Estados Unidos dejó de existir luego de que un grupo de fanáticos religiosos tomara el poder y refundara la nación bajo el nombre de Gilead. En esa sociedad futurista son estériles la tierra y la mayoría de los vientres, se padecen severamente los efectos del cambio climático y la figura del Estado es ocupada por un organismo teocrático que tiene un libro sagrado como Constitución.

Aunque en apariencia se trata del futuro, las formas de organización social se parecen mucho a pasados más reales que de la ficción. Especialmente en lo que respecta al rol de las mujeres y otras femineidades. Ellas están completamente sometidas a la imposición de las normas patriarcales, bajo las que no pueden votar, participar políticamente, circular libremente y ni siquiera decidir sobre sus cuerpos. La peor parte se la llevan las denominadas criadas, un grupo sometido a torturas, vejaciones, violaciones y embarazos obligados sistemáticamente por un supuesto mandato divino.

Es que de acuerdo con el libro sagrado de Gilead, las mujeres no pueden tener decisión sobre sus sentimientos y mucho menos sobre sus cuerpos. El designio es ser serviles a la supervivencia de la especie, un proceso en el que sólo los hombres acceden al goce y los recursos. Todo en medio de formas de violencia y tortura que harían ruborizar al mismísimo Charles Manson.

Futuro retro

En ese mundo distópico con temporalidad futurista pero con viejos rasgos patriarcales conocidos y exacerbados al extremo, transcurre la vida de June (Elisabeth Moss), antigua editora y ahora criada en la familia del comandante Fred (por lo que se la rebautizó como Ofred, algo así como la propiedad de Fred).

Durante las entregas anteriores de The Handmaid’s Tale o El cuento de la criada, adaptación televisiva de la plataforma Hulu del bestseller homónimo de la autora canadiense Margaret Atwood, se vio en detalle el escabroso proceso de pérdida de identidad que atravesaron las criadas desde la perspectiva de June. Esta joven madre de dos nenas, una pre y otra post Gilead, se convirtió en la figura de la resistencia en una sociedad en la que predominan la ausencia de libertades personales, la desconfianza e incluso la carencia de solidaridad entre las víctimas.

Sin embargo, ella, otras criadas y miembros de otros grupos sociales como las Martas (las infértiles designadas como empleadas domésticas) y alguna que otra Esposa (parejas de los comandantes, igualmente imposibilitadas de parir que luego se apropian de los hijos de las criadas) comenzaron a revelarse más o menos orgánicamente con la ayuda de una agrupación rebelde llamada Mayday.

La última vez que se la vio a June, ya absolutamente desprovista del terror que le inocularon para convertirla en Ofred, estaba al borde de escaparse del Estado teocrático-militar de Gilead rumbo a Canadá, paraíso de los refugiados del antiguo Estados Unidos. Pero fiel a su espíritu empático y también impulsada por la necesidad de rescatar a su hija mayor, la criada más contestataria decidió permanecer y comenzar a «hacer aliados», según reza el tráiler de la próxima temporada.

Lo que viene

Al parecer, mediante este punto de giro de la icónica protagonista sobre quien también recae la narración en off de la serie, en la nueva entrega se comenzará a elucubrar la subversión del orden contra la junta de varones comandantes. Si bien, a juzgar por los adelantos el show seguirá dedicando largas secuencias a exhibir la violencia explícita sobre los distintos clanes de mujeres, en esta oportunidad se abre una veta de sororidad no sólo entre criadas y Martas sino también entre las Esposas y las Tías, que representan el brazo adoctrinador en ese Estado nefasto.

En ese sentido, será interesante ver de qué manera comienzan a articularse las micro resistencias y, por otro lado, qué idearán los comandantes y sus guardianes (los Ojos) para mantener el orden eclesiástico-patriarcal establecido.

En la Argentina las dos primeras temporadas de The Handmaid’s Tale están disponibles en la plataforma Flow. Pero todavía ninguna señal confirmó la fecha de estreno de los capítulos de 2019. Los fanáticos deberán agudizar el ingenio.  «

Un símbolo feminista en todo el mundo

Pese a que todavía no es posible considerar a The Handmaid’s Tale como un producto mainstream por fuera de los Estados Unidos, donde incluso alcanzó un espacio publicitario en el entretiempo del último Superbowl, lo cierto es que la iconografía de la serie resulta cada vez más reconocida en todo el mundo. Particularmente, se ha convertido en una herramienta performática para algunos colectivos feministas que hacen uso de la indumentaria de las criadas para visibilizar demandas políticas como la despenalización del aborto o el derecho al voto. En nuestro país, uno de los grupos más representativos de este fenómeno son las criadas de la organización «Periodistas Argentinas», cuyas túnicas rojas han estado presentes en las recientes actividades públicas relacionadas con el debate por el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

THE HANDMAID’S TALE

Tercera temporada. Basada en la novela de Margaret Atwood. Creador: Bruce Miller. Elenco: Elisabeth Moss, Max Minghella, Alexis Bledel, O.T. Fagbenle, Madeline Brewer y Samira Wiley, entre otros. Plataforma original: Hulu.