Una nueva audiencia virtual del juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en los centros clandestinos de detención Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y Brigada de Lanús contó esta semana con los testimonios de Patricia Pozzo, Juan Carlos Stremi y Mario Colonna, ex detenidos desaparecidos, que permanecieron en el Pozo de Quilmes durante agosto de 1976.

El testimonio de la testigo Patricia Pozzo fue guiado por preguntas de la abogada querellante Guadalupe Godoy. La mujer relató su secuestro: “El 29 de julio del 76 un grupo fuertemente armado, una patota entra arrasando con todo y preguntando por Patricia Pozzo. Cuando les dije que era yo me llevaron aparte, me pegaron dos cachetazos y me preguntaron dónde estaba ‘Patulo’. Les dije que lo habían matado. Me preguntaron cómo sabía y les respondí que todo el barrio lo sabía”, detalló. Luego de ese diálogo, la subieron a un auto junto a su hermana, Julia y a su compañero Roberto Castagnet, y a un amigo, Fabián Asla. “Nos pusimos a gritar los nombres cuando nos metían en los autos”, dijo Patricia.

Ricardo Arturo Rave, “Patulo” era un militante de la Unión de Estudiantes Secundarios y fue secuestrado el 25 de diciembre de 1975 por efectivos del Ejército y la Policía Federal. Dejaron su cuerpo atado con alambre de púa, baleado y mutilado, colgando de un puente en las afueras de La Plata.

Patricia y los demás detenidos fueron llevados el centro clandestino conocido como Pozo de Arana. “Era un lugar descampado, recuerdo que se sentía como barro y después nos hicieron pasar por debajo de un alambrado. Luego nos ponen en un lugar amplio donde había mucha gente sentada y nos hacían pasar por arriba de ellos”, describe. Esa fue la última vez que supo de Julia y Roberto quienes continúan desaparecidos.

Luego de 15 días, Pozzo y Stremi fueron trasladados de Arana hasta el Pozo de Quilmes junto a otro grupo de detenidos, entre quienes Patricia recuerda a Alfredo Fernández, Cristina Rodríguez, Cristina Kafka y Rosa Vallejos. “Recuerdo que el trayecto fue largo”, cuenta la testigo y recuerda que alguien se corrió la venda para ver el camino y lo relataba. “Supimos que era Quilmes porque pasaba un avión que decía ‘¡Compre pizza en Quilmes!’”, afirmó. Pozzo.

Allí, Pozzo estuvo alrededor de 15 días y luego fue trasladada a la Comisaría de Lanús, tiempo después, fue puesta a disposición del Poder Ejecutivo Nacional donde pasó por los penales Olmos, Devoto y de allí, el exilio.

Juan Carlos Stremi fue detenido el 28 de julio de 1976 en la casa de sus padres en La Plata por un grupo de personas de civil. “Entraron a mi habitación me pusieron un arma larga en la cabeza, me vendaron con una sábana, me ataron las manos y me llevaron. El recorrido fue bastante largo, después me entero que fui llevado al Pozo de Arana donde además de torturas se realizaban simulacros de fusilamiento, y las mujeres eran violadas”, describió el testigo.

“Estuve al menos diez días en ese lugar, había mucha gente, estaban unos compañeros Patricia Pozzo, su hermana, Roberto Castagnet y Alfredo Fernández”, enumera. Stremi conocía a Patricia por la militancia de ambos en la Unión de Estudiantes Secundarios, donde coincidieron en los primeros años de la década del 70.

Después del paso por Arana, Stremi estuvo en el Pozo de Quilmes. Recuerda, “subimos a un piso superior por escalera, en el trayecto a las celdas éramos brutalmente golpeados. Compartí celda con Alfredo Fernández. Comíamos algunos días, nos pasaban platos con las sobras, una porquería”, relató.

En la Brigada de Investigaciones de Quilmes pasó al menos dos semanas y luego fue llevado a la Comisaría de Lanús, luego de algún tiempo fue puesto a disposición del Poder ejecutivo Nacional y trasladado a la Unidad Penal número 9, estadía que describió como “un infierno”. Luego pasó un tiempo de libertad vigilada.

A Mario Colonna lo secuestraron el 30 de julio de 1976, se lo llevaron de su departamento de la calle 68. En ese momento, no estaba su mujer pero sí una compañera, Carolina Lugones, con uno de sus hijos. “Calculo que tipo 3 de la mañana escucho que golpeaban la puerta de ingreso al patio y luego la puerta de la cocina que da ingreso al departamento. Y gritos de gente que decían ‘¡somos las fuerzas conjuntas!’ Y se metieron rápidamente en las habitaciones.”

Mario estuvo en Arana, lugar al que describió como una casa tipo estancia porque se escuchaban los animales. Allí, en Arana, fue la última vez que supo de su hermano Juan Carlos, quien continúa desaparecido. “Me desnudan, me meten en la cama, me pasan electricidad” recuerda. Antes de la sesión, había enfrentado un interrogatorio donde le preguntaban sobre determinados nombres. En ese momento fue cuando él pudo identificar al capitán Gustavo Adolfo Cacibio, al mando de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), alias El Francés: había estado con él y Carolina Lugones meses antes, mientras buscaban datos sobre un hijo de ella.

El 8 de agosto junto a otros detenidos lo llevaron al Pozo de Quilmes donde luego de pasar por una celda pequeña, lo cambiaron hacia una más amplia donde se encuentra con Juan Carlos Stremi y Alfredo Fernández describió. El 18 de agosto es trasladado a la comisaría de Valentín Alsina cuatro meses después, el 14 de diciembre, fue puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional y trasladado a la Unidad 9 de La Plata.