La Mississippi es una banda en movimiento constante. La dinámica de tocar lo más posible y girar por buena parte del país son dos de las claves que le permitieron construir una carrera de casi 30 años. Esos kilómetros de ruta, los escenarios transitados y las experiencias acumuladas se van colando en cada canción y en cada disco. Criollo, el flamante trabajo de la banda, expresa muchas de las últimas vivencias del grupo sin traicionar jamás el ideario de rock, blues y soul que desde siempre marcó su norte. Así las cosas, La Mississippi garantiza las necesidades de sus fans, convoca curiosos y se propone extender su leyenda.

 »Nunca compongo desde la quietud. Este disco refleja el movimiento más que nunca. Para mí la vida es eso. Puedo ir construyendo una letra o una melodía mientras voy caminando. No sé cómo será hacerlo sentado. Doy una vuelta, grabo frases de cosas que voy escuchando, armo canciones y me muevo con ellas. Otra cosa que hago es escribir mientras viajo en auto, micro o lo que sea. Lo que nunca me sale es componer quieto. Evidentemente tengo bastante de hiperquinético», revela Ricardo Tapia, cantante y líder de la banda. Criollo llegó hace días a las disquerías y plataformas de streaming de música y será presentado formalmente en La Trastienda el próximo 11 y 18 de agosto.

–El disco también tiene una mirada crítica de la realidad, por ejemplo en «Mala memoria». ¿Esas observaciones surgen de tanto girar?

–Sí, viajar te da más perspectiva. Pero es notorio que las cosas no están bien hasta cuando mirás un poco la tele. Es alarmante la falta de valores. Ya no aparecen científicos o alguien que inventó o estudió algo. La cualidad para ser famoso es no saber hacer nada o ser un imbécil que gesticula.

–El valor del no valor.

–Es tan ridículo. En términos culturales me da pena el camino que tomamos. En la Argentina se editaban los mejores libros de Sudamérica y hasta tuvimos deportistas con ideas. Por eso «Mala memoria» está dedicado especialmente a los políticos traidores.

–Desde la última vez que editaron un disco con canciones propias pasaron unos cinco años. ¿Por qué necesitaron tanto tiempo para llegar a Criollo?

–Un disco tiene que servir para algo. No somos de los que hacemos un álbum porque tenemos dos canciones para incluir en nuestro repertorio y nada más. Trabajamos para hacer un disco sin rellenos. No me gustan los CD que tiene solo tres temas buenos y lo demás no importa. Por eso «Criollo» tiene diez canciones, unos 40 minutos puntuales y concretos. No tiene que volverse algo confuso porque estamos haciendo una declaración.

–¿Cuán difícil resulta evitar la confusión en estos días?

–Es todo muy difícil de creer. Soy peronista y no veo a nadie que cumpla lo dicho por Perón, pero el último proyecto que voté con felicidad fue el de Néstor Kirchner. Mi visión actual es que se debe  buscar un proyecto popular. Ahora estamos bajo un gobierno neoliberal que no es ningún misterio porque ya lo vivimos: nos va a fundir como nos fundieron todos los neoliberales. Cualquiera que tenga un poco de conciencia social sabe que es así. 

Los festejos por los 30 años de carrera

Sobrevivir en el mundo de la música durante casi 30 años es algo para pocos. Sin separaciones de por medio y con más de una docena de discos editados, la estabilidad y capacidad de producción de la banda no es algo que a Tapia le pase desapercibido. «A fin del año próximo haremos algo acorde con semejante número –revela el cantante–. Todavía no tenemos todo decidido, pero sí unas cuantas ideas. No vivo del pasado ni tengo añoranzas. Pero veo todo lo transcurrido en la forma en la que hacemos música. Un amigo me dijo una vez que  nosotros éramos como los Allman Brothers argentinos por la duración de nuestra carrera y por la convicción para mantener un estilo. Fue el piropo más lindo que me dijeron en toda mi vida.»