Cuando juró como ministro de Hacienda y Finanzas del presidente Mauricio Macri, el economista Alfonso Prat-Gay había programado una corta estadía al frente de la cartera que diseñó Cambiemos, dentro de las seis partes en que fueron desguazados los ministerios de Economía, Planificación Federal e Industria, que condujeron Axel Kicillof, Julio De Vido y Débora Giorgi, hasta el final del mandato de CFK. En la hoja de ruta del ex JP Morgan y ex albacea de la millonaria cementera Amalita Fortabat, las dos grandes asignaturas que tenía por delante pasaban por la negociación con los fondos buitre y el fin del cepo. Ambas fases fueron cumplidas dentro de los pronósticos oficiales, pero la influencia del ministro de Hacienda creció y se consolidó con la misma velocidad con que su estrella comenzó a opacarse hace dos meses, desde que comenzó a transformarse en el responsable de «la crisis de Ganancias». La principal acusación contra el ministro provino de la Confederación General del Trabajo (CGT), que obturó los teléfonos con la Casa Rosada desde que el inquilino del Palacio de Hacienda no les anticipó el borrador del proyecto oficial de Ganancias que iba a enviar al Congreso.

Dos meses después de la promesa incumplida, las consecuencias del desplante sindical transformaron a Prat-Gay en el mayor depositario de las broncas, dentro de un gabinete económico cruzado por internas que ya superaron el umbral del silencio.

Al calor de ese malestar, apenas la crisis por Ganancias encontró una luz al final del túnel, arreciaron las versiones sobre su partida. Los rumores que esta semana poblaron la Casa de Gobierno fueron la primera señal de largada para los funcionarios que pretenden reemplazarlo.

La lista de aspirantes la encabeza el empresario Mario Quintana. Tiene el cargo formal de secretario de Coordinación Interministerial de la Jefatura de Gabinete, pero en la práctica es quien conduce las seis piezas del gabinete económico. El segundo postulante es Carlos Melconian, que preside el Banco Nación tras ser extirpado en diciembre pasado de la lista de posibles ministros de Hacienda, cuando anticipó las medidas económicas que el equipo de campaña de Cambiemos quería ocultar para no perder votos.

El cuarteto de postulantes se completa con los nombres del diputado nacional de origen rosarino Luciano Laspina, que preside la Comisión de Prespuesto y Hacienda de Diputados y del ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires, Hernán Lacunza, actualmente bajo el mando de la gobernadora María Eugenia Vidal. El gran ausente de esos primeros postulantes es el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, que tuvo en sus manos la resolución final de la negociación por Ganancias y la misión de desmentir el perfil menguante de Prat-Gay. «Con Alfonso estuvimos trabajando todos estos días en corregir nuestra propuesta y dar lugar a sugerencias de actores que tienen que ver con esto. Cuesta acostumbrarse a otra dinámica. Nosotros estábamos acostumbrados a los superministros de Economía y el presidente decidió manejarse de otra forma», lo justificó este viernes para postergar una estadía que tiene vencimiento en marzo, cuando Macri relance su gabinete para revalidar los títulos en las elecciones de medio término de 2017. «