El Festival Basado en Hechos Reales es una iniciativa que durante tres días abordó desde diferentes ángulos los géneros de la no ficción y la narrativa periodística, con un programa que incluía charlas, talleres, entrevistas, exposiciones, performances y hasta una librería especializada. Realizado en el Centro Cultural Kirchner (CCK), el festival se ofreció como espacio de discusión e intercambio de ideas, cuyo tema excluyente fue la realidad y las distintas formas de abordarla. Sus organizadores convocaron a Tiempo Argentino para auspiciar esta primera edición y coordinar un taller que tuvo como eje la labor cada vez más visible de las cooperativas periodísticas y los medios autogestionados. Bajo el título de «La crónica autogestiva. Taller sobre periodismo recuperado», miembros de las cooperativas que editan las revistas Cítrica y Mu aceptaron la invitación de Tiempo para compartir la experiencia de narrar la realidad desde medios manejados por los propios periodistas. 

El encuentro comenzó poco después de las diez de la mañana del viernes. La escritora y performer Susy Shock subió seis pisos por las escaleras del CCK entonando una copla, acompañada por el tradicional golpeteo de la caja. Junto a ella iban Javier Borelli, presidente de la cooperativa Por más Tiempo (editora de Tiempo Argentino), Claudia Acuña (miembro fundador de la cooperativa La Vaca, editora de Mu) y Maxi Goldschmidt (de la cooperativa y revista Cítrica). Así, como si se tratara de un ritual ancestral, llegaron hasta la sala 612 que ya estaba colmada por los inscriptos en el taller. Shock fue la encargada de dar comienzo a las actividades, leyendo un texto que provocó un fuerte impacto en un auditorio integrado en buena medida por estudiantes de periodismo. «No quiero ser Bullrich, ni Mirtha Legrand, ni Valeria Mazza. Quiero ser otra. Reivindico mi derecho a ser un monstruo. Ni XXY, ni H2O, ni hombre ni mujer. Reivindico mi derecho a reinventarme.» 

«Autogestión no es trabajo gratuito»: eso fue lo primero que dijo Acuña, para dejar claro que la autogestión no es un juego, sino una forma distinta de sostener con éxito un medio de comunicación. «En La Vaca somos una mezcla de performers y periodistas y para definirnos creamos el concepto de Comunicacción», agregó para dar pie al compromiso que representa el abordaje de la crónica como género narrativo. «Las crónicas se empiezan a escribir con los pies y se sienten con el cuerpo. No hay periodismo sin cuerpo.» «La crónica es para nosotros una bandera a agitar, y para escribir una buena crónica primero hay que mirar bien y estar en el lugar en el que hay que estar», completó Acuña su potente intervención.

Goldschmidt eligió comenzar atando la importancia del periodismo a su propia época. «El periodismo no siempre es importante, pero justo en este momento el periodismo ocupa un lugar muy relevante», afirmó. Dijo además que la crónica coloca al periodista «en un lugar de vulnerabilidad, porque hacerlo bien implica involucrarse con las personas y sus realidades». Y consideró que «no toda la información es para publicar, sino que tenés que estar preparado para saber cuál es la mejor forma de retratar la época».

Por su parte Borelli expresó que «hay algo que tiene que ver con la incomodidad en el trabajo que elegimos hacer, porque el trabajo del buen periodista tiene que ver con salir del lugar de la comodidad». Aclaró además que «la autogestión no es un sacrificio ni una alternativa a una situación de emergencia», porque «un medio autogestionado no es menos que Clarín, La Nación o Página 12». Y afirmó que «pertenecer a un medio autogestivo le permite al periodista decir las cosas como son, sin eufemismos ni presiones corporativas». «Nuestro compromiso es con los lectores, son ellos quienes sostienen económicamente a Tiempo.” «