El nuevo dictamen de Ganancias está consensuado aunque todavía resta que lo terminen de escribir. El acuerdo alcanzado con la CGT y un grupo de gobernadores le permitió al oficialismo avanzar ante los legisladores nacionales una redacción que, en principio, contaría con los votos suficientes para ser aprobado este mismo miércoles. Si el mecanismo funciona, los diputados deberían darle sanción definitiva este mismo jueves. Según fuentes oficiales solo 400 mil trabajadores y 140 mil monotributistas dejarían de pagar el gravamen que el actual presidente había prometido anularlo desde el primer día de su gestión.

El nuevo proyecto lleva el pomposo título de “Impuesto a los ingresos de las personas humanas y a las ganancias empresarias”. Según explicó el vicepresidente de la comisión de Presupuesto del Senado, Julio Cobos, el nuevo mínimo no imponible será fijado en 37 mil pesos brutos para casados con dos hijos, y en 27.941 pesos brutos para solteros. El proyecto, además, modifica las escalas e incorpora deducciones por horas extra en días no laborables, por hijos y por cónyuge. El valor del mínimo no imponible no será el mismo para todo el país. Por el alto costo de vida en la zona patagónica será un 22% más alto que en el resto del país. Para esta zona, desde La Pampa hasta el extremo sur, el piso para los casados y con dos hijos será de 45.140 pesos.

Si bien el nuevo dictamen excluiría del pago de Ganancias a los viáticos y horas extra hasta un determinado tope que Cobos anoche desconocía, lo cierto es que el senador por Mendoza confirmó que ese tope no alcanzará a los trabajadores del transporte.

Para la recuperación de estos dineros que el Estado dejará de percibir se establecerán un gravamen al juego del 0,75% a los apuestas en juegos de azar y del 2% a las apuestas online. Por otra parte, la alícuota que pagan los casinos por Ganancias pasará del 35% al 41,5 por ciento. El dólar futuro también pagará Ganancias y será del 15% para aquellos que, como afirmó Cobos, tienen un perfil especulativo.

El texto también incluye el pago del gravamen a los jueces y fiscales, nacionales y provinciales. Pero el detalle es que abarcará a aquellos que se incorporen a estos cargos a partir de 2017. El resto continuará gozando del privilegio que se autoimpuso la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Durante toda la jornada el Senado fue un hervidero. Reuniones entre senadores, senadores con diputados o senadores llamando para enterarse de cómo resultó la reunión de los gobernadores con la Rosada. Lo cierto es que no había duda de que el proyecto que habían aprobado los diputados había dejado de existir y que sobre su cadáver se reconstruirá el acordado con mandatarios provinciales y los referentes de la Confederación General del Trabajo (CGT). Algunos legisladores esperaban con ansias la reunión con los ministros porque esperaban un texto, un borrador, un punteo de la corrección al proyecto que habían consensuado.

Sin embargo, cuando llegó el momento del encuentro muchos se quedaron con las ganas porque el papel no existió. Tras la reunión y a modo de síntesis el presidente del bloque de diputados del FPV, Héctor Recalde, afirmó que “los trabajadores van a ver una rebaja en sus sueldos”. Algo similar indicó el diputado del Partido Obrero (PO), Néstor Pitrola, al sostener que la información brindada por los funcionarios fue “apenas somera” y que la norma “perpetúa el impuesto a los salarios”.

Entre los responsables de explicar el alcance del nuevo proyecto estuvo el jefe de Gabinete, Marcos Peña y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Con ellos estuvo la vicepresidenta Gabriela Michetti y el titular de Diputados, Emilio Monzó, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo. También participó el jefe del interbloque Cambiemos de la Cámara baja, Mario Negri (UCR), entre otros. El amplio salón Azul prácticamente estuvo colmado y Frigerio fue quien más detalles brindó de lo acordado. Peña se limitó a dar algunas pocas definiciones sin mucho espíritu crítico.

Algunos senadores del FPV-PJ, que la semana pasada se habían opuesto a la intentona oficial, acompañada por el presidente del bloque, Miguel Pichetto, de postergar el tratamiento del proyecto en busca de correcciones salvadoras, ahora se mostraban más dispuestos a aceptar el nuevo texto por entender que “si lo aceptó la CGT no nos queda alternativa”.

Mientras tanto y una vez que los funcionarios se retiraron del Senado, los integrantes de la comisión de Presupuesto que conduce Juan Manuel Abal Medina, se reunían en su despacho de la planta baja. Allí, junto con asesores, punteaban el texto corregido de Diputados. Trabajaron a contrarreloj porque la intención era que el martes terminara con un dictamen. Abal Medina, en tándem con Cobos, consiguieron “al menos 14 firmas”, más de las necesarias para habilitar el tema que, una vez que comience la sesión, deberán habilitar su tratamiento los dos tercios de los presentes.

Hay una duda remanente sobre el resultado de la sesión, prevista para el mediodía, y es la actitud que tomarán los senadores más cercanos al kirchnerismo. Anoche, senadores de este sector mantenía conversaciones con sus pares de Diputados.

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