El magro aumento que habían recibido del 8% y la intención del gobierno de destinarlos a las fronteras a realizar tareas de seguridad había generado un mal clima en las Fuerzas Armadas que llevó a suspender el desfile del 9 de julio y ponían en peligro la cena de camaradería que todos los años protagoniza el presidente.

Atento a este contexto, el gobierno nacional decidió dar marcha atrás con el incremento salarial y otorgar a los militares un 20% de incremento salarial. Además, la decisión incluiría blanquear parte de los sueldos para equiparar los salarios con el de las fuerzas de seguridad.  

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La decisión trascendió luego de un encuentro en la quinta de Olivos de Mauricio Macri con el ministro de Defensa, Oscar Aguad, y los jefes de las Fuerzas Armadas.

«Me hago responsable del bono del 8 por ciento que generó malestar con las Fuerzas Armadas, fue un error y está en vías de corregirse», había reconocido Aguad cuando el malestar salió a la luz.