En un panorama de inflación que apunta a cerrar el año por encima del 40%, el aceite comestible ostenta el penoso mérito de ser el producto de la canasta básica que más aumentó en lo que va del año, con marcas que saltaron hasta el 153% desde que el frente Cambiemos dirige los destinos del país.

Así y todo, las grandes corporaciones del sector están disconformes y negocian que el gobierno macrista libere el mercado desde el 1 de enero para subir los precios a gusto y de acuerdo a «las necesidades» de cada compañía, según una fuente del sector.

La liberación de los precios se cierne como una sombra sobre una economía cuyos pronósticos para el año que viene siguen siendo apenas modestos pero las empresas (gigantes que operan en el ámbito local como Molinos, Louis Dreyfus, Cargill, AGD, Nidera, Vicentin y otras) están determinadas a conseguir que el gobierno desista de cualquier intento de establecer algún tipo de control.

Cuando asumió Mauricio Macri estaba vigente un fideicomiso por el cual se subsidiaba el precio del aceite. La eliminación del instrumento era una antigua promesa del PRO para las empresas del sector que se reavivó tras la llegada de esa fuerza a la Casa Rosada. A pesar de ello, el gobierno ordenó que el precio subsidiado se mantuviese hasta el 31 de julio con la promesa de aplicar un incremento del 6% mensual y acumulativo desde agosto hasta completar en diciembre una suba del 30 por ciento.

La promesa de aumentar a partir de agosto se cumplió a rajatabla (este jueves se agregó el 6% de diciembre) pero las empresas no cumplieron con el compromiso de sostener los precios en la primera parte del año. De hecho, entre enero y agosto, cuando el subsidio estaba vigente, subieron los precios un 100%, denunció a Tiempo el titular de Consumidores Libres, Héctor Polino.
Por estos días el gobierno y las empresas discuten el futuro del mercado en «una mesa de seguimiento» del mercado que incluye a otros actores de la cadena como los supermercados. Un vocero consultado en el entorno del secretario de Comercio, Miguel Braun, informó que el gobierno todavía no definió una posición.

Sin embargo, el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara), Alberto Rodríguez, descontó en diálogo con este diario que la «liberación»va a ser un hecho a partir de 2017: «El fideicomiso termina el 31 de diciembre», aseguró.

El empresario proyectó que «desde enero las empresas van a tomar decisiones individuales porque cada una tiene una situación particular. Hasta hoy la competencia estuvo limitada pero tiene que fluir de acuerdo a lo que demande la competencia», planteó Rodríguez. Y agregó: «La secretaría de Comercio lo entiende así, por eso decidió los aumentos de este año». Las subas del 30% alcanzaron a los aceites de girasol y mezcla, un 6% y un 4% mensual respectivamente.

Los defensores de los consumidores ya tienen el paraguas abierto. Polino advirtió que si el gobierno consiente la apertura del mercado va a ser corresponsable de un impacto negativo en la industria y el consumo. «El aceite es el artículo que más subió en lo que va del año. Las empresas lo subieron abusivamente desde enero hasta julio entre un 100 y un 120% y sobre ese incremento volvieron a subir el 30% del acuerdo». El aceite Cocinero de 1,5 litros, ejemplificó, aumentó desde el 1º de enero hasta el 1 de julio un 97,38 por ciento. Para el 15 de noviembre el incremento total del producto alcanzó el 153%, advirtió Polino. «