El segundo semestre llegó en forma de farsa, pero por lo menos también tendrá dosis semanales de humor corrosivo. Peter Capusotto y sus videos estrena su 11ª temporada por nuevo canal y con algunos cambios en el formato. Diego Capusotto y Pedro Saborido relanzan la saga que marcó y sigue marcando una parte de la cultura argentina con nuevos personajes, clásicos y sin videos. El misterio comenzará a develarse mañana a las 23 hs. por la señal de cable TNT. «Ante la imposibilidad manifiesta de un capitalismo humanista, reclamamos la vuelta del Muro de Berlín. Por eso convocamos a Donald Trump y (Vladimir) Putin. A Macri no porque no creemos en los intermediarios. Esa será una de las ideas que atravesarán toda la temporada», explica el actor.
Una charla con Diego Capusotto es un viaje de ida. No sólo por su intensidad, desarrollos de largo aliento, juegos de palabras y tendencia crónica a la asociación. El asunto más determinante pasa por los efectos que genera en su interlocutor. La mayoría de los mortales, está comprobado científicamente, no conoce al ex Cha Cha Cha y Todo por 2 pesos personalmente. Por eso un encuentro resulta –inevitablemente– atravesado por su obra y su imaginario. Capusotto habla, la mente escucha, observa y asocia palabras con Bombita, gestos con Violencia Rivas, evocaciones con Micky Vainilla. No se trata de que el actor padezca de trastornos de personalidad. Es la mente ya formateada del escucha. Con el paso de los minutos este mecanismo inconsciente cede y comienza la entrevista. 
–¿Cómo va a ser la nueva temporada del programa? 
–Vaya a saber. Nosotros vamos teniendo ideas, las discutimos, las concretamos y después viene la neurosis: ¿esto es gracioso o es una mierda? Por momentos pensás una cosa y en otros, lo contrario. Pero no tiene que ver con que «los artistas trabajamos desde los horizontes más profundos de nuestra propia desnudez y fragilidad». Nosotros trabajamos desde el horror. Desde el horror de no poder ser artistas. Empezaremos a tener una idea más clara de si la nueva temporada está buena o no tanto, en la medida que veamos el programa al aire, con un poquito más de distancia.
–¿Qué cambia que el programa se emita por  TNT?
–Vamos a salir los lunes a las 23 por TNT, en la semana lo van a repetir por TBS y lo que está confirmado es que también se va a emitir por TN con la presentación especial de Marcelo Bonelli (risas). El formato va a cambiar. El programa va a durar 30′ y no va a tener videos. La duración fue una propuesta del canal y nos gustó. Me parece que favorece que el programa circule más rápido y a lo mejor sea más contundente. Vamos a grabar 24 programas. Marcelo Iconomidis, la persona que se encargaba de los videos, ahora va a sumar misceláneas del rock que se pueden articular con lo ficcional. Eso todavía no lo vi. 
–¿Por qué decidieron irse de la TV Pública?
–No nos quedó otra, negrito. ¡Nos balearon la casa! Tanto a mí como a Saborido. Y nosotros respondimos cómo se tiene que hacer en estos casos: con armas de fuego. Les dijimos «nosotros somos boleta, pero alguno nos vamos a llevar» (risas). No. No hay ninguna historia complicada. Algo adelantamos en un comunicado. Tomamos la decisión ante la incertidumbre del balotaje y que no sabíamos si iban a seguir las mismas autoridades con las que veníamos trabajando. No podíamos sentarnos en marzo, cuando asumieron los directivos de esta administración, para ver si seguíamos en Canal  7 o no. Ellos nos llamaron para que nos reuniéramos, pero les contamos que ya estaba todo cerrado con TNT. Fue recalar en un lugar donde ya nos conocían –se emitían programas viejos por TBS–. Incluso nos gusta mucho el sistema de repeticiones a la madruga. Es mi público favorito. Suelo llamar a la gente a esa hora para hacerles preguntas: «Hola, señora, ¿Está viendo el programa? ¿Cómo se siente ahora que todos somos liberales pobres? ¿Está teniendo un rato de sano esparcimiento? ¿O sólo se van a esparcir sus cenizas cuando muera?» (risas).
–¿En algún momento se les cruzó por la cabeza terminar el programa?
–Sí. Con Cha Cha Cha o Todo por 2 pesos en su momento sentimos que algo se desgastó. Que habíamos perdido la frescura. Por eso emprendimos otras cosas. Por eso también con Peter Capusotto y sus videos siempre hacemos una cantidad acotada de programas por año. Vamos contra la lógica del capitalismo, pero nos gusta así. Quizás este sea el último año del programa. Quizás lo pongamos en pausa para no sentir que no existe más.  Llegará ese momento y no será fácil. Pero habrá otras cosas. Es la vida. 
–¿Qué podés contar de los personajes nuevos? 
–Tratamos de no contar para que las personas que vean el programa no pierdan la sorpresa. Incluso algunos personajes no tienen los nombres definitivos. Te puedo contar que la idea de la añoranza al Muro de Berlín va atravesar todo el ciclo. También el concepto, que viene de nuestro libro, de que el rock es un invento del capitalismo para contrarrestar al comunismo. Descubrimos que los Rolling Stones son agentes de la CIA. Vamos a tener charlas muy interesantes entre Jagger y Richards. También vamos a tener a la Senilcienta, una historia desgarradora de una joven con problemas neurológicos degenerativos. Creo que llegamos a 22 personajes nuevos. 
–¿Y los clásicos?
–Van a aparecer dos o tres. Micky, Violencia, quizás Bombita en Volver al Futuro. Son personajes que van más allá de todo, aunque este es un tiempo muy Micky. Pero van a aparecer poco. Nosotros necesitamos a los personajes nuevos y creo que el programa y la gente también. 
La vida, Macri, los bolsos.
Capusotto no es un vendedor de ¡Llame Ya! No es ingenuo, sabe que una entrevista colabora a divulgar la nueva temporada del programa y por eso las otorga. Pero no le interesa transformar el encuentro en un catálogo de ventas. Sus obsesiones –la política, la vida y el rock– surgen con naturalidad y casi sin preguntas.
–Desgraciadamente no creo en las estructuras políticas impolutas. No se trata de “Ay, lamento muuuuucho lo que sucedió con López. Cómo pudo suceder algo tan tremendo. Estoy desilusionado. Jamás imagine que pudiera haber un López en el kirchnerismo”. ¿Pero donde vivís? Eso se llama llegaste a la política hace dos días. Andate a recolectar mandarinas a Woodstock. No me gusta. Pero pasa. Lo que más lamento es que los verdaderos depredadores se anoten un poroto. Que son los que tienen la guita afuera. Uno simpatiza con muchas medidas de un modelo y sabe que jamás se sentaría en la mesa con el bloque antagonista que es el poder real, el mismo que enfrentó a Perón. La escena de López es inconmensurable. Los bolsos, el convento, la abogada, el pedido de cocaína… ¡Sólo le faltó una muñeca inflable y una zanahoria en el orto! Todo eso mientras hasta la señora gorda que a Cristina le decía yegua empezaba a decir “pero este es un conchudo” por el aumento de las tarifas. También había saltado que el Papa le había rechazado una donación al Gobierno.
–¿Te sorprendieron la agresividad y rapidez de las medidas fundamentales del macrismo?
–No. ¿Cómo me va a sorprender Macri? Me parece que aprovecharon que el kirchnerismo encriptó mucho el discurso en un sector y otro quedó afuera o no le llegó.  Igualmente, se perdió por solo dos puntos… Los cambios abruptos son difíciles. A veces permiten que te caguen bien a trompadas y no puedas reaccionar. Pero en algún momento la gente se cansa. No olviden que los pueblos se dejan, pero al tiempo te acusan de violación y ahí empiezan los problemas. Ahora la patria no es el otro: la patria es el ogro. Veremos. El traslado de ingresos y derechos de los que menos tienen a los que más poderosos fue y seguramente será tan categórico que quizás no se necesite más que cuatro años de macrismo. 
–¿Cómo sería eso?
–Claro. No es una opinión sólo mía. Si la disputa con el kirchnerismo está resuelta, quizás les alcance con Massa o Urtubey o cualquier otro conservador con ecos peronistas para dar más tranquilidad. Total lo estructural ya estaría resuelto. Uno se pone grande y más escéptico. Yo creo que todo vuelve. Lo bueno y lo malo. Pero a lo bueno le cuesta más. Se va a necesitar aprender de los errores y ser más específico a la hora de reconocerlos.
–¿Te preocupa la vejez?

–Claro. A los 50 no podés volver atrás, pero tenés cierta vitalidad. Te empiezan a pasar cosas que no tenías en los planes y le pasan a todo el mundo. ¿Pero qué hacés a los 80? Es inexorable volverse un viejo choto. Supongo que ante ese escenario es mejor convertirse en un viejo loco. Suena más cálido. Te hacés un viejo loco cuando confrontás cada vez más. Cuando sos más grande comenzás a anticipar las jugadas y tenés menos paciencia. Te das cuenta de que hay más gente pelotuda. Pero ojo: hay que estar atento a no convertirse en uno. «

Messi y la argentinidad

Futbolero apasionado, hincha fanático de Racing, Capusotto no podía dejar de hablar sobre la final de la Copa América que desembocó en la renuncia de Messi a la Selección.

–¿Qué sensación te dejó la derrota por penales y la renuncia? 

–No fue muy divertido. Todos tenemos esa cosa futbolera y no nos gusta la derrota. Y están esas cosas casi de literatura maldita: uno que se lesiona en tres finales, otro que pierde tres definiciones en las tres finales y el héroe que desvía el penal y se carga la derrota… En algún momento me pareció ver a Messi desprenderse del juego colectivo. Lo percibí intentando jugadas heroicas en tres o cuatro oportunidades. Quizá tratando de encontrar la jugada que lo resignifique para los argentinos, casi en relación a Maradona. No sé. Quizá tratando de asumir un rol casi como el del mejor Maradona. Es algo que lo puede hacer porque es un crack, pero no siempre sale. Me pareció que sentía la necesidad compulsiva de salvar al equipo solo. Pero no hay que olvidarse que la Selección no es el Barcelona. Barcelona no depende de Messi, Argentina sí. El Barça tiene a Iniesta y delanteros increíbles. Al menos cuatro jugadores que te pueden ganar un partido. Nosotros no contamos con tantas variantes. Y después está todo lo que excede al partido. Ese tema de la argentinidad exacerbada que pretende y demanda que Messi le solucione todos sus huecos existenciales. En esa línea de pensamiento Messi debería trabajar para la felicidad de todos. Son cargas demasiado grandes que superan largamente el fútbol. No es sencillo. Le dicen todo el tiempo que es el mejor jugador de mundo, pero no le perdonan nada. Hasta el mejor jugador del mundo puede errar un penal o tener un mal día.

Sin pasta de youtubers

Vivimos en plena era de los youtubers, esos adolescentes que se hacen millonarios con sus filmaciones y los negocios afines que generan. Peter Capusotto y sus videos tiene una enorme exposición en Youtube. Entonces…

–Hicimos un reclamo para que nos den lo que nos corresponde. Habíamos llegado a un acuerdo y el dinero lo estaba cuidando el señor López. Pero aparentemente hubo un problema en un revoleo, un convento… No entendí bien (risas). Hicimos gestiones para ver como cobrar derechos o lo que corresponda. Pero nunca llegaron a buen puerto. Evidentemente no tenemos pasta de youtubers. Tampoco se puede ser humorista y empresario. Salvo algunos políticos, pero a la larga ya no te hacen reír tanto (risas). Nos parece bien que la gente también vea el programa o fragmentos por Youtube. Cuando nosotros éramos chicos veías un programa tal día y a tal hora o te lo perdías para siempre. Ahora hay más posibilidades.