 de noviembre

09:00 – La dignidad de los nadies. Capítulo 1 y 2

13:30 – La dignidad de los nadies. Capítulo 3

14:30 – La dignidad de los nadies. Capítulo 4

16:30 – La dignidad de los nadies. Capítulo 5

18:00 – La dignidad de los nadies. Capítulo 6

19:30 – La hora de los hornos.