A las 18:30, a cuarenta y cinco minutos del horario que puso la Conmebol para iniciar la final de la Libertadores, Carlos Tevez y Fernando Gago, los referentes de Boca, fueron los primeros en salir a hablar después de los incidentes que se produjeron con el ingreso del micro cinco horas antes. “Tenemos que asumir la responsabilidad de que nos equivocamos todos así. Quedamos expuestos ante el mundo con un partido que no están dadas las condiciones. Los presidentes de la Conmebol y la FIFA lo quieren jugar. Nos están obligando a querer jugar el partido. Nosotros no estamos ni cambiados”, aseguró Tevez.

Los jugadores salieron para darle tranquilidad a sus familiares: “estábamos incomunicados en el vestuario, queríamos decirle a nuestra familia que estamos bien. Tenemos cuatro jugadores con lesiones leves”. Mientras Tevez y Gago hablaban a las cámaras, Pablo Pérez regresaba del Sanatorio Otamendi con un parche en el ojo. El delantero xeneize precisó que hubo jugadores con ganas de vomitar, otros con dolor de garganta y de cabeza y también algunos a los que les bajó la presión.