Urgido por atraer el apoyo del parte del electorado que le es reacio, en particular las mujeres, Trump corre el riesgo de perder definitivamente ese respaldo a menos de un mes de las elecciones del 8 de noviembre.

El debate de este domingo será en consecuencia decisivo para el magnate, que según los analistas perdió la primera confrontación con Clinton, hoy en posición de fuerza.

En el avión que la llevaba a St. Louis, la portavoz de Clinton, Jennifer Palmieri, explicó que la demócrata aprovechará el debate para conquistar a los electores afectados por las declaraciones del magnate filtradas el viernes, en las que menosprecia a las mujeres con un lenguaje vulgar y machista.

«Ella tiene la oportunidad de hablar directamente a muchos electores que no tenían la intención hasta ahora de votar por ella», dijo.

Las declaraciones del republicano desde que se divulgó el video permiten deducir la estrategia que adoptará Trump para intentar doblegar a su contrincante.

El republicano debería mostrarse humilde, reconociendo sus errores de 11 años atrás y reiterando los pedidos de disculpa, al tiempo que atacará a Clinton a través de su marido Bill, conocido por sus aventuras extraconyugales.

El sábado Trump retuiteó el mensaje de una mujer que denunció en 1999 haber sido violada por Bill Clinton en 1978.

Abandonado

El video del viernes cayó como una bomba en la campaña, generando rechazo en filas republicanas, varios de cuyos exponentes instaron a Trump a abandonar la carrera presidencial.

Pero el magnate dijo que había «cero chance» de que ello ocurriera. «Nunca, jamás, me doy por vencido», afirmó.

Entre los republicanos que no votarán por Trump en noviembre se destacan el senador John McCain y Mitt Romney, excandidatos a la presidencia, la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice y el actor y exgobernador de California Arnold Schwarzenegger.

El presidente de la cámara de Diputados, Paul Ryan, se dijo «enfermo por las declaraciones» de Trump, e incluso su compañero de fórmula, Mike Pence, tomó distancia.

«No consiento esas declaraciones y no puedo defenderlas», señaló Pence, aunque se congratuló de las disculpas ofrecidas por Trump.

En tanto, Melania, esposa del candidato, calificó de «inaceptables» y «ofensivas» las declaraciones de su marido, pero agregó que «no representan al hombre que yo conozco».

El video de 2005 «es una puñalada al corazón de Trump. En el debate es seguro que el tema se planteará», vaticinó Larry Sabato, politólogo de la Universidad de Virginia.

«Trump no perderá ningún voto entre su electorado, al que nada importa» de lo que el candidato dijo 11 años atrás, pero «no podrá ampliar su base electoral», señaló.