Avasallante y muy generosa, solidaria. Contundente en sus definiciones pero siempre con su oído atento a escuchar otros argumentos. Resolutiva y decisiva para solucionar diferentes situaciones, pero no le temblaba el pulso para delegar responsabilidades. Aguerrida y tierna. Directa “sin pelos en la lengua”, y al mismo tiempo sugestiva. Hay quienes podrían pensar que son todas características antagónicas. Pero no. Era parte de la naturaleza de Verónica Marzano, quien rompía con todos los preconceptos y estereotipos malintencionados de una militante peronista, feminista y lesbiana, como le gustaba presentarse en público.

De risa interminable y cejas fruncidas ante las injusticias. Feliz, a veces un poco prevenida, pero siempre esperanzadora, mirando hacia adelante. “El feminismo es la unidad”, lanzó durante la campaña electoral mientras escuchaba un discurso de Cristina Fernández.

El jueves 8 de junio, apenas pasadas las 22, Verónica fue arrollada por una formación del ferrocarril Belgrano Sur en Villa Lugano, mientras iba en su Ford Ka. La noticia de su muerte impactó fuertemente en toda la militancia de género. A cinco meses de sucedido el hecho, dos acontecimientos definen sólo una parte de la lucha de Vero: La Marcha del Orgullo LGBTIQ y un nuevo día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las mujeres, este sábado 25 de noviembre. El pasado 12 de noviembre cientos de compañeros y compañeras junto a la familia de Marzano inauguraron un centro cultural que lleva el nombre de Vero, en Pergamino, su tierra natal.

De perfil bajo, humilde, seductora y categórica, Verónica se metía en las villas y barrios del sur de la ciudad para empoderar a las pibas que eran golpeadas, abusadas y violadas por sus parejas. Les daba herramientas, les marcaba el camino y las invitaba a militar. “Era perfecta, siempre con la palabra indicada”, asegura Sabrina García compañera de militancia. “Su mejor legado fue habernos profesado una Patria feminista, de DDHH y con la conciencia absoluta que todo eso no se construye si no es militando de la mañana a la noche en los barrios”, agrega.

Verónica Marzano era pergaminense, pero con muchos años viviendo en la porteñidad. Licenciada en Trabajo Social y estudiante de abogacía. Casada con Coco G, su compañerx de vida. Ambxs inauguraron hace unos años la revista Baruyera. “Vero era una gran articuladora, formadora de redes, que permitió transformar los espacios políticos que transitó”, dice Roxana Rueda que compartió los últimos 10 años con Marzano. “En mí dejó instalados el Peronismo, el lesbianismo y el empoderamiento”, sintetizó.

En los últimos años fundó el “Frente por la Igualdad Hilda Torres”, una organización feminista que lleva el nombre de la mamá de la nieta recuperada Victoria Montenegro, que fue detenida y desaparecida el 13 de febrero de 1976. Vero fue compañera, amiga, asesora y mano derecha de la actual legisladora electa. “A Vero la conocí en 2011 mientras conformábamos la Secretaría de DDHH de Kolina”, recuerda Victoria. “En esas primeras reuniones ella observaba y anotaba cada cosa que se iba proponiendo y empezaba a dejar en evidencia que a muchos compañeros les faltaba recorrer camino en materia de género, yo claramente también era una de esas a las que le faltaba todavía”.

Verónica entendió que era necesario salir de la trinchera del feminismo y que “había que ir a los partidos y discutir desde ahí, y confió que era conmigo (…) Vero tiene una personalidad muy solidaria desde un rol muy maternal, protegiendo siempre a las compañeras y con un horizonte claro, ella dice que éste era nuestro proyecto político, el de Cristina que es nuestra gran compañera”, recuerda Montenegro.

“Cuando me designaron como titular de la Unidad de Coordinación Nacional para la Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres del CNM, tuve un segundo de miedo, por mi historia, pensando que tenía que estar a la altura de los sueños de mis viejos, y yo sabía que iba a estar a la altura porque estaba Vero, sabía que todo iba a estar bien”, agrega Montenegro. “Durante la gestión volvió a sorprenderme, ella siempre tiene un plan A, un plan B y un plan C, para cada idea”, remata Victoria, siempre hablando en tiempo presente de Marzano.

“Vero fue uno de los regalos más maravillosos que me dio la vida, una compañera, una amiga, una hermana. Todo homenaje que se le haga no le rinde justicia, hay un montón de propuestas que vamos a trabajar desde la legislatura”, agrega conmovida, “porque además Vero no sería ni una placa, ni una baldosa, Vero es vida que fluye todo el tiempo.