Los discos póstumos constituyen un género sospechado. Se trata de una práctica intensiva para artistas de renombre que suele arrojar resultados poco trascendentes, algunos olvidables y unas pocas joyas. Luis Alberto Spinetta se caracterizó por cuidar su obra como muy pocos colegas y parece que ese nivel de detalle y compromiso también lo volcó en sus grabaciones no publicadas. ¿Quién no querría asomarse a los archivos perdidos de un ser querido? ¿A quién no le interesaría escuchar material inédito de uno de los creadores más trascendentes de la música argentina?

Ya no mires atrás será lanzado este jueves –el día en el que el Flaco hubiera cumplido 70 años– por el sello Sony Music. Primero llegará el CD y la versión para las plataformas de streaming más importantes. Pocas semanas después será el turno de una versión especial en vinilo. El material fue encontrado por su familia en forma casi milagrosa en un pendrive. Incluye siete temas grabados por Spinetta en guitarra y voz, Nerina Nicotra en bajo, Sergio Verdinelli en batería y Claudio Cardone, el Mono Fontana y Alejandro Franov alternándose en los teclados. Los temas fueron registrados en el estudio La Diosa Salvaje entre 2008 y 2009. Las canciones estaban totalmente terminadas y sólo fueron masterizadas y mezcladas por Mariano López, sin ningún tipo de agregados posteriores, según explicó Catarina Spinetta. La ilustración de tapa y las que aparecerán acompañando al vinilo son del propio Spinetta. Este es el segundo disco con material inédito lanzado tras la muerte del Flaco, su antecedente es el entrañable Los Amigo.

El sello Sony organizó una escucha para un pequeño grupo de periodistas, familiares y allegados en el Espacio Aguaribay. En una especie de microcine de gran acústica comenzó a sonar Ya no mires atrás en un clima de gran entusiasmo. Las primeras impresiones, impregnadas de emoción y asociaciones libres, interpretan el nuevo material como una continuidad lógica de Un mañana –con un pulso predominantemente más acelerado– y cierta intimidad que recuerda a Fuego Gris. Las canciones no proyectan sobregrabaciones ostentosas ni arreglos cargados: pero si interpretaciones exactas y un Spinetta siempre emotivo.

Los discos póstumos constituyen un género sospechado. Se trata de una práctica intensiva para artistas de renombre que suele arrojar resultados poco trascendentes, algunos olvidables y unas pocas joyas.  Luis Alberto Spinetta se caracterizó por cuidar su obra como muy pocos colegas y parece que ese nivel de detalle y compromiso también lo volcó en sus grabaciones no publicadas. ¿Quién no querría asomarse a los archivos perdidos de un ser querido? ¿A quién no le interesaría escuchar material inédito de uno de los creadores más trascendentes de la música argentina?

«Ya no mires atrás» será lanzado este jueves –el día en el que el Flaco hubiera cumplido 70 años–  por el sello Sony Music. Primera llegará el CD y su versión para las plataformas de streaming más importantes. Pocas semanas después será el turno de una versión especial en vinilo. El material fue encontrado por su familia en forma casi milagrosa en un pendrive. Incluye siete temas registrados por Spinetta en guitarra y voz, Nerina Nicotra en bajo, Sergio Verdinelli en batería y Claudio Cardone, Mono Fontana y Alejandro Franov alternándose en los teclados. Fue registrado en su estudio La Diosa Salvaje entre 2008 y 2009. Las canciones estaban totalmente terminadas y sólo fueron masterizadas y mezcladas por Mariano López, sin ningún tipo de agregados posteriores, según explicó Catarina Spinetta. La ilustración de tapa y las que aparecerán acompañando al vinilo son del propio Spinetta. Este es el segundo disco con material inédito lanzado tras la muerte del Flaco, su antecedente es el entrañable «Los Amigo».

El sello Sony organizó una escucha para un pequeño grupo de periodistas, familiares y allegados en el Espacio Aguaribay. En una especie de microcine de gran acústica comenzó a sonar «Ya no mires atrás» en un clima de gran entusiasmo. Las primeras impresiones, impregnadas de emoción y asociaciones libres, interpretan el nuevo material como una continuidad lógica de «Un mañana» –con un pulso predominantemente más acelerado– y cierta intimidad que recuerda a «Fuego Gris». Las canciones no proyectan sobregrabaciones ostentosas ni arreglos cargados: pero si interpretaciones exactas y un Spinetta siempre emotivo.


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El primer tema es «Veinte ciudades», que arranca con la voz del Flaco y se sostiene en el ritmo marcado y a paso firme de Verdinelli. «El tiempo nunca juega en contra, sólo quedan cenizas en el alma», canta en plan poptimista mientras agrega: «el amor no les va a faltar». Le sigue el medio tempo «Ya no mires atrás», la canción estrenada en el documental sobre Spinetta realizado por la señal National Geographic. Se trata de un tema ágil y dinámico, donde el ex Invisible señala los peligros de «la distancia que te aparta y te aleja de tus sueños». «Agua de río», por su parte, acelera el tempo, pone a los teclados en primer plano –el tono general puede recordar al disco Pan– y despliega un estribillo arremolinado imposible de eludir: «…Sueñan como sueñan, pero nunca soñarán. Todo lo que cuentan, ya no lo contarán».

El cuarto tema es una joya largamente anhelada por los fans del Flaco. Se trata de la primera grabación de «Nueva luna, mundo Arjo», una composición que tocó reiteradas veces en vivo desde la época de Jade, pero que nunca había encontrado lugar en su discografía. En un clima más intimista, canta «esta canción de amor pintó un amanecer indiferente» y llama a «amar por siempre», mientras los teclados del Mono Fontana ganan otra vez protagonismo. «Merecer» retoma el pulso más intenso, mientras Luis Alberto reclama: «Me desespero con esa mueca sin amor» y da paso a Dante y Valentino Spinetta y sus rimas desbordadas.

El final del disco llega con dos temas que Spinetta hizo para Grace Cosceri, su amiga y coach vocal. Se trata de «Luces y sombras», donde la intensidad baja y se retrata un «amor cansado» asociado a «lágrimas» y «silencios»; y «Diadema», donde los teclados vuelven a ponerse al frente, esta vez de la mano de Alejandro Franov, en una canción en la que el Flaco casi susurra e interpreta al amor como una brújula.

Resulta imposible vislumbrar la verdadera dimensión de un disco con una escucha y, más todavía, si pertenece a un artista que proyecta una carga emotiva tan poderosa como Spinetta. Pero no quedan dudas de que todo fan disfrutará de este reencuentro con placer y devoción. El lugar que ocupe finalmente en su obra quedará en manos del tiempo. «

El primer tema es «Veinte ciudades», que arranca con la voz de Spinetta y se sostiene en el ritmo marcado y a paso firme de Verdinelli. «El tiempo nunca juega en contra, sólo quedan cenizas en el alma», canta el Flaco en plan poptimista mientras agrega: «el amor no les va a faltar». Le sigue el medio tempo «Ya no mires atrás», la canción estrenada en el documental sobre Spinetta realizado por la señal National Geographic. Se trata de un tema ágil y dinámico, donde el ex Invisible señala los peligros de «la distancia que te aparta y te aleja de tus sueños». «Agua de río», por su parte,  acelera el tempo, pone a los teclados en primer plano –el tono general puede recordar al disco «Pan»– y despliega un estribillo arremolinado imposible de eludir: «…Sueñan como sueñan, pero nunca soñarán. Todo lo que cuentan, ya no lo contarán».

El tema siguiente es una joya recuperada que los fans del Flaco sabrán valorar. Se trata de la primera grabación de «Nueva luna, mundo Arjo», una canción que tocó reiteradas veces en vivo desde la época de Jade, pero que nunca había encontrado lugar en su discografía. En un clima más intimista, asegura que «esta canción de amor pintó un amanecer indiferente» y llama a «amar por siempre», mientras los teclados del Mono Fontana ganan otra vez protagonismo. «Merecer» retoma el pulso más intenso, mientras Luis Alberto reclama «Me desespero con esa mueca sin amor» y da paso a Dante y Valentino Spinetta y sus rimas desbordadas.

El final del disco llega con dos temas que Spinetta hizo para Grace Cosceri, su amiga y coach vocal. Se trata de «Luces y sombras», donde la intensidad baja y se retrata un «amor cansado» asociado a «lágrimas» y «silencios»; y «Diadema», donde los teclados vuelven a ponerse al frente, esta vez de la mano de Alejandro Franov, en una canción en la que el Flaco casi susurra e interpreta al amor como una brújula.

Resulta imposible vislumbrar la verdadera dimensión de un disco con una escucha y, más todavía, si pertenece a un artista que proyecta una carga emotiva tan poderosa como Spinetta. Pero no quedan dudas de que todo fan disfrutará de este reencuentro con placer y devoción.  El lugar que ocupe finalmente en su obra quedará en manos del tiempo.

«Ya no mires atrás». 1) «Veinte ciudades». 2) «Ya no mires atrás». 3) «Agua de río». 4) «Nueva luna, mundo Arjo». 5) «Merecer». 6) «Luces y sombras». 7) «Diadema».


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