Ciencia y tecnología, creatividad, innovación… A simple vista, la impronta de Tecnópolis, la megaferia que Macri no quería en la Ciudad y que desde 2011 ha recibido a millones de visitantes ávidos de conocimiento y entretenimiento, no se ha modificado sustancialmente. A pesar del recorte presupuestario de 18 millones de pesos respecto del año pasado, esta séptima edición muestra un puñado de novedades, sobre todo simuladores de realidad virtual y más experiencias interactivas. Y lo que la gestión de Hernán Lombardi, titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, ya había arrasado el año pasado, hoy forma parte del paisaje estable de Villa Martelli: la «Plaza de la Memoria» negacionista sigue fijando el número de desaparecidos en los comprobados por la Conadep en el ’84, 8960 casos; y donde estaban las efigies de Zamba y el general San Martín hay un desabrido Parque de los Laberintos de supuesta inspiración borgeana. 

La profusión de pabellones de ministerios y reparticiones oficiales que, mediante atracciones, publicitaban las políticas de Estado del kirchnerismo, ahora se concentran casi exclusivamente en el stand de «El Estado en tu Barrio», cerca del ingreso de General Paz, donde se puede tramitar el DNI, gestionar la AUH u obtener la tarjeta SUBE, entre otras prestaciones. Y se percibe un por ahora tímido avance del empresariado en la grilla de contenidos: la multinacional Procter & Gamble, por ejemplo, regentea «La Casa de la Ciencia», donde se enseña a potabilizar agua. Y una vez que terminen las vacaciones de invierno, el predio ferial, que desde el año pasado viene siendo utilizado para diversos festivales y emprendimientos privados, albergará un nuevo y esperado huésped: Canal 13.

Será el desembarco oficial del Grupo Clarín en Tecnópolis, bien que para la que debe ser una iniciativa más encomiable. El próximo 12 de agosto, el programa «Un Sol para los Chicos», que desde hace 25 años realiza la emisora para recaudar fondos a beneficio de Unicef, se emitirá desde Villa Martelli, después de casi una década de shows solidarios en el Luna Park. El año pasado, figuras del deporte y el espectáculo como Abel Pintos, Luciano Pereyra, Axel y Lali Espósito animaron el programa desde el estadio de la calle Bouchard, lo que redundó en un recaudación récord de más de 52 millones de pesos, poco más de la mitad aportado por donaciones individuales, presenciales o telefónicas, y el resto por empresas que cada año apoyan la iniciativa. Este año, los artistas y famosos de la gran movida solidaria anual de El Trece atenderán llamados por los chicos en Tecnópolis.

A diferencia de las ediciones realizadas hasta 2015, que se extendían hasta noviembre, la megaferia de ciencia y tecnología de 2017, como la anterior, no pasará de octubre. Se inauguró el jueves 13, funcionará todos los días de 12 a 20 durante las vacaciones de invierno, y luego, hasta el 16 de octubre, abrirá de miércoles a viernes de 10 a 18 y los fines de semana y feriados, de 12 a 20. Luego volverán los festivales organizados por empresas con entrada paga.

Entre las nuevas atracciones, se destaca «Estudio 1-Captura en Movimiento» (ver recuadro), que muestra la técnica de motion capture y cómo se utiliza para copiar los movimientos de los actores y realizar animaciones digitales para película y videojuegos. Otra novedad es «Vení a volar», un entretenimiento inmersivo en el que los propios movimientos son captados mediante sensores y reproducidos en tiempo real en una pantalla, permitiendo experimentar la sensación de volar. Y además de las casi 70 propuestas de siempre, incluidos los dinosaurios y los varios pabellones que invitan a jugar y aprehender el conocimiento científico, se suman, como parte del programa «Soy Joven», tres cabinas bautizadas «Buscadoras de Talento», donde los participantes podrán elegir una actividad –rap, beat box o canto– para lucirse y luego ser difundidos por YouTube. Una forma del emprendedurismo muy afín a la administración Cambiemos que también llegó en Tecnópolis.«

Captura de movimiento, con equipos incautados a la Universidad

Uno de los nuevos atractivos de Tecnópolis en esta segunda edición administrada por Cambiemos es «Captura de movimiento», un espacio que, según la organización, «enseñará cómo se realizan las animaciones en videojuegos como FIFA, Battlefield y Counter strike» y cómo se producen «películas y series de animación». La Secretaría de Comunicación Pública incluso informó a través del portal de Casa Rosada que «uno de los objetivos de la presente edición será promover el crecimiento de la industria de la animación».

Lo que no dicen oficialmente, pero se encargan de difundir por otras vías, es que los equipos con los que se armó ese espacio fueron incautados a la Universidad Nacional de San Martín en diciembre pasado por orden del juez Claudio Bonadio, en el marco de una causa iniciada por una denuncia del abogado Ricardo Monner Sans. Si bien los detalles están protegidos bajo secreto de sumario, Clarín publicó que el complejo equipo de cámaras fue comprado por el Ministerio de Planificación durante la gestión de Julio De Vido para que lo usara la productora de «un empresario K santacruceño». En enero de este año, el diario añadió que el Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP) «tomó el control del edificio y los equipos de efectos especiales de la UNSAM». La nota se iniciaba con una cita de Hernán Lombardi, titular del SNMP, diciendo que era «la primera vez que se consiguen recuperar bienes vinculados con la corrupción».

La UNSAM rechazó las acusaciones con un comunicado en el que precisa cómo fue el proceso de adquisición de equipamiento, supervisado por INVAP, y el concurso que se hizo para definir el proveedor. También añadió detalles de la capacitación del personal técnico para su uso y los objetivos académicos que perseguía su Laboratorio de Ciencia y Ficción. La tecnología ya había comenzado a utilizarse en la producción de la película Quixote’s, cuyo trailer fue presentado en el Festival de Cannes en 2016. A pesar de la requisitoria de Tiempo, desde la Universidad descartaron hacer comentarios sobre el estado de la causa, aunque volvieron a rechazar las acusaciones vertidas.

Festivales con fines de lucro

Si hay algo que el gobierno de Cambiemos profundizó eficazmente es la articulación público-privada. La experiencia de muchos funcionarios como CEOs habilitó una serie de negocios a los que Tecnópolis no quedó ajeno.

El predio ferial ubicado en Villa Martelli fue utilizado con un objetivo eminentemente educativo y artístico durante los dos gobiernos kirchneristas y, aunque la posibilidad de alquilar el predio a eventos privados se habilitó en ese momento, pocas veces fue utilizado. Se destacan el Jesús Fest y el Vitae Fest, ambos de música evangélica cristiana, con entrada libre y gratuita, organizados en 2015, y el Festival Nuestro, del que participaron varias bandas nacionales y de países limítrofes. Más recordados son los festivales como Raíz y Toque, realizados en el mismo predio por el Estado y también gratuitos.

El cambio de gobierno se vio reflejado en los contenidos de los stands y también en los shows privados organizados en Tecnópolis. Soy Luna y Marc Anthony tocaron a principios de 2016. Evanescence se sumó en 2017 y los festivales BUE (auspiciados por la cervecera Heineken) y Sonar transcurrirán entre noviembre y diciembre próximos.

El valor del canon locativo por espectáculos artísticos o deportivos fue establecido por el gobierno en mayo último. Se incrementa según la cantidad de espectadores y arranca desde los 97.800 pesos si los asistentes son menos de 3000.

Candidata para la Expo Internacional 2023

Tecnópolis fue pensada inicialmente para cerrar los festejos del Bicentenario, en noviembre de 2010, montada a lo largo de los espacios verdes de la avenida Figueroa Alcorta, desde Retiro hasta Tagle, pero debió ser postergada y mudarse a Villa Martelli tras la negativa de Mauricio Macri, entonces jefe de Gobierno porteño, por los trastornos de tránsito que iba a ocasionar. Sin embargo, la gestión Cambiemos no solo mantuvo la megaferia. También aspira a que el predio se convierta en sede de la Expo Internacional 2023, un evento internacional que se realiza cada vez en un país distinto, que dura tres meses y moviliza a multitudes. La de Shangai, en 2010, recibió 70 millones de visitantes.

La Argentina es miembro fundador del Bureau International des Expositions, un organismo intergubernamental que supervisa estos megaeventos. El próximo 12 de noviembre, los 103 países habilitados para votar deberán elegir entre Buenos Aires, Minnesota (Estados Unidos) y Lódz (Polonia). De prosperar la candidatura argentina, presentada formalmente por Macri en diciembre pasado, incluiría la construcción de un puente de 140 metros de ancho para vincular Tecnópolis con el Parque Sarmiento, además de nuevos pabellones a un lado y otro de la General Paz, con una inversión de 200 millones de dólares.

«Las industrias creativas en la convergencia digital» es el tema propuesto por la Argentina, que por estos días participa con un pabellón nacional en la Expo 2017, que se realiza desde el 10 de junio y hasta septiembre en Astana, capital de Kazajistán.