Durante los años de su primera graduación en una universidad francesa, el politólogo escocés Timothy Peace quedó fascinado con el activismo que se desarrollaba en el seno de las comunidades musulmanas, en Lyon, donde vivió entre 2003 y 2004. Ese interés llevó a este profesor de Ciencia Política en la Universidad de Stirling a centrar su trabajo académico en el fenómeno de la participación política y social de los musulmanes en Europa. Durante su paso por la Argentina presentó en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), los resultados de su libro Movimientos sociales europeos y activismo musulmán.

–Cuando hablamos de activismo, ¿es un fenómeno religioso, social o político?

–Cuando uso el término activismo musulmán en mi libro lo relaciono con la participación de musulmanes en los distintos movimientos sociales. Mi estudio se basa en la participación en la política en general en sociedades europeas. Por lo tanto, es un fenómeno social y político, más que religioso. De todas maneras, el activismo religioso también existe, pero no es el tema de mi estudio.

–¿La participación en elecciones es un proceso creciente?

–Sí, lo es. Es importante recordar que en Gran Bretaña viene ocurriendo desde los últimos 40 o 50 años. Cuando los migrantes llegaron desde países como India, Pakistán, o lo que hoy es Bangladesh, ya tenían derecho a voto como ciudadanos del Commonwealth. La diferencia con muchos otros países de Europa es que los inmigrantes, no solo musulmanes, no tienen el derecho a votar hasta que obtienen la ciudadanía. En Francia, por ejemplo, hay inmigrantes que han llegado hace 30 o 40 años y por no tener ciudadanía aún no pueden votar. Pero en muchos países europeos, segundas y terceras generaciones ya tienen derecho al voto y participan. Y ahora también vemos los primeros ejemplos de partidos políticos musulmanes, son muy pequeños y no tienen mucho éxito, pero existen.

–¿Existen en Gran Bretaña?

–No ahora, pero hubo un partido llamado Respect, de izquierda, creado en 2004 con el respaldo de un movimiento social contrario a la invasión a Irak de 2003. Muchos musulmanes se involucraron en este partido, principalmente por ese tema. Lo votaron en varias ciudades, específicamente en Birmingham, Bradford y en Londres Este. Fue un partido pequeño pero tuvo mucho éxito entre los musulmanes.

–¿Tuvieron algún candidato electo?

–Sí, en concejos municipales. Incluso llegaron a tener un miembro en el Parlamento.

–¿Cuáles son los desafíos de la comunidad musulmana frente a la discriminación?

–Es un punto muy importante y es la razón por la que muchos se involucran en la política. Es una situación compleja porque muchos musulmanes son condenados socialmente por actos terroristas.

–El año pasado Londres eligió a un musulmán como alcalde, el laborista Sadiq Khan. ¿Habría sido posible hoy tras los últimos atentados?

–Creo que sí, porque la gente es muy conciente de la diferencia entre la mayoría de los musulmanes y los extremistas. Durante la campaña, el candidato conservador Zac Goldsmith intentó usar eso contra Khan, caracterizándolo como amigo de los extremistas o que no condenaba los atentados, lo que no es cierto. Sin embargo, la gente votó por Khan. «