El gobierno de Donald Trump dio más libertad al Pentágono y a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para llevar a cabo ataques de drones contra supuestos objetivos extremistas en Oriente Medio, según la prensa estadounidense.

Esta política sería contraria a las directivas de Barack Obama durante su presidencia, que establecían que los ataques con drones debían confiarse como máximo a los militares y, en la mayoría de los casos, debían ser aprobado en un proceso intergubernamental en Washington antes de llevarse a cabo.

El diario Wall Street Journal señala en su edición del martes que «el presidente Donald Trump otorgó en secreto a la CIA nuevos poderes para llevar a cabo ataques de drones contra los sospechosos de terrorismo».

Esta extensión de poderes fue puesta en práctica por primera vez a finales de febrero, en un bombardeo contra el número dos de Al Qaeda en Siria, Abu Jeir al Masri, indica el diario, basado en responsables estadounidenses no identificados.

Normalmente, los militares estadounidenses acaban confirmando sus operaciones, pero siempre se negaron a dar cualquier tipo de información sobre este ataque.

Al ser preguntada por la AFP, la CIA rechazó hacer comentarios.

La administración Trump también dio luz verde al Pentágono para llevar a cabo ataques con drones u operaciones de comandos en Yemen sin pedir autorización previa a la Casa Blanca, indicó el lunes The New York Times.

Según el diario, prevé darle la misma libertad en Somalia.

La administración Obama multiplicó los ataques de drones contra los yihadistas en Oriente Medio, pero al mismo tiempo estableció un marco para intentar evitar abusos y víctimas civiles.

En estos ataques murieron al menos 2.581 combatientes y entre 64 y 116 civiles desde 2009, de acuerdo con un balance hecho público por la administración Obama, referente solo a los países que no son considerados una zona de guerra por Estados Unidos.

Varias ONG consideran que este balance está lejos de la realidad.