El delantero, figura y capitán de Boca, Carlos Tevez, que volverá a ser titular ante Lanús por los octavos de final de la Copa Argentina en Mar del Plata pero que aún debe cumplir una fecha de suspensión en el torneo doméstico, sorprendió a todo el mundo xeneize al contar que existe la posibilidad de que abandone el fútbol en diciembre.

«Me hace feliz entrar a La Bombonera, jugaría toda mi vida con la camiseta de Boca, pero retirarme a fin de año es una posibilidad… Uno se cansa, aunque por supuesto que cualquier decisión que tome antes lo hablaré con mi familia».

El Apache, entrevistado en Fox Sport, evitó dar más detalles de lo dicho, como si se hubiese dado cuenta tarde de la repercusión que tendrían sus palabras.

Lo cierto es que no es la primera vez que Tevez amaga con tal determinación: ya lo había insinuado cuando Boca perdió en semifinales de la Libertadores ante el débil Independiente del Valle y, tras una charla con Guillermo Barros Schelotto todo terminó con una mini licencia de pocos días para después confirmar su permanencia en el club.

Con el difícil choque ante Lanús para seguir con vida en la Copa Argentina y como consecuencia mantener las chances de participar en la Copa del año que viene, Tevez vuelve a generar incertidumbre. ¿Qué pasará si Boca pierde ante el Granate?

«Cuando nosotros ganamos la Copa Argentina pasada nadie hizo tanto quilombo, pero ahora si no lo hacemos sería el fin del mundo. Tenemos que mantenernos ajenos a eso», argumentó Carlitos con su estilo y pasó a otro tema.

Ese otro tema fue la suspensión de tres fechas que le aplicó el Tribunal de Disciplina de AFA luego de ser expulsado por insultar al árbitro Germán Delfino.

«Cuando otros insultan a un árbitro y el juez no dice nada, nadie habla del tema. Quizás estuve bien expulsado, pero fueron injustas las tres fechas. Por eso digo que la sanción me la puso el periodismo «, dijo Tevez como si hablara con una vecina en vez de estar declarando en un programa de televisión con un grupo de sus supuestos “verdugos”.

«A veces los árbitros tienen que ser más contemplativos con el jugador, aunque también es cierto que nosotros los volvemos locos», admitió enseguida. Y terminó a pura “cumbia”, minimizando los títulos que ganó River en el ciclo Gallardo y criticando con dureza la desorganización que reina en el fútbol argentino.