El autor Un tranvía llamado deseo, Verano y humo, o La gata sobre el tejado de zinc caliente, dos veces ganador del Pulitzer, seguramente nunca imaginó que sería la máxima atracción de un teatro en el corazón de Villa Urquiza. Esta semana, en el Centro Cultural 25 de Mayo – Av. Triunvirato 4444 – se podrá apreciar la fuerza de Tennessee Williams como autor con Beatriz Spelzini, Sergio Surraco, Carlos Kaspar, Malena Figo, Victorio D’Alessandro, Pablo Mariuzzi, Maby Salerno, Pablo Flores entre otros arriba del escenario, que de jueves a domingo a las 20.30 hs, representan esta pieza escrita en los últimos años de la década del cincuenta, cuando comenzaba a declinar su buena estrella en Broadway.

La obra transita el paso inclemente y desaforado del tiempo que arrastra todo tras de sí, junto a la doble moral, el puritanismo, la represión y el odio racial que habitan las calles de Sur de Estados Unidos, en concreto en St.Cloud, Mississippi, donde transcurre la acción. En Dulce pájaro de juventud la angustia atraviesa el espacio íntimo, se desparrama por las calles y en una historia de amor.

Alexandra Del Lago, una célebre actriz, en plena decadencia, incapaz de asumir los estragos del paso del tiempo está encarnada por Beatriz Spelzini. Es central para transmitir el mensaje del autor leer más allá de lo que pasa. “Yo la había visto de joven. Me había causado una impresión muy fuerte. No entendía porque Alexandra tenia una atracción por la juventud perdida. Luego entendí que lo que quiso transmitir Williams es que muchas veces hay una marginación por parte de la sociedad a gente que ya no es lo que se espera y hay una imposición de etiquetas que no es fácil de superar . Hoy en día, el culto a la juventud y al éxito económico son los factores que marcan a la sociedad», afirma la actriz.

El tiempo mata los sueños, parece el mensaje del autor, la gente queda atrapada en un pasado que siempre fue mejor, y el presente no promete y el futuro nunca no se sabe como será pero se promete la felicidad a los crédulos. Eso son los campos que Tennesse Williams explora. “Es un autor eterno. La adaptación de Barney finn mantiene ese espíritu, pero se adapta a los momentos difíciles del teatro actual” comenta Spelzini, quien por primera vez trabaja en un teatro oficial, pero en formato cooperativa. “Una obra así necesita apoyo, pero bueno lamentablemente es la situación actual y se hace lo que se puede. Todo el grupo estamos muy comprometidos con el teatro como herramienta.”

En cuanto al poder de supervivencia del teatro como lenguaje, Spelzini cree que es algo que no desaparece nunca, pero que muchas veces agoniza.“Se nota cuando baja la producción y cuando son contenidos que no logran tener la calidad que se tiene cuando es algo que se alienta desde el estado y la economía general ayuda. Antes no había, hace 40 años, la cantidad de teatros que hoy hay, debemos sostener esa cultura de teatro que supimos construir”.

Buscando el lado positivo, la actriz destaca que muchas veces se debe recurrir a grandes textos como los de Ibsen o Chejov “porque ya no se pagan derechos de autor y esto es una ventaja de alguna manera porque quizá no se harían, pero hoy se recurre a ellos por necesidad y por falta de vías para implementar cosas nuevas”. Los grandes textos son para ella, en épocas de crisis como la que se viven hoy en día, un refugio importante para no olvidar los valores de la felicidad y el bien común. “Creo que te hacen dar cuenta que debes preocuparte por toda la sociedad y no solo por una parte, y mucho menos por los de arriba” dice Spelzini, que empezó a los 16 a estudiar teatro. “Esto es mi vida, siempre estuve arriba del escenario. No sabría que hacer si no puedo actuar» concluye.