En medio de la tensa relación que se desató entre el gobierno nacional y las patronales rurales tras el aumento a las retenciones, el diputado nacional y presidente del bloque Consenso Federal, Alejandro «Topo» Rodríguez, criticó duramente a un sector de la Mesa de Enlace. Denunció la vuelta del escrache como practica de coacción de las fuerzas ultraopositoras al gobierno. Hombre de la provincia de Buenos Aires, oriundo de Tandil y exministro de Asuntos Agrarios en la gestión de Daniel Scioli, Rodríguez recibió a Tiempo Argentino en su despacho en el octavo piso del Anexo de la Cámara de Diputados.

Recientemente mudado a su oficina, sin tiempo de decorarla con portarretratos familiares y fotografías con referentes políticos, de las que suelen tener los legisladores nacionales, el hombre de confianza del excandidato presidencial de Consenso Federal, Roberto Lavagna, también se refirió a la deuda externa que tiene que afrontar el gobernador Axel Kicillof y al futuro político del espacio lavagnista.

–¿Qué piensa de la postura de la Mesa de Enlace con el gobierno de Alberto Fernández?

–Es lamentable que algún sector minoritario de la representación gremial del campo argentino –un campo que es muy amplio, que ha evolucionado y se ha modernizado en los últimos 30 años y que no está compuesto por 200 grandes terratenientes sino por decenas de miles de pequeños y medianos productores– termine siendo arrastrado por un sector de la Sociedad Rural (SRA) que está dispuesto a ser prácticamente el brazo violento del PRO, sembrando rabia, instalando una realidad parlamentaria que no es la verdad. Del mismo modo repudio con toda contundencia el atentado contra el productor Juan Monín, en Santiago del Estero. 

–¿Cómo toma las críticas de la SRA al bloque de Consenso Federal?

–Han dicho que gracias a nuestros votos se aprobaron las retenciones. No digo que sean ignorantes sino que son un poco haraganes y no están dispuestos a leer el resultado de nuestras votaciones. El gobierno podría haber aprobado sin la ayuda de nadie el aumento de las retenciones. Y de nuestro interbloque, que tiene once diputados, dos no aprobaron el incremento y cuatro acompañamos con una condición que se incorporó y fue la segmentación de retenciones para los pequeños y medianos productores, para las cooperativas y para los que están más alejados de los puertos. Claro que ese artículo no es la panacea, pero es mejor que haber dejado al gobierno votar solo un aumento de retenciones.

–¿Van a tener una reunión con los dirigentes de la Mesa de Enlace?

–Yo no tardo ni 35 segundos en aceptar una reunión con quien invierte para producir en la Argentina. Ya he tenido diálogo con muchos de ellos y lo seguiré teniendo porque si hay algo que caracteriza a nuestro espacio político es el diálogo. Lo que sucedió hace pocos días fue que un sector del PRO, el más rabioso de la oposición, instruyó a la Sociedad Rural que nos señalara con el dedo. Me preocupa que algunos sectores minoritarios no entiendan que no es posible ni deseable volver a las broncas del pasado porque la Argentina sólo necesita serenidad, discusión racional, siempre en tono de paz y no de discordia.

–¿Cómo cree que se resolverá esta relación tensa que hay con el gobierno de Alberto Fernández?

–Solamente con que algunos se llamen al reencuentro de una serenidad que han perdido porque el sector del campo está dialogando con el gobierno nacional.

–Con respecto a la deuda de la provincia de Buenos Aires, ¿cómo ve las medidas que está planteado el gobernador Axel Kicillof?

–Lo primero que hay que considerar es que la Provincia está afrontando una consulta con algunos tenedores de bonos para reprogramar el cumplimiento de los compromisos por vencimiento de capital, básicamente porque durante el gobierno de Mauricio Macri y de María Eugenia Vidal dejaron una provincia que pasó de tener una deuda equivalente al 6% del PBI al 10%. Los plazos a los que se está obligado a devolver esos créditos se achicaron de manera brutal, porque la deuda pasó a contener un 77% de los compromisos en moneda extranjera y porque a su vez hoy equivale prácticamente al 85% de los ingresos totales anuales de la provincia. Frente a esta situación delicada, el gobierno de Kicillof tomó una decisión racional que está dentro de las reglas de juego y que es continuar pagando intereses y ofrecer la posibilidad de prorrogar el crecimiento de las obligaciones de capital hasta el 1 de mayo, pero no hay que caer en el error de considerar que la Provincia tiene un problema y la Argentina otro.

-El bloque de Consenso Federal tiene como máximo referente a Roberto Lavagna a nivel nacional, ¿cómo tomó las críticas que formuló la exdiputada del GEN Margarita Stolbizer en contra de Lavagna, tildándolo de soberbio?

–Es público y notorio que el resultado electoral que obtuvimos fue muy por debajo de lo que eran nuestras expectativas. Está claro que la polarización fue una estrategia electoral que brindó resultados, tanto para la fuerza política que ganó (el Frente de Todos) como para Juntos por el Cambio, que obtuvo un resultado mejor de lo que esperaban después de las PASO. Ahora el gran dilema de la Argentina es si la polarización sirve para gobernar. Y hay un segundo interrogante que es más profundo: ojo con que algunos nos quieran arrastrar de la polarización a la rabia. Las opiniones de Stolbizer o eventualmente las de Juan Manuel Urtubey las respetamos, no vamos a hacer comentarios. En el caso del exgobernador de Salta le estamos agradecidos y le reconocemos el esfuerzo que él y su equipo han hecho en sumarse a una alternativa superadora para la Argentina.

–De cara al futuro, ¿piensa que este espacio político puede lograr lo que en su momento planteó Sergio Massa, la ancha avenida del medio, o es inevitable que sea absorbido por la polarización?

–El tiempo lo dirá. No es prudente y no merece la sociedad que hoy estemos pensando en desafíos electorales. Lo que sí tenemos, aunque minoritaria, es una representación y la vamos a ejercer atados a lo que ha sido el mandato popular de nuestro espacio, que es intentar encontrar la armonía entre los dos grandes bloques dominantes. No buscaremos un equilibrio ficticio sino optando por darle a la Argentina gobernabilidad en esta etapa y el apoyo a las principales políticas que intenten recuperar la producción, el empleo, y la justicia social. «