Silicon Valley, además de ser el nombre popular con que se conoce en Estados Unidos al Valle de Santa Clara, al sur de la Bahía de San Francisco, es la mayor concentración de empresas dedicadas a la fabricación y desarrollo de semiconductores y computadoras y, con los años, centro de desarrollo de software y todo lo relacionado con las tecnologías de la información, cuna de sitios y proyectos en Internet.

Las principales compañías tecnológicas del mundo (Apple, Facebook, Google, Amazon y Microsoft) le otorgan un poder casi único, ya que combinadas tienen una supremacía económica muy superior a la de muchos gobiernos del mundo, suficientemente influyente como para ponerle límite a un presidente de Estados Unidos. Y esta puja es la que se está viendo desde que Donald Trump sucedió a Barack Obama.

El argentino Santiago Siri, cofundador de Democracy Earth, una fundación sin fines de lucro que desarrolla tecnología de código abierto para la participación cívica con sede en Silicon Valley (SV), no duda en afirmar que «históricamente siempre hubo tensión entre SV, donde están las principales corporaciones del mundo, y Washington, donde está el poder político».

Siri explicó en una entrevista telefónica con Télam que entre ambos siempre tuvieron una «puja por la cuestión migratoria», pero desde la llegada de Trump «se exacerbó esa tensión extrema por este tema».

Democracy Earth cuenta con filiales en Nueva York, París y Buenos Aires, y Siri, además, es fundador y miembro del Partido de la Red (@PartidodelaRed), donde busca mejorar la cultura democrática bajando los costos de participar en política con el uso de medios sociales, así como de la Fundación Democracia en Red, desarrolladores de DemocracyOS, una plataforma para la participación online.

Es, por tanto, palabra autorizada desde una visión empresarial y argentina como para describir el clima que se vive en uno de los principales polos de poder económico de Estados Unidos frente a las iniciativas, sobre todo migratorias, de Trump.

«Frente a esas iniciativas de Trump se llegó a un punto de máxima tensión, donde algunas compañías recibieron boicot por parte de los usuarios y eso exigió, por ejemplo, que el CEO de Uber -Travis Kalanick- se tuviese que bajar del advisory board tecnológico (Consejo Asesor) que había armado Trump», relató.

Y recordó la gran reacción que se generó en las redes sociales: «97 compañías firmaron un acuerdo de tomar todos los recaudos legales para evitar que se cierren más las fronteras en Estados Unidos. Lo que pasa con Trump es que ya hay una histeria instalada y con este tema tuvo un choque muy importante».

Acerca de cómo cayeron en SV las primeras iniciativas de Trump sobre la restricción de ingreso a extranjeros, Siri no dudó: «En SV, parte del ADN de sus compañías es completamente global, ya que son de inmigrantes, fundadas por inmigrantes de primera y segunda generación».

Según datos conocidos hace pocos días, en 2016 el 34,7 por ciento de los empleados de SV fueron extranjeros. Siri no se sorprende «en lo más mínimo» y sube la apuesta de ese número «si tomás a los hijos de inmigrantes».

Como no es difícil imaginar, ese conglomerado está formado por compañías capitalistas en donde prima el negocio y la ganancia por sobre cualquier otra cosa. Pero según Siri, en este caso «no hubo neutralidad, y puertas adentro los grandes CEOs les aseguraron a sus empleados que iban a poner todos los recursos legales en favor de la compañía para defender los derechos de sus trabajadores».

Y reveló que cuando una compañía se mantuvo callada más de la cuenta, como el caso de Uber, 200.000 usuarios borraron la copia de su teléfono obligando al CEO a renunciar al advisory board para frenar el drenaje de clientes que estaba generando este boicot.

¿Considera que hay peligro para el desarrollo empresarial de SV a partir de Trump?, es la pregunta que recibe una contundente respuesta teniendo en cuenta los días que se viven.
«Creo que por ahora lo que hay es más una paranoia instalada que otra cosa. Si uno mira los números de la bolsa y otras variables económicas, todo está yendo para arriba desde que asumió Trump. Se asume que va a haber menos impuestos y algunos beneficios en cuanto a facilitar una cultura de negocios por el tipo de personaje que es Trump», analizó.

Y agregó que «si las cosas siguen subiendo y no hay un ajuste, es decir que la bolsa sigue subiendo, eso no es bueno por SV por el miedo a las «burbujas» que hay acá y que ya han ocurrido».

Siri explicó que hubo problemas particularmente con los inmigrantes de los siete países que aparecieron en la lista negra de Trump (Siria, Irán, Irak, Yemen, Libia, Somalia y Sudán), inclusive si eras legal, porque el gobierno tenía la prerrogativa de sacarte la green card o la visa. «Pero sería muy tonto y necio de parte de Trump doblar la apuesta porque la reacción fue muy fuerte», acotó.

«En la Casa Blanca hay un novato en la política, un verdadero outsider que tiene la pretensión de tocar todos los botones que quiera y ahí es donde se verán esos mecanismos institucionales que ahora se pondrán a prueba», aseguró.